Fundiciones de Córdoba
Uno de los sitios que me llamaron la atención en mis primeras entradas a este agradable lugar, fue encontrarme el nombre de “Las Ollerías”, que para mí y desde mi nacimiento hasta mi salida de Córdoba en 1975 había sido la avenida del Obispo Pérez Muñoz. Y en ella y aunque no mi domicilio, pero si había girado toda la vida de la familia paterna en torno a la Fundición "La Actividad", “Félix Martínez Cía. S.R.C.. He aportado alguna fotografía pero, salvo opinión de Vds... en contrario, estimo que la incidencia de la industria de la fundición de hierro y bronce en la ciudad y provincia de Córdoba, merece una relación más pormenorizada. Lamentablemente han pasado los años y han ido desapareciendo aquellas personas que nos pudieran haber aportado datos más fidedignos. No obstante, yo voy a intentar aportar este granito de arena, con el que, lógicamente, pueden hacer aquello que estimen conveniente. En una de mis últimas entradas me encuentro con una página dedicada a Bernardo Alba Romero, que a la vez que me proporciona una información que desconocía, veo que tiene algunos datos que se deben rectificar y complementar. Desconocía la existencia de Bernardo Alba Romero y de otra parte si se de la de Bernardo Alba Pulido, como se deduce, hijo del anterior. Este último se instala en las Ollerías, siguiendo y continuando la empresa de su padre, todo lo indica así. Incluso el año 16, porque los conocimientos del comienzo, según relatos orales familiares, de mi abuelo tengo noticias que comienza en el 18. En estos comienzos se produce la unión de Bernardo Alba Pulido y Félix Martínez Rodríguez, bajo el nombre comercial “BERNARDO ALBA, HIJO, Y MARTINEZ”, aún queda maquinaria, ya en desuso al haberse cambiado los métodos de extracción de aceite, por algunas poblaciones. Ignoro cuanto duró esta unión, pero si que se separaron, al punto que al realizar la partición de los talleres, - que estaban en la misma calle, a la altura del número 17 y no al lado de lo que después fueron las instalaciones de Fundiciones ALBA S.A., hicieron una parilla doble, separada por unos 20 centímetros, para que los hierros que en ella se apoyaban no se tocaron y un pozo que era medianero, tenía el brocal dividido. No tuvieron que ser muy hondos los motivos de separación, porque a nosotros, los que pudiéramos llamarnos “nietos”, siempre nos hablaron, a los Martínez, estupendamente de “Bernardo” y hasta su fallecimiento, visitábamos a su viuda, Carmen Yusta, como si de nuestra abuela se tratase.
Aprovecho para hacer un inciso sobre lo escrito en la página “BERNARDO ALBA ROMERO”, dice que Fundiciones Alba cerraron en el 79, Félix Martínez y Cia, en el 74. Y estoy más que de acuerdo en lo doloroso que es pasar por delante de una industria que ha significado tanto y verla cerrada. Sobre la decadencia y cierre de las distintas fundiciones de Córdoba, tengo mi propia teoría que expondré más adelante. Pero antes quiero hacer otra apreciación y es que cuando se separan Bernardo Alba y Félix Martínez, este último se une con Emilio Olmeda, fundando la razón social “MARTINEZ Y OLMEDA”, lamento no conocer cuánto duró. Se que, una vez disuelta, el Sr. Olmeda se trasladó a Montilla y allí reinició sus labores de fundición.
Aclaro que todas estas fábricas estaban dedicadas a las tareas de fundición, talleres mecánicos, caldererías, etc. y a la fabricación, especialmente de maquinaría para la extracción de aceite de oliva mediante la molturación de la aceituna.
Las relaciones entre las firmas Alba y Martínez, fueron excelentes hasta última hora, ya convertida la firma Bernardo Alba Pulido en Fundiciones Alba, S.A. Son recuerdos que el paso de los años hacen que se estimen.
Entre otros detalles que ya señalaré, todas las fundiciones de Córdoba comenzaron trabajando con unas maquinarias bastante obsoletas y ninguna puso especial hincapié en modernizarse. Sin duda también era bastante difícil por la financiación. Con decir que mayoría de la maquinaría con la que se trabajaba era procedente del desguace de la Minas del Muriano, queda dicho todo, y a más con solo ver algunas de las fotografías que he enviado, queda patente. Evidentemente tras la Guerra Civil, se nota una mejoría de gestión. ¿Qué pudo haberse hecho? Pudo haberse hecho algo, que por cierto se propuso en una reunión de aquellas de elaboración de los convenios colectivos y más bien generó risas. Hay que tener en cuenta donde estaban ubicadas las fundiciones, el valor de esos terrenos y como podían haberse vendido, creado una Sociedad Anónima en la que entraran todas, modernizar al completo la maquinaria, tener un buen remanente y haber distribuido dinero entre los componentes…. Pero no se hizo.
Ojo y sin especificar metros cuadrados: Félix Martínez y Cía., S-R.C y Fundiciones Alba S.A., en Avda del Obispo Pérez Muñoz.- La Cordobesa, S.A, y Sociedad Serraleón, en Avda de Medina Azahara, González Hermanos, enfrente del Cementerio de San Rafael. Patricio Carmona, en la misma acera y cercano, al Cuartel de Infantería. Todas fueron desapareciendo y no precisamente fruto de ninguna especulación.
Como se deduce lo que he escrito, se puede ampliar una barbaridad este asunto de las Fundiciones de Córdoba, pero ha pasado el tiempo y han ido desapareciendo las gentes que nos pudieron facilitar mas datos. Incluso lo que si se puede, con suerte y encontrando quien las conserve, es ir formando un pequeño “museo” de fotografías de las maquinarias que cada una fabricaba e incluso de las mismas instalaciones.
No he mencionado las fundiciones de bronce, mediante hornos en el suelo y crisoles, además que este método lo tenían las fundiciones de hiero, también había talleres/portales a ello destinados. Sinceramente es un tema que se puede ampliar muchísimo y lo que me llama siempre la atención es el porqué la provincia de Córdoba ha sido tierra de tantas fundiciones de hierro. Porque también habría que hablar de las que había en los pueblos.
Y cuando miren a una tapa de alcantarillado y vean en el centro alguno de los nombres mencionados, ya saben de donde venían. También fue triste el desguace de estas industrias, al principio unas se iban quedando con lo más servible de las otras y al final, y en medio también, la mayor parte de la maquinaria era destinada a chatarra, teniendo que ver como se rompían.
Ah, y no acabo sin mencionar a la mayor fundición, aunque era para abastecimiento propio, que era la SECEM, la Electro Mecánica, la Sociedad Española de Construcciones Electromecánicas.
A animarse quien tenga datos y a ver si logramos algo digno. Y los errores u opiniones que tenga erroneas pues que me las corrijan, lo agradeceré.
1 Abril 2007- FEMARCAN
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