Taberna El Bolillo de la Fuenseca

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Taberna El Bolillo de la Fuenseca

Esta taberna estaba situada en la calle Juan Rufo esquina con calle Imágenes frente a la panadería de los Cárdenas. Visitada por una clientela de artistas e intelectuales, toreros como los hermanos "Zurito", personajes populares como el Marqués del Cucharón, Miguelito del Río y los cantaores de alto rango como los José Moreno "Onofre" y su hermano Ricardo. Se servía un vino de muy buena calidad llamado Fino Calabaza.


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Recuerdos de la taberna [1]

Haciendo esquina con la calle Imágenes, estaba situada la taberna del otro "Bolillo", hermano de la calle José Zorrilla.
En esta taberna de la Fuenseca, el ambiente y la clientela eran distintos, no era el ambiente de tratantes y pícaros de feria, de la de su hermano José. En esta era una clientela más distinguida, personal correcto, agradables y educado. Aristas, intelectuales y hombres de valía de la rancia cepa cordobesa.
Muchas veces se le vio, en sus frecuentes visitas, acompañado de el Chocolatero con su guitarra, a Julio Romero de Torres con su inseparable galgo Pacheco. A los hermanos "Onofre" con sus inevitables cantes por soleares y alegrías de Córdoba. La taberna, toda en silencio, escuchado aquel cante sentencioso, lleno de la pura filisofía del pueblo.
La serranas, con toque de guitarra del Cocolatero, en el que se escuchaba el trote y el galope del caballo y el quejido y lamanto del serrano en las breñas de la Sierra Morena.
Los comentaristas del toreo, tiempo del Gallo, Machaquito y Juan Belmonte, los primeros triunfos de Joselito y la rivalidad con Belmonmte con la retirada del Machaco.
Estos muchachos, Joselito y Juan, empujaban mucho, había que rendirse y dejar paso a la juventud.
Mientras la calabaza del Bolillo recorría de mesa en mesa, vaso a vaso, como el giro de una albolafia, regalando los paladares de los viejos bebedores
Era tiempos del reinado de Alfonso XIII, la política tranquila, liberales, conservadores, y republicanos, todos tranquilos. La Cierva, Romanones, la guerra de África, Annula, Nador, los generales Silvestre, Sanjurjo y Primo de Rivera y todo un pueblo tranquilo y resignado.
Estos eran los años 20 de esta Córdoba. Todo fue transcurriendo suave, pasajero. Vinieron otras generaciones y la taberna seguía igual, tranquila con su calabaza y su pacífica y artistica clientela, después poco a poco, todo fue apagándose, desapareciendo, llegó la guerra civil, después la postguerra con su modernismo y su charranfino. Todo materialismo y vicios desechados de otras ciudades extranjeras, cubatas y whiskys, drogas y exotismos, la calabaza moría avergonzada y asqueada y la taberna, medrosa y acobardada de esta osadía, murió lentamente de pena y asco. Desvanse en paz la calabaza.


Referencias

  1. "Memorias Tabernarias". Manuel Carreño Fuentes en Diario de Córdoba.12 de noviembre de 1989

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