Memoria del Instituto Provincial de Córdoba de 1854

De Cordobapedia
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Prólogo

Anheloso el Director de presentar al publico el resultado práctico de los beneficios que dispensa el Establecimiento, ya ofreciendo á la juventud, en su cualidad de Instituto Provincial de 1. a Clase, la instrucción científica preparatoria para las carreras mayores académicas y para las especiales civiles y militares; ya proporcionando, como Colegio, la educación religiosa, moral y social de que necesitan las personas acomodadas del país, y la artística é industrial precisa á las clases pobres, dispuso celebrar en 31 de Mayo, 1 y 2 de Junio de este año solemnes ejercicios, que justificaran el buen concepto de que goza esta Real Casa, y estimularan la aplicación de los alumnos de los diferentes ramos que aquélla encierra en su seno. La tarde del último día (que fue por decirlo así el resumen de tan brillantes fiestas literarias) no se borrará fácilmente de la memoria de los numerosos hijos de la Asunción de Córdoba. Las galerías bajas del edificio, tapizadas de damasco carmesí, orladas de guirnaldas de rosas y azucenas, cubiertas de multitud de cuadros al óleo,[1] y de preciosos dibujos naturales, lineales y de adorno, obra exclusiva de los discípulos de nuestra Academia, ofrecían un mágico aspecto a la inmensa concurrencia de ambos sexos, que circulaba por entre las estatuas y las macetas de preciosas flores. Los Caballeros Colegiales de los últimos años de Filosofía acompañaban a las Señoras al sitio de preferencia que les estaba destinado en la hermosa Capilla, donde iba a celebrarse la imponente ceremonia de la distribución de los premios, presidida por el Excmo. e Ilmo. Sr. Dr. D. Manuel Joaquín Tarancón, Obispo de la Diócesis.[2]

A las cinco en punto llegó el venerable Prelado, que fue recibido a la puerta exterior del edificio por el Colegio en cuerpo, a cuyo frente iba el claustro de Catedráticos con el Director, todos con traje académico: y al eco marcial de los aires de la Banda de música, las Autoridades, las Corporaciones y las personas más distinguidas de la Capital y de la Provincia, pasaron a ocupar sus puestos respectivos, llenando el local y casi todo el piso bajo del edificio. El retrato de cuerpo entero de la Reina Nuestra Señora (q. D. g.) se mostraba bajo el dosel de terciopelo de la presidencia; y en el nombre augusto de S. M. declaróse abierto el acto; comenzando por la lectura de la siguiente Memorial ejecutándose á continuación varias piezas escogidas en la flauta, piano y violín, por diferentes Colegiales: publicando el Director del Instituto ante el concurso los nombres de los premiados: distribuyendo las recompensas el Excmo. Sr. Obispo, después de bendecir a los que en buena lid las merecieron; y terminando la solemnidad por un himno en loor del Real Colegio, y una Plegaria a su excelsa Tutelar, que cantaron los alumnos internos.

Anochecía ya, cuando los convidados se trasladaron al salón de retratos, donde se ostentan para gloria del país las venerandas figuras de los ilustres hijos de nuestra Casa Colegiada en los tres últimos siglos. De allí pasó la concurrencia a visitar los Gabinetes y Colecciones científicas y otras varias dependencias del Establecimiento; dignándose, por último, aceptar el modesto buffet que había preparado al efecto en la sala del Ramillete, donde a las nueve de la noche se brindaba todavía con entusiasmo por la prosperidad y bienandanza futuras del Instituto Provincial de Córdoba y de su Real e insigne Colegio adjunto de Nuestra Señora de la Asunción.

Excmo. e Ilmo. Sr.:

SEÑORES: cierto ilustre escritor contemporáneo de gran nombradía ha dicho que nuestra época consagra como principio, que no debe otorgarse crédito más que a los hechos, ni debe apelarse sino a ellos para la solución de todos los problemas. En vano las cien lenguas de la prensa y la tribuna publican por do quiera las teorías más galanas y atrevidas, las abstracciones mas bellas e ingeniosas. En vano el pigmeo racional, alzado sobre el pavés de la generación presente, desvanecido con las obras de su inteligencia, envuelto en una densa nube de vapor, conmovido por el fluido eléctrico, dirige su voz a las masas y las dice: eritis sicut dii: por que las masas gritan, que el vapor es un hecho; que la electricidad es un hecho; y que todas las maravillas del universo, todas las aplicaciones de la ciencia, todos los prodigios de la industria y de las artes son otros tantos hechos, dignos solo por esta cualidad, de admiración y de respeto.

¿Creéis, por ventura, en la muchedumbre infinita de sistemas, que circulando en cerebros febricitantes, recorre el mundo de polo a polo y arrastra en pos de sí la adhesión y el convencimiento de la sociedad entera...? ¿Creéis en ese vértigo que se apodera de las naciones, y las empuja, aguija y arrebata, con ocasión de alguna doctrina que embelesa, pero cuya realización es imposible....? Analizad bien. No os fieis de meras apariencias. Calmad vuestras primeras impresiones, y hallaréis, claro como la luz, evidente como la existencia de Dios, que los sistemas son una máscara, que las doctrinas son un pretexto, y que en definitiva los pueblos y los individuos en este nuestro siglo material y positivo, ni se remueven, ni se agitan, ni batallan por otra cosa alguna, más que por aquello que ven por sus mismos ojos y palpan con sus propias manos.

Y no es verdad, Señores, que también vosotros, cuantos venís en este día a asociaros a las glorias científicas, a los triunfos y lauros artísticos del Real e Insigne Colegio de Nuestra Señora de la Asunción, pagáis tributo cumplido a la idea que acabamos de exponer. ¿No es cierto que al honrarnos con vuestra presencia distinguida, esperáis hallar en nuestro recinto algunos hechos, más ó menos significativos, más ó menos importantes, pero enlazados siempre al grande objeto de la educación é instrucción de esa juventud numerosa, que puebla nuestras aulas, que escucha nuestros consejos, que recibe nuestras lecciones, que llena su corazón y su cabeza de nuestros pensamientos y deseos...? Que mucho, pues, si tal acontece, que nosotros mismos, dejándonos llevar del espíritu de la época, en cuanto se refiere a nuestra vida oficial, apartemos hoy los ojos de las elucubraciones filosóficas, detengamos nuestra planta en el dintel de la vaporosa región de las ideas, y renunciemos al placer infinito que habríamos de experimentar, si acertásemos a ofreceros un ensayo literario más digno y más ameno, que la realidad descarnada de una Memoria, como la presente...?

Fuerza es, con todo, anteponer lo útil a lo agradable, si hemos de llenar de la manera debida nuestro encargo: por que tal obligación nos imponen las circunstancias y la voluntad de personas celosas y entendidas, que amando lo presente, no meros que lo pasado, notaron con extrañeza el año último, que al tratar de los beneficios que proporciona al país el Colegio de la Asunción, ralláramos, quizá de propósito, los naturales adelantos; las reformas y mejoras, de que recientemente ha sido objeto esta Casa de enseñanza. Nada más justo, en verdad, que satisfacer tan laudable deseo. Nada mas conforme á las convicciones que abrigamos, desde que tenemos la señalada honra de administrar y dirigir un Instituto y un Colegio, que someter de buen grado esa administración y esa dirección al fallo inapelable de las eminencias del país, que en un momento dado, concurren de todos los ángulos de la Capital y de la Provincia, abandonan sus ocupaciones respectivas, y se dignan benévolamente escucharnos. Entonces, parece que en cierta manera descargamos nuestra responsabilidad gravísima, por que la partimos con vosotros, Señores, cuando venís a oír de nuestros labios, de qué modo entendemos cumplir la misión espinosa que se nos ha confiado. Después de eso, ya no desconoceréis la marcha que seguimos, ni os contentaréis (cual hasta aquí) con el lejano y débil rumor de nuestros pasos; sino que alumbraréis nuestro camino con vuestra sabiduría, corregiréis nuestros errores con vuestra experiencia, sostendréis nuestra flaqueza con vuestra decisión, guiaréis nuestro espíritu con vuestro recto juicio; sentenciaréis, por último, con notable copia de documentos la gran causa del porvenir de la patria, que es la causa de la juventud y de su instrucción religiosa, científica, moral y social.

Al emprender semejante tarea, nada está mas lejos de nuestro ánimo, que el pensamiento ridículo de tejer con nuestras propias manos la pomposa corona que deba ceñir las sienes de hombre alguno; por grande que fuere la participación de este hombre en el desarrollo gradual del centro académico, al cual pertenecemos. Diversa y mas alta es nuestra intención: puesto que nunca hemos desconocido, que cuanto acontece en la redondez de la tierra es resultado necesario é irrevocable de la Providencia, en cuya potente diestra se elabora el frágil barro de la humanidad, para que sirva de humilde instrumento á los eternos decretos, que al decir de un Historiador insigne, prescriben esa serie infinita de hechos, al parecer incoherentes y extraños los unos á los otros, pero en realidad enlazados estrechamente; no á una idea mezquina de utilidad parcial, sino es á una ley perpetua y divina de caridad y de justicia. Bajo tal supuesto, haremos hoy la narración sucinta de la marcha progresiva del Instituto Provincial de Córdoba y de su Real Colegio de Nuestra Señora de la Asunción, en el trienio que empieza en Enero de 18o / y acaba en Diciembre de /8o3 . Cuanto en esta Memoria de bueno digamos, si bien coincide con la época de nuestra Dirección, debe atribuirse en gran parte á las resoluciones previsoras del Gobierno de S, M,, al apoyo eficaz de las Autoridades y Corporaciones del país, a los esfuerzos leales y sinceros de la Junta Inspectora, al laborioso celo del Profesorado, y a esa adhesión laudabilísima de los padres de familia, que cediendo en nosotros sus mas preciosas derechos y colocando en nuestras manos la suerte futura de sus hijos, han comprendido toda la importancia de nuestros deberes, y nos han hecho cumplida justicia, al pensar que habremos de llenarlos. Ahora, permitid que para fatigar lo menos posible vuestra atención, dividamos nuestro trabajo en tres secciones. J,a Progresos en la parte científica y académica del Establecimiento. 2.a Progresos en el régimen interior de la Colegiatura. Progresos en. la parte administrativa y económica.

SECCIÓN PRIMERA

La publicación de un Plan de Estudios es siempre una novedad de gran bulto en la enseñanza: pero lo es mucho mayor, cuando apartándose en alguno de sus ramos de las bases que servían de fundamento á la legislación anterior, exige un cambio radical y repentino, que puede lastimar derechos adquiridos, ó producir la confusión y la anarquía, si no se procede al planteamiento de las reformas con mucho pulso y cordura, Así era preciso sucediese con el Real Decreto de 28 de Agosto de 1850 y con el de 10 de Setiembre de 1831 para la ejecución del 1.° Porque en el uno y en el otro se daba nuevo y desusado giro al primer periodo de la Filosofía elemental, permitiendo la enseñanza doméstica y dictando reglas para evitar se confundiera la libertad concedida á los alumnos de cursar los dos primeros años de Latín en sus propias casas bajo determinadas condiciones, con el goce omnímodo de las ventajas que en esta parte desfrutaron los escolares hasta 1845. •Vuestra traslación de Burgos á esta Capital, acordada en 2í> de Diciembre de 1850, y la toma de posesion consiguiente á ella, se ajustaron á la época de las espresadas novedades; y asi pusimos todo nuestro empeño en que las aceptase el pais en su genuino y recto sentido; dictamos estensas instrucciones a los pueblos, que produjeron los efectos convenientes, y evitamos sin duda graves perjuicios a los intereses de las familias. Mas aun en (a! propósito insistimos, despues que el Reglamento orgánico de 10 de Setiembre de 1852 amplió al tercer ano de Latinidad el beneficio dispensado hasta entonces a los dos primeros; y como también puede decirse que el citado Reglamen- t i to o¡)eró una revolución completa y provechosa en las Humanidades, mandando dividir su enseñanza pública en (res cursos; prolongando éstos a diez meses, y las clases dicrias hasta á cinco horas; como dejó aislada esta parte de la instrucción, separando de ella las otras asignaturas que no la pertenecen, ni tienen relación directa con la misma, debieron con justicia prometerse los padres y encargados de los escolares, y con mayor motivo los Profesores, resultados inmediatos y palpables, que reivindicasen la buena fama de los Institutos Provinciales, y desvaneciesen has- ' V ta el último resto de la fatal creencia, que suponía imposible se adquiriesen conocimientos sólidos en el admirable idioma del Lacio, desde qne formaba cuerpo oficial su aprendizaje con los elementos de las ciencias filosóficas. Entonces, emprendimos con ardiente empeño la agradable tarea de restituir á la sección de que se trata toda la importancia y valía que tuvo en los antiguos tiempos: y va, guiando en sazón oportuna los pasos de los inscritos forasteros, para que no viesen frustradas después sus esperanzas en los exámenes de prueba de curso; vá, ejerciendo en éstos un rigor saludable; yá, abriendo clases gratuitas de repaso diario para los jóvenes de la Capital, durante los meses del Estío; yá, celebrando ejercicios trimestrales en los dias próximos antecedentes á cada vacación; creemos haber conseguido plenamente nuestras miras. 15 Casi todo el secreto de la enseñanza consiste en procurar en el discurso del año escolástico que no decaiga la aplicación de los discípulos; y que el Profesor poseído de noble entusiasmo por la elevada misión que ejerce, logre inocular en ellos una parte de su propio ardor por la ciencia a que se consagra: y de ese modo, cuando viene la prueba final, tiene ocasion oportuna de ser benigno, sin faltar á la justicia. Asi hemos visto, Señores, y ha visto la Provincia entera, en honor del magisterio público, que durante el periodo a que se refiere ésta Memoria, se ha dado grande importancia a los exámenes, se han llenado escrupulosamente las condiciones de la ley; y apenas podrá decirse, sin embargo, que tuvieran ocasion de aplicar los Tribunales, ni de registrar nuestros archivos, las severas notas de suspenso y reprobado. Por no abusar de vuestra paciencia, omito entrar en detalles sobre los trabajos constantes y los esfuerzos repetidos que en las aulas diarias, en los exámenes de prueba de curso, en los ejercicios para el grado de Bachiller (ínterin hemos gozado de la facultad de celebrarlos) tuvimos la satisfacción de presenciar ó de oir de boca de los Catedráticos, cuya laboriosidad y celo hemos apoyado constantemente y recomendado mas de una vez al supremo Gobierno, pidiendo para ellos nuevas y merecidas recompensas. También podria deteneros largo 16 tiempo, noticiándoos los progresos que hemos hecho en la parle material, asi respecto á la asignatura de Geografía, como á la de Física y Química, y á la de Historia JVatura!; destinando á aquella, esferas, globos y cartas importantes, que no había; reclamando de la superioridad para la segunda una porcion de aparatos é instrumentos, que llegaron al Instituto en Abril de 1832; y obteniendo, por lo que hace á la tercera, un crecido número de ejemplares de los tres reinos, unos cedidos graciosamente por el Gobierno de S. M., otros procedentes de cambios y de compras que se han hecho, y el resto, preparado por el activo Profesor de esta enseñanza. Merced á tales adquisiciones, no execrarnos sin duda al asentar que nuestros Gabinetes son dignos de ser visitados; ora se atienda al número de objetos que encierran, ora á la rareza y buena conservación de algunos de éstos. Asi es, que satisfacen hoy las necesidades déla instrucción en aquellas ciencias que reclaman su ayuda; y particularmente en lo que se refiere á Historia Xatural es curioso saber, que poseemos cincuenta preparaciones anatómicas; treinta y un mamíferos, óchenla y una aves; una coleccion apreciable de pieles; otra de reptiles (compuesta de treinta y dos especies): ochenta y seis de peces; mas de ochocientos insectos; tres miriaperfos; veinle y seis arácnidos: cincuenta v cinco crustáceos; diez anélidos 17 y Helmintos: ciento y cincuenta hermosos moluscos, exóticos, de nuestras costas y de agua didce de la Provincia: y veinte y seis especies de zoolitos. Eslo, en la parte zoológica. En la botánica hay dispuestas cuatrocientas especies de plantas de España, y novecientas y cincuenta Cordobesas, para el Herbario: una coleccion pequeña, pero estimable, de maderas de construcción del pais y de fuera del mismo, que llega á cincuenta ejemplares; y muchas semillas, frutos, bálsamos, azúcares, gomas y resinas exóticas y Europeas: esqueletos de hojas, raices y oíros objetos para estudiar la anatomía vegetal: disponiéndose ahora lo necesario para trasladar el Jardín Botánico á la Huerta del Establecimiento, por reunir ésta mejores condiciones que el local situado al Norte del edificio, donde aquél se empezó á plantear. La Coleccion mineralógica es digna también de interés, aun mas que por el total de quinientos setenta y cuatro ejemplares que abraza, en cristalizaciones, piedras preciosas, ágatas, mármoles pulimentados, rocas, fósiles etc., por la singularidad de algunos de esos objetos, entre los que se distinguen escelentes muestras del admirable terreno carbonífero de nuestra sierra, en sus criaderos riquísimos de Espiel y de Belméz. Cada dia rcciben nuevo aumento estos nuestros necesarios ausiliares, sin los que la ciencia poco pudiera avanzar : y el mismo progreso relativo al material le procuramos 3 m en aquélla sección que se destina al fomento sucesivo de fas nobles artes.; de las mecánicas y de los oficios é industrias de nuestra Ciudad; dotando gradualmente bajo nuestra administración y gobierno á la Academia de Dibujo natural, lineal y de ornato, de cuanto ta es preciso: de modo que boy contamos ya coi) mas de trescientos diseños, grabados V litografiados; bastantes modelos de veso v otros muchos efectos, que aumentan anualmente, en obsequio de la clase obrera de nuestra Capital, según tuvimos oeasion de esponer el año próximo pasado. Ni queremos, ni podemos tampoco dejar de apuntar aquí (toda vez que hablamos de progresos cien tifíeos, académicos y literarios) el servicio importantísimo que desde 18o 1 esta prestando nuestro Instituto Provincial á la villa de Posadas; la cual desde que se nos agregó definitivamente la fundación de Ih Joaquín Rafael Gaitan, puede decirse que ha empezado á desfrutar del bien inapreciable de una Casa-Colegio de educación de ninas, (á la que asisten cerca de doscientas) desde que correa nuestro cargo; y hemos girado frecuentes visitas á aquella población, inviniendo crecidas sumas en restaurar y mejorar el hermoso edificio de la enseñanza; comprando todo el material, de que carecía: poniendo ai frente de esta benéfica Institución un Eclesiástico celoso y entendido que vijíle el cumplimiento esaeto de nuestras detalladas instrucciones; 19 eligiendo y dotando suficientemente á dos maestras idóneas, que satisfechas con la puntualidad que lo están todas las dependencias del Instituto Provincial, pueden dedicarse, y se dedican en efecto, con laborioso empeño, á cumplir las obligaciones de su profesión. Y asi es proverbial en toda la comarca, que el Establecimiento referido puede servir de modelo bajo lodos conceptos á los más de su clase en la Provincia. Pero, dejemos, Señores, aquí la pluma, por lo que toca á la parte primera de la materia que nos propusimos tratar, aun cuando se nos quede mucho todavía por decir de aquélla; y volvamos los ojos hacia el régimen interior de la Colegiatura, objeto especialísimo y de preferente atención, que absorvió la nuestra en gran manera, durante los tres años que acaban de transcurrir. Por una coincidencia rara, aconteció al encargarnos de la Dirección, que asi en lo perteneciente á Instituto, como en lo relativo á Colegio, tuv imos que aplicar principios y doctrinas en gran manera diferentes de las que habían regido hasta aquella fecha esas dos importantes ramas del Establecimiento. Y rio es, que nosotros disintiéramos de la muy respetable opinion de nuestros dignísimos predecesores: sino que la legislación del Instituto se alteraba esencialmente por el Plan de Estudios de 1850; al tiempo mismo que la del Colegio, participando yá muy poco de 20 la letra y del espirita del Reglamento de 20 de Noviembre de 1828, (á causa de las novedades introducidas en tan largo periodo por Reales Decretos, órdenes de la Inspección general y de la Dirección de Estudios) hicieron inaplicable aquel precepto orgánico, y obligaron al Gobierno de S. AL á mandar por el articulo de la Real orden de 29 de Mayo del referido año de 1830, que se formase un nuevo Reglamento para esta Insigne Casa. Nos encontrábamos, pues, con un vacío imposible de llenar por de pronto en lo relativo á la marcha interior de los alumnos pensionistas; y para cubrirlo en cierto modo, nos era necesario dictar medidas provisionales, ínterin corrían los trámites nada breves de un negocio, que exije siempre meditación profunda y el examen de diferentes dependencias. Y no era eso todo, por desgracia: pues, con la mejor fé y con el mas sincero deseo del acierto, se habían hecho recientemente obras de alguna importancia en el edificio, encaminadas á plantear el sistema de vida commiy en la aplicación mas lata: si bien el tiempo no hubo de alcanzar á nuestro inmediato antecesor para desenvolver su pensamiento por completo, y para rodearle de esa multitud de circunstancias, que á primera vista parecen pequeñas; pero que son no obstante de un resultado trascendental y decisivo: especialmente cuando hay que hacer un tránsito violento y rudo, que pugna con tradiciones respetables, y que hade tropezar y vencer obstáculos de diversa índole. Desde el primer golpe de vista nos hicimos cargo de esas dificultades que debían embarazar nuestro camino, al emprenderlo bajo tales auspicios: por lo cual, no bien posesionados de la Dirección, acudimos con urgencia al dictamen de la Junta Inspectora, y la dijimos con fechado 13 de Marzo del precitado año, entre otros particulares lo siguiente. «Los Jesuitas y los Escolapios, que en tiempos pasados fueron los únicos que adoptaron este sistema, contaron siempre con los muchos recursos morales y materiales que posee una orden religiosa. El Real Seminario de Yergara, ¡que imitó su ejemplo.) disponía y dispone de un edificio en estremo capaz; ) puso también en juego con grande número de funcionarios y dependientes todas las ruedas de tan complicada máquina: y lo mismo hacen con mas ó menos abundancia de medios los Colegios que de 30 anos acá se v.án abriendo en los diferentes puntos de la monarquía. Yo i: eso, al convertir el de Xtra. Sra. de la Asunción en un Establecimiento de vida común,, menester era realizar el sistema en todas sus parles, y contar por lo tanto, con dormitorios ventilados y distantes de lodo comercio exterior; con salas de estudio independientes, aisladas y de buena luz: con salones de juego ó. recreo para los días lluviosos; enfermería dolada de las cin mistancías prooisas, y las domas oficinas que lleva consigo este régimen. Si se han llenado, ó no, lodas ellas, puede desde luego conocerse. Otro tanto sucede con el personal; pues en el sistema de que tratamos debe por necesidad ser mas numeroso y activo, exigiéndose una vigilancia constante sobre todos y cada uno de los departamentos del edificio á la vez.» «No es mi ánimo dilatar este informe, esplanando mis ideas sobre las ventajas y los inconvenientes, que en mi humilde opinión llevan consigo entrambos sistemas.... Si la Junta Inspectora desea oir algún dia lo que pienso sobre este punto, tendré un señalado placer en demostrar mi sentir, cumpliendo en ello una parte de los deberes de mi cargo. Mi objeto, al establecer los anteriores precedentes, se reduce á justificar mis primeros pasos en la admnistracion interior del Colegio, y á espresar, que teniendo en cuenta lo que llevo ii dicado, no es posible esperar del Director, ni tampoco de los segundos Gcfes de la Casa, un cambio repentino, completo y radical en la disciplina de los alumnos internos.» «Mas, como yo considere poco cuerdo inaugurar mi Dirección con nuevas obras, que originan siempre crecidos gastos: que deben meditarse y (razarse concienzudamente; y que hoy, en el último periodo del curso, ofrecerían no pocos obstáculos, hallo mas obvio suplir por ahora, 23 en cuanto es posible, las desventajas de la distribución actual del edificio, las del personal y las de la época dei aro en que estamos, con la influencia que ejerce siempre cu el cerebro y en el corazon de nuestra juventud Colegiada la espectativai de lo que será el gobierno de un 6efe desconocido.»- Tengo, pues, la satisfacción de anunciar á la Junta Inspectora, que he aprovechado ésta ventaja: y con propósito firme de lograr mis desees de una manera metódica y gradual, creí necesario ¡como lo hice) reunir desde luego á los alumnos internos y medios, y después ¿ los externos; exponiéndoles, del modo que pueden alcanzar sus inteligencias,, mi pensamiento; y apelando, (cual siempre lo verifiqué con fruto,) al pundonor, ai amor propie y á los resortes de afección y carino*, que nunca se tocan en valde.», « Además, comprendiendo á vacío q¡ue existe respecta á la vida interior y estertor de los Colegialas, he reunido en Edicto todas aquellas disposiciones provisionales que* reclama el estado de la Casa; v como verá kt Junta tas— pee-tora, lie consignado» en 21 artículos, (que vienen á ser la aplicación posible del. Reglamento de 18 ta mas-necesario» en punto, á organización y disciplina; á la distribución del tiempo; á los alimentos; al traje, costumbres, salidas ordinarias y extraordinarias-, visitas y comunica—

u

cioncs de afuera; juegos, distracciones, premios y castigos. Aun más particularmente me he fijado en lo religioso y moral; restableciendo las prácticas piadosas, que en los Domingos de Cuaresma y en los demás del año siempre ejecutó el Colegio acordando lo conveniente en materia do libros, manuscritos, estampas y otros objetos; y estableciendo una Conferencia semanal de Urbanidad v Cor- V lesuL» jVo hemos podido dispensarnos de citar lo mas esencial de la anterior comunicación, por que en ella encontrarán las personas dignísimas, que han venido á honrarnos esta larde, trazada la vía que emprendimos, y espuesta nuestra Doctrina de Colegio; de la cual derivamos los cuatro principios siguientes. I . ü Distribución oportuna del tiempo de trabajo y recreo: para para que el primero no fatigue; ni el segundo inspire tedio ó aburrimiento. 2.° Vigilancia constante v benéfica sobre los Colegia- ^ y v O' Ies por parte de sus Gefes; tanto de dia como de noche; v en todos los actos de la vida. V Reunión continua y numerosa de los jóvenes de una misma edad. Ksia asociación es libre, en cuanto favorece al desarrollo físico, moral é intelectual: pero absolutamente prohibida en todo lo que puede conducir á la degradación material ó espiritual del individuo. Aplicación imparcial de premios y castigos; distribuidos los unos y los otros en justicia: encaminados al alma, mejor que al cuerpo: pero dirijidos los últimos á ésta y á aquélla simultáneamente, cuando los sentimientos de virtud y noble emulación se han debilitado en el corazon del culpable. .Tres circunstancias pedimos necesariamente á lodo Colegial: 1.* Moralidad; que supone en los jóvenes un respeto profundo á nuestra Santa Religión, Católica, Apostólica Romana; á sus Ministros; y también á los mayores en edad, dignidad v parentesco: creencia ciega, en las verdades evangélicas; pureza notoria de costumbres, y decoro intachable en acciones y palabras. 2.a Aplicación: que quiere decir, silencio y reflexión en el estudio; conocimiento cabal de las lecciones en las diversas asignaturas, según la capacidad respectiva de los jóvenes; V buena nota en los exámenes generales y parciales. 3.a Buena crianza: que significa moderación en los deseos, prudencia en el obrar, circunspección en el hablar, cultura y flexibilidad en las maneras; estudio constante y aplicación exacta de los usos y costumbres sociales, conforme á los buenos principios, que colocan al hombre bien nacido en un justo medio razonable; habituándole á ladul- M zura del trato público y privado, y apañándole de viciosos eslremos. lie aquí en resumen, cuanto hemos exijido de la juventud puesta á nuestro cargo; y cuanto hemos tenido la fortuna de llevar a felice cima hasta el dia de hov, obleniendo en recompensa numerosos testimonios de aprobación espontánea y de dulce simpatía, asi en nuestra Capital y Provincia, como en otras, que la son limítrofes. El aumento progresivo de la Colegiatura cooperó también á inspirarnos confianza, y á que nos resolviéramos á ha. cer durante las vacaciones del Estío de 851 y 8o2 varias reformas en el edificio, que se practicaron con muy poco desembolso. ¿. ¡ De entonces dáta la habilitación de un salón general de Estudio para cien alumnos, que apartados convenientemente los unos de los otros, y bajóla constante vijilancia de tres ó cuatro superiores, observan ese silencio perfecto, que han podido notar cuantas personas visitan el Colegio; algunas de las cuales miraban como imposible semejante resultado, por que desconocen la práctica de este sistema; ó por que ignoran los recursos de que dispone la fuerza de autoridad, cuando se funda en el cariño de los que obedecen; cuando se ejerce con templanza; cuando son constantes y fijos los principios sobre que estriba; y cuando los resortes intermedios del mecanismo siguen 27 el impulso que presta la unidad y la concordia. De entonces data la construcción de habitaciones de inspección al frente de todos los dormitorios, de modo que sea casi imposible durante la noche la menor transgresión de los preceptos del régimen, sin que se aperciban de ella los Gefes del Colegio. De entonces dáta la creación de billetes de salida, que tal vez estimen en poco los que olvidan la porcion de datos estadísticos que ofrecen tales cédulas al Director, para apreciar de una ojeada las circunstancias peculiares á cada alumno, que deben tenerse muy en cuenta. De entonces data el destino esclusivo de los cuartos v «i dormitorios, para este solo objeto; no permitiéndose que estén abiertos durante el (lia, ni á disposipion de los Colegiales. De entonces data la revista semanal de libros, papeles, ropas y demás efectos, cuyo reconocimiento frecuente interesa en gran manera á la moralidad, y también á la policía personal y á las costumbres sociales de los jóvenes. De entonces también datan las Conferencias de Urbanidad y Cortesía, llevadas á un terreno filosófico, y particularmente acomodadas al desarrollo intelectual de los que asisten. En esa época, no diremos que ha nacido, (por que seria faltar á la verdad) pero sí, que ha cobrado nuevas fuerzas ese espíritu provechosísimo de corporacion; ese afecto recíproco y sincero, que hace de nuestro numeroso dis- 28 cipulado una familia, mas espansiva en sus palabras, mas desinteresada en sus obras, mas constante en sus resoluciones y propósitos, que muchas de aquéllas, á quienes ligan los vínculos naturales de la carne y de ía sangre. Digan si nd, lo que piensan en este punto los infortunados padres, que perdieron á los hijos que educaban en nuestra Casa-Colegiada; y léanse las sentidas comunicaciones que con tan triste motivo nos dirijieron, v aún hicieron publicar: por que ellas, asi como el admirable espectáculo que presenció esta Capital en los funerales de nuestros malogrados jóvenes, son pruebas relevantes de cuanto aca- ) bamos de exponer. ¿Mas qué importa, dirán esas almas metalizadas, (de las cuales por dicha ni una sola se halla en este recinto,) qué importan los progresos mas o menos rápidos que haya podido hacer en los años últimos el Instituto Provincial y el Real Colegio de la Asunción, asi en lo científico y literario, como en lo religioso v moral de su organización interior, si en cambio de tales ventajas, que pertenecen esclusivamente al corazon y al espíritu de la juventud, por otro lado habremos de pagar muy caros semejantes beneficios, sacrificando nuestros intereses materiales, y empleando en obsequio de un corto número de personas la sustancia de los esquilmados pueblos,..*? Para estas gentes, que todo lo someten á cálculo aritmético; 59 que dejándose llevar de un ciego instinto de mal entendida economía, censuran todo aquello que no satisface su positivismo grosero y sensual, escribió sin duda su epitafio el Rey Sardanápalo: ((Come, bebe, goza; que todo lo demás es nada.» Mas, también para ellos hemos reservado una contestación cumplida, que ciertamente aprobarán les verdaderos representantes de la Capital y de la Provincia, y cuantos nos dispensaron hasta aquí la se&alada honra de escucharnos; si es que se dignan todavía prestar su benévola atención á la tercera y ultima parte de la presente Memoria. Desde que, en los primeros meses de 18oi„ comenzamos á estudiar la administración del Establecimiento, que el nuevo Plan ponía en nuestras manos, hicimos firme propósito de trabajar con cuanta fuerza de voluntad cupiese en nosotros, hasta conseguir (si era posible) que ta Provincia se libertara de la carga no pequeña que anualmente sufría, para cubrir el déficit considerable de nuestros ingresos ordinarios. Éstos consistían, según residía del Presupuesto de iSIHh en échenla y dos miT cuatrocientos y tres rea-Ies; comprendiendo en ellos el producto de los bienes del Instituto-Colegio, el de los derechos de matrícula y la parte sobrante de los depósitos para grados de Bachiller en Filosofía. Pero como los gastos del material y personal unidos ascendían á la suma de ciento cuarenta y cua- 3# tro mt ochocientos diez y nueve reales, resultaba entre una y otra partida la enorme diferencia de sesenta y dosmil cuatrocientos diez y seis reales, a cargo de los pueblos. Semejante estado de cosas, por más que no parezca muy gravoso, á quien conoce cuan crecida es la subvención que paga el Estado á los demás Institutos Provinciales v á los Seminarios Conciliares del Reino, no se ofrecía tan lisongera á nuestros ojos: por que miramos siempre como un mal en estos tiempos, que los contribuyentes vuelvan la azorada vista hacia las dependencias públicas, para contemplar en ellas, con mas ó menos fundamento, una de las cien bocas de ese insaciable monstruo, que aparece en los ensueños del hacendado y del colono, devorando sin cesar las fortunas de las clases productoras. Por la que nos cupo en todo lo relativo á este centro de enseñanza desde nuestra llegada á Córdoba, esperimentamos también la satisfacción dé encontrar á los apreciables miembros de la Comision investigadora de bienes y rentas de Instrucción pública, provechosamente afanados en deslindar los derechos del Establecimiento á diferentes fundaciones y obras pias; de suerte que pudimos asociarnos inmediatamente á sus trabajos, y despues de seguir todos los trámites marcados por la ley, realizar la agregación definitiva de algunas de aquéllas, respetando la intención de los fundadores, y- ejecutando su voluntad de una | 31 manera escrupulosa, con notorio beneficio de los pueblos; según apuntamos en la sección antecedente. La misma buena estrella siguió iluminando nuestra vía en cuanto á productos académicos; por que se aumentaron éstos bastante, á consecuencia de la subida de los derechos de matrícula: y por juzgar nosotros esta partida variable y no de gran cuantía, fiamos poco en ella, y pusimos nuestro mayor conato en la mejora progresiva de los bienes raices que el Instituto posée; ya visitando las fincas por nosotros mismos, ó haciéndolas reconocer por personas competentes, que nos informaran de los medios de obtener de ellas mayores rendimientos; yá atendiendo á su conservación y reparando los estragos de tiempos anteriores (corno ha sucedido en Caslro del Rio, B< Iméz, Posadas y aun en el término jurisdiccional de Córdoba, á costa de no pequeños desembolsos); vá estimulando el interés de los arrendatarios con alicientes legítimos, que originasen razonables competencias: yá proyectando plantaciones y otros trabajos agrícolas, que han de alcanzar forzosamente el fin apetecido. Y si á todo eso agregamos la prosperidad creciente de la Colegiatura, base firmísima, sobre la cual estriba nuestro edificio económico, por que sostiene el gravamen de obligaciones diversas, (que en otros Institutos levanta el presupuesto provincial,) no os sorprenderá, Señores, lo que va- 32 mos á decir, para terminar con ello nuestro difuso relato. En 18o<>; cuando tuvimos la honra de ser nombrados para la Dirección del Establecimiento, satisfacía la Provincia, conforme habéis oido, la cantidad de 62,416 rs. para cubrir el vacio de nuestras rentas, que eran insuficientes por entonces para pagar todos los gastos del personal y material. En 1851 logramos, á favor de las circunstancias referidas, que no escediera el déficit de 43,452 rs. En 852 se redujo á 28,757 rs, con 11 mrs. En el próximo pasado de 1853 solo abonaron los pueblos la insignificante suma de 3,909 rs.; y en el actual de 1854 gozamos del placer singularísimo de no cobrar de fondos públicos i** «•» «oio maravedí; esperando confiadamente que sucederá lo propio en los dias venideros. Y cuenta, Senores, que nuestras necesidades son de alguna importancia; porque ascienden próximamente a catorce mil duros anuales, si no esceden de esa suma, bajo los dos conceptos de Instituto y de Colegio. De lo cual resulta» (si nuestros datos son exactos) que no hay una sola casa de Enseñanza Provincial ó Diocesana en la Nación» que pueda ofrecer, como la nuestra, tal paridad entre los ingresos y los gastos; sin que para llegar á este punto nos haya sido necesario exigir dolorosos sacrificios; ni imponer molestas privaciones; nt atrepellar- derechos; ni aflijir á la desgracia; 83 p¡ entablar litigios: ni seguir ejecuciones; ni retener fianzas; ni omitir desembolsos eventuales y estraordinarios. Al reyés de eso, hemos otorgado largas esperas a inquilinos y arrendadores: hemos pagado á todo el mundo diaria, semanal o mensualmente; no existiendo hoy una sola persona, Corporation ó dependencia que pueda llamarse acreedora á nuestos fondos. Hemos emprendido obras de consideración en puntos diferentes de la Provincia: hemos completado el material de la enseñanza, asi en el Instituto de Córdoba, como en el Colegio de Posadas: hemos llenado, de objetos necesarios, de mueblaje y efectos de valor, casi todas las oficinas de la Asunción: hemos cubierto las demás cargas, y contamos con recursos suficientes para afrontar con fá^ serena alguna eventualidad que acaeciere. Bendigamos,. pues, á la Divina Providencia por sus inagotables beneficios en favor dfe esta antigua é insigne Casa. Celebremos el término á que hemos llegado, como un triunfo que lia de refluir en provecho de las letras y las ciencias, de la educación religiosa, moral y social de nuestra juventud andaluza. Moslréraos á ésta, cual objeto digno de su acendrada gratitud, el laborioso empeño de tantas personas como se han asociado á los modestos trabajos dé la Dirección, coadyuvando eficazmente á nuestra empresa, que por ser hija de la voluntad y perseveran5. j - • n cia de muchos, puede ser citada sin vanagloria, y ofrecida á vuestra consideración, en testimonio público del sincero reconocimiento que nos merecen sus verdaderos autores. Venid á coronarla vosotros, amados Colegiales, alumnos todos de esta ilustre Madre de las Ciencias, que os acoge en su regazo y os nutre con el sabrosísimo pan de los conocimientos humanos, amasado con el agua saludable de las virtudes Católicas, sin las cuales no hay, ni puede haber salvación, Venid a coger los frutos opimos del bello jardín de la sabiduría, plantado sobre la tierra fecunda del Evangelio; y aunque os parezcan pequeñas en sí y de poca estima las recompensas que vais a recibir de las manos consagradas de ¡Vuestro Prelado venerable, elevad vuestros ojos hacia esa eseelsa Patrona, que en el espacio de tres siglos ha premiado con largueza la aplicación y la constancia de sus hijos; y esperad confiados, que supliendo también ahora la insuficiencia de nuestros medios materiales, colmará en el porvenir vuestros deseos, y ('enramará sobre los Gefes, Profesores y Alumnos del Instituto Provincial y Real Colegio de la Asunción de Córdoba el tesoro inagotable de sus gracias.

HE DICHO.

Referencias

  1. En el centro do la galería excitaba la curiosidad una bella colección de daguerrotipos, que contenía los retratos de todos los Colegiales, divididos por edades y asignaturas en grupos, formando pequeños cuadros de composición, a cada uno de los cuales presidía un pensamiento diferente.
  2. Memoria del Instituto Provincial de Córdoba de 1854, en la web de la Biblioteca Municipal de Córdoba.

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