Fiesta de la Candelaria (Córdoba)

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Parada de carruajes en la Fuensantilla en el Día de la Candelaria


La fiesta de la Candelaria se celebraba en Córdoba desde antiguo de manera especial en el Barrio de Santa Marina, en la iglesia de Santa Marina primero y en las calles, después, con la procesión de la imagen de la Virgen de la Luz. También en Iglesia de San Pedro había una celebración religiosa, donde los Comerciantes celebraban a su patrona. Después, una romería popular, en la que las gentes marchaban de perol a las proximidades del Arroyo Pedroche.

Esta fiesta, celebrada el día 2 de febrero, tiene gran arraigo en la provincia de Córdoba, y en Andalucía en general. El día de la Candelaria o de la Purificación de María, se conoce también como día de las Candelas por la tradición de encender candelas u hoguera.

Había una cantinela granadina que decía lo siguiente:

Ya viene la Candelaria
con San Cecilio y San Blas
que son tres días de fiesta
para cantar y bailar

La Celebración en Córdoba

La celebración religiosa de la Virgen de la Candelaria era festejada desde tiempos remotos en el barrio de Santa Marina. Se conocía por la Virgen de la Luz, recibiendo homenaje devoto de los vecinos de este barrio en la iglesia del mismo nombre. Al abrir el día se organizaba una procesión que recorría las calles del barrio. Igualmente en la iglesia de San Pablo celebraban una fiesta religiosa de gran solemnidad los comerciantes, al tener éstos a la Candelaria como patrona. Después de los actos religiosos se desplazaban a la popular romería.


La Romería

Era costumbre muy antigua el celebrar la festividad de la Candelaria mediante una romería sin contenido organizativo, ya que era espontanea, ésta se proyectada hacia el campo.

Las gentes de los barrios desafiando las inclemencias del tiempo invernal se movilizaban en pintorescas caravanas dirigiéndose junto los aledaños del Arroyo Pedroche.

La mayoría iban andando, provistos de sus viandas, en muchos caso, transportados por burros. Como era natural no faltaba la garrafa de vino y los ingredientes mínimos para el clásico perol. A lo largo del camino surgían tenderetes y ventorrillos que animaban a los romeros con la venta de bebidas y algunos productos para el pateo.

La gente popular se echaba adelante por el camino polvoriento que partía desde la Torre de la Malmuerta y terminaba, en el arroyo de Pedroches. En la confluencia con la ronda de la Fuensantilla, se unían nuevos contingente procedente de otros barrios, dando rienda suelta a las canciones y tonadillas animadas con guitarras y panderetas, no cesando en sus risas, chistes, bromas y buen humor en todo el día.

Las familias acampaban en los olivares e instalaban mecedores en los que se columpiaban las muchachas. Y así pasaban la jornada alegremente. Se comía y se bebía en abundancia hasta bien entrado el atardecer. Y al final, más de uno no podía mantenerse en equilibrio, por haber ingerido más vino de la cuenta.

Hay que señalar que durante la típica jornada eran muchos los caballistas con muchachas a la grupa que aparecían por los alrededores de arroyo poniendo una nota de tipismo y color. No faltan los coches de caballos con las fanfarria de los cascabeles, coches de punto, carros adornado, y también eran bastantes los pianillos de manubrio que no cesaban de amenizar con su música de polkas, chotis y pasodobles, dando ánimo y fiesta a las gentes allí estacionadas.

Esta romería en declive se mantuvo hasta mediados de los años cuarenta del pasado siglo. Hay que hacer mención, a la famosa Venta Pedroches ubicada en el cercano puente del mismo nombre ya desaparecida.

La jira o romería de Pedroches celebrada en la Candelaria, tenía un perfil castizo, de honda tradición y raigambre popular en otros tiempos, sólo queda en el recuerdo nostálgico de los octogenarios vivientes en la fecha en la cual se escribe esta crónica.


Por cierto hay un dicho castellano y popular que dice lo siguiente con respecto al tiempo:

Si la Candelaria plora la primavera flora, pero si no plora, ni flora ni plora

O dicho de otra forma:

Si la Candelaria plora, el invierno fora, si no plora ni dentro ni fora.

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