Los bingos de aquellos tiempos

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Los bingos de aquellos tiempos


Recuerdos Cordobeses [1]

Hoy, al cabo de los años cuando ha llegado lo que se llama democracia y se ha abierto la “veda” para todos los juegos de azar , los cuales podemos contar por docenas, me viene a la memoria cuando en nuestra Córdoba de los años cuarenta-cincuenta se jugaba a la “Lotería”, actualmente Bingo, en tantos barrios cordobeses, en tabernas y locales que a la vez servían para bailes y de vez en cuando para celebraciones de bautizos y alguna otra boda, pues no estaba el horno para muchos bollos.

La “Lotería”, que se jugaba en estos locales, los números los iban cubriendo con “chinos”, piedrecitas pequeñas, botones de todo género y los más privilegiados con altramuces secos, vulgares “chochos”, que los niños comíamos para merendar y los mayores para entretenerse en los cines de verano, ya remojados. También recuerdo, cuando jugábamos en casa empezábamos a cubrir los números con garbanzos, pero terminábamos con piedras o con tres garbanzos para cada línea ya que los otros nos los habíamos comido.

Esta "Lotería" hoy llamada Bingo, no era seguida por tanto ludópata no se producía tanta desgracia. Primero, porque no había dinero y segundo, porque las autoridades, guardia civil y municipales, siempre iban detrás de estos lugares.

Frente a la Iglesia parroquial de San Pedro, había una taberna llamada El Bracero, donde se jugaba esta “Lotería” desde las nueve de la noche hasta las tres de la madrugada y el que cantaba los números era un hombre muy simpático y honrado, de oronda chepa, que sólo pretendía una propina de los agraciados. A esta famosa taberna iba gente de todos los barrios. El cartón se pagaba a veinticinco céntimos y la “casa” percibía un pequeño tanto por ciento de lo jugado.

El que cantaba los números los decía al principio por su nombre, por ejemplo salía el 15 y a continuación le añadía “la niña bonita” y así se iban desgranando los números hasta que un afortunado alzaba su voz diciendo: “Lotería” o “alto” que este el grito de guerra, no como ahora se dice “Bingo”.

A esta taberna del “El Bracero”, asistía con bastante regularidad un buen amigo mío, llamado Antonio, que tenía por costumbre jugarse las tres pesetas de aquellos tiempos y se le olvidaba que tenía la mesa puesta, ¿y quién no se acuerda que entonces nuestros padres querían que todos comiésemos juntos y no se empezaba hasta no tener al completo la familia? ¿Cuándo arroces se han “pasado” porque el padre se tomaba un “medio” detrás de otro y se le olvidaba la cuchara?.

Este amigo mío, Antonio, iba su hermano a darle de vez en cuando un toque de atención con el objeto de que no faltara al almuerzo o cena familiar. Este hermano a que hacemos referencia es en la actualidad el empresario cordobés Luis Villegas Alcaide , que goza de toda la simpatía.

En los Olivos Borrachos se jugaba también en el bar El Paso, nombre que le viene porque era paso obligado de los trabajadores que venían de la Constructora (CENEMESA) o Electro Mecánica (SECEM). Allí en este bar había un local de unos cien metros cuadrados donde todos los sábados y días festivos se celebraban unas movidas jugadas de “Lotería”, bien sentados en unos largos banquillos de madera u otros, los menos afortunados, tenían que sentarse en el suelo cuando las jugadas estaban en su máxima concurrencia. Los números se cantaban aquí por los hijos del dueño, Paco Domínguez Pérez o su hermano Antonio.

Por aquel entonces, estaba, como he dicho al principio toda clase de juegos. La Guardia Civil, de vez en cuando se daba una vuelta por estos lugares, pero siempre había alguien que avisaba y se seguidamente desaparecían los cartones. Todos los jugadores se marchaban al mostrador a beber vino y con ello se pasaba el susto. Había que tener en cuenta que por esas fechas no se permitían reuniones de más de cuatro personas y por tanto la represión era bastante grande, sin tener en cuenta que este juego servía como expansión o relajamiento en los sábados y domingos, ya que los trabajadores sólo tenían la taberna, las romerías y los “peroles” de vez en cuando, con ello se hacía la vida un poco más llevadera hasta que llegaron los tiempos modernos que quizás, sean, más divertidos en sus juegos y en sus manifestaciones, pero el toque de humanidad de aquellas fechas le falta por los cuatro costados en la actualidad, la convivencia de aquellos tiempos era más estrecha entre los vecinos de los barrios.

En Córdoba capital eran también célebres otra tabernas que se jugaba y fuerte como Casa Adriano, en la calle Barroso: La Paloma, en calle Cárcamo; y frente a esta taberna que hacía esquina con la calle Dormitorio y la Costanillas esta la Taberna de Fermín, que la regentaba en la actualidad un simpático “barman”, Mariano, que también era asiduo a la “Lotería”. Tuvo la fortuna de cubrir un cartón completo y con el premio adquirió unas medias de nylón que las damas soñaban en aquellos tiempos, para su esposa.

En la Taberna Curro Navarro "Currito" en el Campo de la Verdad se jugaba muy poco, pero por el contrario había bastante animación en la taberna de enfrente, llamada “Los Romerillos” y si no que se lo pregunten a Francisco '''“El Madriles”.

Y quien no recuerda otra muy celebre por su situación y solera de barrio, el famoso Kiosco de la Ribera.

Hoy, al correr de los años se sigue jugando los populares “Ciegos”, quiero traer como se cantan los números en la provincia de Almería , Murcia, Cádiz, por su similitud en la lotería familiar de aquellos años, aunque haya números que no se cantaban porque no se llegaba hasta el abuelo, el noventa.

Se exponen un resumen de nombres, ya que todos los numeros desde el 1 al 100 = al 00 tenían su denominación: 11 Las banderillas; 13 La mala pata; 15 La niña bonita; 22 Los patitos; 33 La edad de Cristo; 44 El cuacara-cuacara; 55 Los civiles; 66 Los dos “preñaos”; 77 Las dos banderas; 88 Las dos Calabazas; 90 El abuelo; 99 La agonía; 00 La muerte.

Referencias

  1. . Enrique Vargas Martín en Córdoba en Mayo, año 1991 pag.151

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