Francisco Javier Fernández de Córdoba

Francisco Javier Fernández de Córdoba y Cueva (* Córdoba, 1 de septiembre de 1723 - † Córdoba, 16 de febrero de 1796) fue un influyente eclesiástico, teólogo y benefactor en la Córdoba del siglo XVIII.

Segundo hijo del primer marqués de la Puebla de los Infantes, Francisco de Borja Fernández de Córdoba Ponce de León, y de Bernarda Fernández de Córdoba y Cueva, hija del conde de Torres Cabrera, desde temprana edad fue encaminado a la carrera eclesiástica. Fue nombrado coadjutor por la Bula de Clemente XII en 1738, y en 1753 tomó posesión del deanato de Córdoba.

Durante su vida, Fernández de Córdoba acumuló numerosos beneficios eclesiásticos, además de servir en nombre de otros obispos en múltiples ocasiones. Tras la muerte de José Siuri, asumió la posesión en propiedad del canonicato en 1760.

Fue nombrado uno de los primeros caballeros pensionados de la Orden de Carlos III en 1772 y fue nombrado sumiller de cortina por Carlos III en 1777. También fue el último abad de la capellanía cordobesa fundada por el III conde de Cabra.

Fernández de Córdoba destacó como un miembro prominente del alto clero ilustrado de la Córdoba del siglo XVIII. Su labor más notable fue la promoción de la educación. Fue promotor de la fundación del Colegio del Santo Ángel para enseñanza de los niños de coro, fundador de una escuela pública para niñas pobres, y patrono y administrador del Colegio de Santa Victoria. Su obra más destacada fue la fundación de las Reales Escuelas Pías de la Inmaculada Concepción en 1791, un centro gratuito de educación primaria.

Falleció en Córdoba en 1796 y fue sepultado en la catedral de la ciudad.

Bibliografía

• Biografía de Francisco Javier Fernández de Córdoba y Cueva

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Habiendo fundado D. Francisco Xavier Fernández de Córdoba, deán de la Şta. Iglesia de Córdoba, dos escuelas gratuitas de primeras letras en aquella Capital con el piadoso y loable objeto de proporcionar a los niños de ella la mejor enseñanza y educación; y persuadido de que el método establecido en las Reales Escuelas de S. Ildefonso, en la de comitiva de SS. MM. y en la de S. Isidro de esta Corte es capaz de llenar sus intenciones, ha puesto baxo la dirección de D. Juan Rubio dos sugetos adornados de buenos principios y circunstancias para que se impongan teórica y prácticamente en el método referido, y le establezcan después en Córdoba. Enterado el Rey de los patrióticos deseos y miras de aquel dignísimo eclesiástico, de que el Excmo. Sr. Inquisidor General Obispo de Jaén se ha manifestado igualmente dispuesto.

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