José Pérez de la Haba
José Pérez de la Haba
Nace en 1923 en el barrio de San Lorenzo. Posiblemente sea el último Piconero cordobés proveniente de una familia de “tiznaos”, pues desde su tatarabuelo fueron todos sus antepasados de la misma profesión. Su padre Sebastián Pérez alcanzó también fama en el mundo taurino.
Estuvo cerca de cincuenta años como piconero y recordaba que cuando era un chaval vendía el saco grande a cinco o seis pesetas, los últimos realizados de tamaño pequeño los vendió en su barrio del Campo de la Verdad al precio de mil quinientas pesetas. Decía: -Todavía hay gente mayor cordobesa que no deja el picón por “na” del mundo. Yo se lo agradezco, pues ellos me dan trabajo “pa” comer.
Ya jubilado a principios de los años noventa subía a la sierra para hacer algún saquillo de picón, dado que no se acostumbraba a calentarse en invierno con braceros eléctrico, decía riéndose: -Como piconero tengo que hacer la competencia a la Sevillana.
En sus correrías serranas llegó a conocer famosos piconeros como Zapico padre y El Chiquete, de los cuales tenía recuerdo y anécdotas vividas con ellos.
Muere el 29 de abril de 2001.
Estos profesionales ya son un recuerdo perdido. Fueron como depredadores que limpiaban el monte de ramajes secos, sin ellos, son más factibles los incendios forestales.
En el recuerdo de aquellos que han pasado de los sesenta años, aún queda aquel agradable calor que daba el picón quemado lentamente en el brasero. Había todo un ritual tanto para encenderlo como para moverlo con una paletilla metálica. Las tertulias familiares o de amigos alrededor de un brasero lleno de picón hacías las delicias del invierno, sobre todo, para los novios que hacían manitas pelando la pava a la vista de la carabina de turno.
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