El Charco Pistolo (Fuente Palmera)
Se trata de una antigua zona de baño de los jóvenes colonos hoy ya extinta pero de la que se hizo uso hasta mediados del siglo XX.
Era un embalsamiento natural de agua que solía perdurar durante los cálidos meses estivales, para la alegría de los que disfrutaban del mismo. Fue utilizado desde los primeros pobladores a finales del siglo XVIII hasta mediados del siglo XX. El arroyo en los meses más cálidos solía tener un mínimo de caudal antes de acometer al Charco Pistolo, gracias a la primera "joroba" del Cerro Camello, una loma de poco más de 30 metros de altura respecto al charco, y que iba reduciendo su nivel freático lentamente drenando al arroyo el agua acumulada durante la primavera. Actualmente no existe la geometría original del charco ni su profundidad, debido a las diferentes intervenciones de movimientos de tierras llevado a cabo en los últimos años por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir en este arroyo, con el fin de controlar la sección útil para contener el caudal durante las fuertes crecidas durante las épocas de lluvias ininterrumpidas. Aún así, algunos testimonios afirman que el charco disponía de aproximadamente más de una decena de metros de extensión, llegando a cubrir una persona en su punto más profundo.
Explotación humana
Ya en plena postguerra, muchas familias comían gracias a la pesca esporádica que obtenían del charco. Entrada la década de los ' 50 (siglo XX) incluso la década de los ' 60 , se tomó como tradición la pesca del barbo por el sistema de secado del lago: se creaba una especie de presa temporal con piedras y palos para contener el agua del arroyo y luego se sacaba el agua del charco con un grupo moto-bomba. Esto se empezó a hacer justo cuando los motores de explosión iban tomando fuerza, cuando los mulos se cambiaban ya por tractores...
Por su parte, los niños de la Colonia (sobre todo de Fuente Palmera y alguno que otro de Los Silillos), bajaban todos los veranos a jugar al Arroyo Grande o también llamado de las Culebras; algunos, por su proximidad, lo hacían en la Fuente de Guadamelenas, mientras que otros lo hacían en el Charco Pistolo.
Era común, cuando el arroyo era un ecosistema más diverso y conservado, encontrar grandes extensiones de eneas y juncos cerca del charco, así como una ribera poblada de pequeña vegetación autóctona. Los chavales (y no tan chavales) que sacaban el ganado (sobre todo cerdos) o que pasaban con él por la zona en las horas centrales del día, lo dejaban guarecido en estos pequeños oasis de sombra y aprovechaban para disfrutar del agua fresca que ofrecía este embalsamiento natural.[1]
Fuente cercana
- Cercano a este charco se encontraba la conocida como "Fuente de Tacones", en honor al mote de la persona que se encargaba de mantener este manantial. El regajo de esta fuente moría en el Arroyo de las Culebras.[2]
Situación
Situado justo a unos 500 metros, corriente abajo, desde el cruce de la carretera de Los Silillos (CP 191) con el puentecillo que cruza el Arroyo de las Culebras (LAT : 37º 42'09.65"N ; LONG: 5º 07'04.28"O).
Estaba a escasos 150 metros de la cara septentrional de la Cañada Real de Sevilla (división entre el T.M de Hornachuelos y el T.M. de Écija)
- ↑ Información del artículo cedida por Alejandro Galán Díaz y los usuarios del Centro Guadalinfo de La Colonia de Fuente Palmera
- ↑ Fuente oral, Antonio Espejo Arévalo, usuario del centro Guadalinfo Fuente Palmera, 22/01/2021.
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