Monumento a Eduardo Lucena
El monumento a Eduardo Lucena fue promovido en 1926 por el Centro Filarmónico. Según el boceto original, a los pies de la escultura y apoyada en el pedestal sobre el que Lucena se erguía se situaba una musa, alegoría de la música.
Obra del artista montalbeño Enrique Moreno, el proyecto nunca llegó a concluirse, ya que Moreno fue fusilado en 1936. La obra quedó abandonada en un descampado en el antiguo viaducto del Brillante, según escribía Dionisio Ortiz Juárez en el Diario Córdoba, en 1964:
"En un descampado próximo al viaducto del Brillante, sin vigilancia, con el resguardo de piedras que se la pusiera, venida al suelo la figura triste y pensativa de Eduardo Lucena
[...] , hoy, como un trasto inservible, sirve de blanco a las pedradas de los chiquillos, que ya han arrancado de su cara la parte más vulnerable de la estatua, la nariz..."
A petición de un grupo de intelectuales, el ayuntamiento recuperó y restauró la escultura, instalándose en 1981 en la plaza de Ramón y Cajal. Al acto, presidido por el entonces alcalde Julio Anguita, asistieron habitantes de Montalbán, en recuerdo a su autor.
Localización
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