Pregones de Feria (Fuente Palmera)

De Cordobapedia
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Introducción

Recopilatorio de pregones recitados todos los años el primer día de la Feria Real de Fuente Palmera (Córdoba), a cargo de distintas personalidades vinculados con la localidad.

Feria Real 2024 (José Manuel Pedrosa Portero)

Inauguración de la Feria Real de Fuente Palmera con el pregón del vecino y exalcalde de Fuente Carreteros, José Manuel Pedrosa Portero.

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Muy buenas noches, señor Alcalde, Concejales y Concejalas del Ayuntamiento de la Colonia de Fuente Palmera, colonos y colonas, amigos y amigas. Gracias por vuestra presencia hoy en esta plaza Real.

Alguien decidió hace un tiempo que fuera vuestro pregonero en la Feria Real de la Colonia de Fuente Palmera. Mi nombre, como bien han dicho, es José Manuel Pedrosa Portero de Fuente Carreteros, aunque en mi DNI se recoge mi nacimiento en Fuente Palmera.

Hoy he asumido una enorme responsabilidad. Os tengo que confesar que cuando me lo propusieron, el día 15 de julio en otra concentración más contra los recortes sanitarios en el Centro Medico Bernabé Galán, me quede en shock, sentí temor y muchas dudas y con una fuerte subida de la tensión, llegando a preguntarme si habría médicos para que me atendieran o tendría que esperar unos días. Y si tenía suerte y me atendía el médico por urgencias, ¿cómo le explicó que los síntomas me los había provocado la propuesta de ser pregonero en vuestra feria?

Y más, sabiendo que en los años anteriores ha pasado por esta plaza pregoneras y pregoneros de muy alto nivel. Yo sigo con mis dudas de si seré capaz de hilvanar un pregón que pueda llegar a la media altura de mis antecesores, pero quién le dice que no, al persuasivo y exigente Concejal de Cultura Kike González Mestre, mi amigo y compañero. Por el valor que siempre le he dado a la amistad he dado este paso. Espero poder seguir contando con su amistad cuando lo finalice. También espero que el señor alcalde no lo destituya de concejal.

Pero tengo que ser muy sincero con vosotros y vosotras y deciros que, con temor y con mis dudas, es para mí, un gran honor ser vuestro pregonero en la Feria Real de la Colonia de Fuente Palmera.

En primer lugar quiero trasladar un saludo y un abrazo a todos los emigrantes que año tras año vuelven a su tierra a pasar unos días en la feria de su pueblo, siendo para estos los mejores del año. Hablo con la razón de quien también ha sido emigrante durante años yo nunca me adapté a otras tierras. Salí de mi pueblo como muchos y muchas de la Colonia a buscarme la vida, pero mi corazón y mi mente estaban constantemente con los recuerdos de mi tierra y mis raíces, algo en mi interior me decía “vuelve a dónde has sido feliz”, y un día hice la maleta y desande el camino para volver.

Un pregonero es alguien que publica a viva voz unos hechos para conocimiento en el comienzo de la feria. Viene siendo costumbre que el pregonero traslade sus recuerdos y vivencias siguiendo un hilo conductor, yo empezaré cogiendo “La Catalana”. En ella inicio el viaje para llegar a Fuente Palmera. De mi niñez recuerdo a su conductor, Marín, que la sacaba de un garaje y la dejaba en marcha en las frías mañanas de invierno para que se calentara, dejando en la zona un intenso olor a gasoil y abundante humo negro, mientras su compañero, Galán, cobraba los billetes. Llegada la hora de salida, cogía la carretera llena de baches y una velocidad muy lenta llegaba a Los Silillos, recogía los pasajeros y con su lento y ruidoso paso llegaba a Fuente Palmera entrando por la calle Higuera para girar a la derecha en la calle de la carretera Palma de Rio, efectuando su parada en el bar la Fonda, que era propiedad del Alcalde Antonio Aguilar, aquí bajaban y subían los pasajeros, vendían billetes y también te ponían un café o un medio de vino. Y ellos recogían los pedidos que les tenían encargados para traer desde Córdoba. La salida hacia la capital era por la calle Torrijos girando a la izquierda en la calle Laureano Pérez para encaminarse hacia la Ventilla, ¡qué mano de volante tenían los conductores para pasar por estas calles! Había dos catalanas, una que salía de Fuente Carreteros y otra de Ochavillo del Rio en esta su conductor era Manolo Dugo “el Santo”.

En mi niñez este era el medio que usábamos para viajar, que siempre era para venir al médico. A la catalana llegué a tomarle manía en mi infancia, ya que vi algunas llenas de personas, donde se llevaban a mis amigos, yo no entendía que era eso de la emigración. En aquellos años llegaron a estas tierras unos catalanes repitiendo las propuestas de Turrieguel que como sabéis fue quien capto a los colonos- centro europeos ofreciéndoles una vida mejor en estas tierras. Estos catalanes se dirigieron a los cabezas de familias más numerosas con el ofrecimiento de trabajo para todos y todas, con lo que tendrían una vida mejor en un pueblo llamado Ripoll de la provincia de Gerona. Quien iba a rechazar esta oferta.

Con estas promesas comenzó la emigración en mi pueblo que poco a poco se fue ampliando hacia otros pueblos de Cataluña, Madrid o Valencia y que dejaron a nuestros pueblos medio vacíos. Nacimos como pueblos de emigrantes allá por el año de 1767 y esta historia se repitió a la inversa en los años 60 y 70. La emigración siempre formando parte de nuestra historia.

Mis siguientes recuerdos con Fuente Palmera me llevan a la casa del médico Don Eladio, al que llegué a tenerle cierto temor, ya que siempre que me traía mi madre -y vine muchas veces por tener un tiempo una salud delicada- me iba con los cuatro botes de penicilina, las inyecciones y supositorios que provocaron más de un conflicto con mis padres por no querer ponérmelos. Y puede ser que a muchos de vosotros/as os pasara igual.

Al pasar por esta plaza de la mano de mi madre siempre me sorprendía la Iglesia, el Ayuntamiento y el Pósito, conjunto arquitectónico colono que tenía y sigue teniendo un gran valor arquitectónico e histórico por ser edificios que nacieron con el inicio de nuestra singular historia. Os voy a confesar algo, siempre que paso por la plaza se me va la vista hacia la casa del lado del Pósito, donde dos hermanas que recuerdo vestidas de oscuro una delgada y la otra más gruesa y que le decían las Felisas tenían una especie de tienda con pipas, garbanzos tostados, caramelos, regaliz, chicles, tebeos, pequeños juguetes y hasta tabaco suelto. Allí parábamos algunas veces haciendo hora para volver, un día mi madre, por no escucharme más con el clásico de los niños quiero esto, quiero esto, dedicó algunas pesetas de las pocas que tenía a comprarme un tebeo, que fue el Pulgarcito y donde descubrí las hermanas Gilda que eran dos personajes que venían en él y que en mi imaginación de un niño de nueve años eran como las señoras que vendían los tebeos, una gruesa y otra delgada. Desde ese momento y gracias a estas hermanas que los vendían nació en mí la pasión por los tebeos, cada vez que venía al médico me compraban uno, las inyecciones y supositorios ya me daban igual, y mi madre me decía, niño por el interés baila el perro.

Con once años empecé a venir a la escuela a Fuente Palmera al Colegio Purísima Concepción, nos recogía la catalana conducida por Doblas, que con gran paciencia sufría nuestra falta de modales en el viaje y se encaminaba hacia Silillos, desde este rumbo a El Villar, a la vuelta recogía a los de Cañada. Para todos y todas los que estuvimos en este colegio fue un cambio asombroso, un edificio con ocho aulas, con grandes ventanas, con un pequeño jardín con ricinos, con comedor escolar, baños alicatados con lavabos y váteres, la mayoría dejamos atrás en nuestros pueblos las micros que eran unas escuelas con unas reducidas dimensiones, con un espacio útil de unos seis metros por seis y donde se metían a más de treinta niños o niñas más el maestro o maestra.

También dejamos atrás casas viejas utilizadas como escuelas, donde sus servicios era un agujero en el suelo con una puerta de madera destartalada. Esta iniciativa provoco que los alumnos de los distintos pueblos de la Colonia nos conociéramos y se fuera creando una relación de amistad que todavía perdura con el pasar de los años. Tengo una especial con mi amigo Antonio Borruecos Reyes “el Pincha”, que ha trabajado durante años en la residencia de mayores “Santa Magdalena” seguro que también es amigo de muchos de vosotros/as, después de más cincuenta años, cada vez que nos vemos, me recuerda con gran cariño nuestro paso por el Purísima, siempre por lo trastos que éramos.

Este cambio fue el principio que sembró la idea de que todos éramos iguales que pertenecíamos a la Colonia de Fuente Palmera y que éramos diez núcleos Fuente Palmera, La Cañada de Rabadán, El Villar, La Ventilla, Peñalosa, La Herrería, Ochavillo del Rio, Villalón, Los Silillos y Fuente Carreteros. De mi paso por el Purísima me quedaron muchos amigos y el grato recuerdo de quien fue su Directora Lolita Guisado. Al acabar el curso nos comunicó quien tenían que volver al año siguiente y pronunció mi nombre, me levanté y le dije que yo no volvía al siguiente curso, a mi despacho ahora mismo, subí a su despacho y me preguntó cuál era el motivo, le contesté en mi casa somos cinco hermanos yo soy el mayor y me voy a trabajar, yo no voy a repetir el curso de octavo cuando lo tengo aprobado, la Directora Lolita me dijo si te vas no vas a tener el certificado de estudios primario, me voy, me miró, movió la cabeza y me dijo, ante una respuesta tan responsable con trece años, vete y cuando acabe el curso vienes que ya te daré yo tu certificado de estudios primarios, y así fue. Cuando acabó ese curso, volví un día a su despacho hecho ya un jornalero, y me dijo aquí tienes tu certificado de estudios primarios y que tengas mucha suerte. Hecho que yo le agradecí, este recuerdo que hoy les traslado me demostró, la gran persona que era. Ella con este gesto me dio la última lección escolar, lo importante que es cumplir con la palabra dada.

En Fuente Palmera con dieciséis años descubrí la Casa de los Curas y en ella a tres personas que influyeron mucho en mi vida y en la de una generación de toda la Colonia, me refiero a los curas obreros Miguel Ángel Ibáñez, Rafa Yuste y nuestro querido Paco López de Ahumada. Los que llegábamos a esta casa encontrábamos unas personas dispuestas a conversar, sin doctrinamiento, donde preguntaras lo que preguntaras siempre tenías respuesta, donde leías el periódico, escuchabas música de cantautores, tenían libros, algo que resultaba amenazante para alguna gente, y donde siempre estaban en ebullición ideas para mejorar las condiciones laborales y culturales de la Colonia, ¡qué cosa más peligrosa...!

Su llegada en el año de 1972 a Fuente Palmera no fue casual, venían a la zona más pobre y deprimida de toda la provincia de Córdoba, donde los servicios esenciales eran escasos o nulos, donde la mano de obra era jornalera, el trabajo escaso, por ser una zona de secano, las familias se desplazaban a los cortijos del Genil y el Guadalquivir a la recogida del algodón que durante años fue un cultivo muy social y que llegada la recogida todas las manos posibles de una casa lo recogían, los niños perdíamos la escuela para aportar económicamente a aliviar la penuria de los tiempos de lluvias o de paro. En este terreno, algunos nos encontramos con Rafa y Paco con su sombrero y su saco colgado entre matas de algodón, haciendo lo mismo que cualquiera de nosotros, viviendo de su trabajo. Cómo iban a ser perjudiciales para nosotros le decía a mi padre, como también os habrán dicho a muchos de vosotros. Él me decía tú has caso siempre del refrán Vicente al golpe de la gente y no te señales.

Reconozco que no le hice mucho caso, y por esa casa y por ellos tres me sentía atraído, en charlas con ellos sobre los problemas yo planteaba que el más grave era la falta de trabajo y que los mayores no hacían nada que había que moverse, cómo iban a moverse si el miedo los tenía atenazados provocado por tantos años de dictadura.

Esto cambió con el inicio de la primera movilización por el empleo comunitario en la Colonia a mediados de los 70 que salió de Carreteros, donde los ánimos estaban un poco alterados ya que llegaban noticias de que en pueblos que se movilizaban estaban dando trabajo, con este terreno ya abonado, en una reunión de personas en una taberna se debatía de iniciar alguna protesta, pero no sabíamos cómo hacerla, allí se encontraba una persona de Fuente Palmera que era Manolo” El Relojero” al que conocía de la casa de los curas, él nos planteó por qué no vais a ver a los curas y a las diez de la noche, aprovechando la oscuridad, dos coches con nueve personas y un menor nos presentamos en la Casa Parroquial y les contamos el problema. Rafa se comprometió con nosotros y en unos días se organizó la protesta en el sindicato vertical, la Cámara Agraria, donde se les planteó a los responsables la reivindicación de que queríamos trabajo. Y conseguimos algunos días de trabajo. Con esta acción empezamos a movilizarnos en la Colonia y donde algunos nos afiliamos a el sindicato de Comisiones Obreras siendo ilegal, y que una vez legalizado llegó a tener más de quinientos afiliados y donde Rafa Yuste fue su Secretario General y único.

Estuve en la primera ejecutiva del sindicato, y acepté una propuesta de Rafa para controlar por el sindicato, y desde el Ayuntamiento el empleo comunitario. Por mí pasaban todas las listas de trabajadores de todos los núcleos, sospechábamos de cierta picaresca de algunas personas, que se descubrió con visitas a los pueblos en mi vespino, estas se contaron de raíz. De esta acción me quedo la lección de lo importante que es la honradez con lo público. En este conocí a personas como a Rafalín Peña y al Alcalde de entonces Juan Ramón Reyes que fue el último alcalde de la época no democrática hasta el año de 1979. Un día llego muy contento con unos papeles y me dijo mira Pedrosa ya vamos a tener el riego, ya va cambiar todo. Fue un anuncio que se vio realizado en los primeros años de los ochenta y que produjo el gran despegue económico de la Colonia.

Con las primeras elecciones municipales democráticas del 3 de abril del 1979 entro de alcalde Antonio Díaz Aguilar un Carretereño. A último de mayo me fui a hacer el servicio militar, así que sentí perderme el acontecimiento que quedó en la historia de la Colonia como el día de las bolas donde la Guardia Civil cargo contra una concentración de jornaleros pidiendo trabajo, hiriendo al concejal Antonio Arriaza. Con los disparos de las bolas todos los jornaleros de dispersaron, en esta plaza se quedó solo Miguel Ángel Ibáñez con los brazos abiertos diciendo dispararme a mí. Si corrí para Fuente Palmera el 23 de febrero de 1981 cuando la barbarie intentó cortar de nuevo nuestra joven democracia, entrando en el Congreso con pistolas en mano disparando y exigiendo a nuestros representantes que se tiraran al suelo, despertando de nuevo el miedo que estábamos dejando atrás. Al conocer la noticia junto a un compañero nos presentamos en la sede del sindicato situada entre las calles Torrijos y Méndez Núñez para hacer desaparecer todas las fichas de afiliación, si el golpe triunfaba allí no iban a encontrar nada. Aplicando el refrán, de más vale prevenir que lamentar.

Con el proyecto de la creación de la Colonia nacimos todos los pueblos iguales y con los mismos derechos y fue a Fuente Palmera a quien se le asignó el centro administrativo, somos hijos de los pueblos que crearon los ilustrados de Carlos III, tenemos la misma historia, estamos en el mismo entorno geográfico que ha provocado un intercambio personal de un pueblo a otro provocado en parte por los amores y en los últimos años por la disponibilidad de vivienda en Fuente Palmera creando estos una relación familiar entre todos los núcleos.

La Colonia estuvo dependiendo de la Carolina y la Carlota, desde su creación en 1767 hasta la abolición del Fuero de las nuevas poblaciones de Sierra Morena y Andalucía el 5 de Marzo de 1835 con esta nueva situación se tuvo que crear el Ayuntamiento de la Colonia en este día, el día 23 de marzo de 1835, el Gobernador Civil de la provincia de Córdoba Don José Valera, Marqués de la Paniega estuvo para completar el acto de emancipación, el acta de este día terminaba con estas palabras, “esta Villa adquirirá todo el incremento a que su favorecida situación la convida, y con el tiempo emancipara a su vez a las que su alrededor nacen”. En el inicio de la constitución municipal estuvo un Carretereño que fue Pedro Dugo, los mayores contaban que el planteó que nos emancipáramos también, su propuesta no tuvo mucha aceptación entre los poderosos de mi pueblo, lo que hizo que ante esta negativa en un arrebato se marchara del pueblo. El sembró la semilla y un día broto la necesidad de auto-gestionarnos. Por lo que 183 años después FuenteCarreteros se emancipó.

Hoy la Colonia es más fuerte con dos Ayuntamientos y la ELA de Ochavillo del Rio ya que esto ha provocado la llegada de más recursos económicos a la zona. Nuestra singular historia como Colonia hay que seguir contándola y tenemos la inmensa suerte de contar con tres personas que son apasionados de esta, como Francisco Tubio, Manuel García Reyes y María Isabel García Cano a los que hay que agradecerle todo lo que han trabajado para sacar a la luz nuestros orígenes e historia. Para mí, el revulsivo que hizo que fuéramos conociendo mejor nuestra historia y a nosotros mismos, fue el 215 Aniversario de la Fundación de la Colonia, ya que el método de trabajo de la Comisión Organizadora dio su frutos al realizar asambleas en todos los pueblos con el fin de crear compromisos en ellos y hacerlos participes de que aportaran sus tradiciones, historias, documentos, enseres para un museo. Este anteproyecto se inicia en octubre del 1981 con una idea de Manuel García Reyes y la colaboración de Paco López de Ahumada a la que se adhirió el Ayuntamiento de Fuente Palmera con su Alcalde Antonio Díaz Aguilar y el Concejal de Cultura José Carmona y una gran variedad de personas como Bernabé Galán, Manolo Dugo, Miguel Ángel Ibáñez, Francisco López, Juan Rivero, Antonio Conrado, Antonio Mohigefer, Felipe Crenes, Rosa Martin, Carmen Reyes, Felisa Conrado y muchas más ya que se crearon comisiones en todos los núcleos de la Colonia. Yo participe en la de Fuente Carreteros celebrada el día 14 de enero de 1981 para recuperar el Baile de los Locos.

El 5 de julio de 1982 se celebró en esta plaza el acto de inicio de esta celebración, con una plaza abarrotada de colonos y colonas donde actuaron una de las tradiciones vivas de nuestros orígenes que se bailaron por toda la Colonia, el Baile de los Locos de la Herrería y de Fuente Carreteros que con motivo de este aniversario se habían recuperado, llevando los de Fuente Carreteros sin bailar según documentación que se conserva desde el día el 20 de mayo de 1963 cuando participaron en el teatro María Guerrero de Madrid en el Decimoquinto Concurso a nivel nacional de Canciones y Danzas de España en la modalidad de hombres solos.

Estas tradiciones necesitan del apoyo de las administraciones pero también lo más importante del compromiso de las personas con ellas, la Herrería dejó de bailar de nuevo, y hemos perdido algo único, su pérdida nos afecta a todos/as ya que reducimos nuestro patrimonio cultural que es singular y único. En Fuente Carreteros han venido bailando cada 28 de diciembre desde hace 42 años y han obtenido el día 6 de junio de 2023 el reconocimiento por la Junta de Andalucía como Bien de Interés Cultural a la Danza de los Locos y el Baile del Oso.

El 5 de julio de 1982 yo participé en esta plaza bailando con los Locos y en este 28 de diciembre de 2024 si no pasa nada seguiré estando, porque si perdemos nuestra memoria, desconocemos nuestra historia y olvidamos nuestras tradiciones ¿qué nos queda?

Estoy viendo que mi viaje esta al acabar y tengo que recordar a Paco López de Ahumada o Paco el Cura, su fallecimiento el 20 de diciembre de 2017 ha sido el momento más duro que he vivido en Fuente Palmera, creo que somos muchos y muchas los que seguimos con un gran vacío, y cada día que pasa notamos más su falta. Para el su vida, era su trabajo por toda la comunidad Colona, todos los años que estuvo con nosotros los dedico a ayudarnos y a enseñarnos, siendo coherente con sus ideas fue repartiendo solidaridad, cultura, alegría, a los niños, a los jóvenes y a los mayores de toda la Colonia.

Si pudieras oírme Paco, te diría como te echo de menos compañero, y a mi voz hoy se unirían muchas voces. En este punto, si esto fuera posible, tú me dirías con tu genio, ya está bien de tantas tristezas que hay que vivir con alegría que solo se vive una vez, que estamos de feria y tú eres el pregonero, así que habla algo de ella, que ya estarán diciendo los presentes pero este hombre no habla de la feria, así que algo tendré que decir. Y a ello me pongo, la feria Real de la Colonia de Fuente Palmera tiene sus inicios según lo publicado en un anuncio del Imparcial de agosto de 1872, que decía. En Fuente Palmera (Córdoba) se ha creado una nueva feria, que se celebrara en los días 20, 21 y 22 de este mes. Hay aguaderos, encinas con sombra, y por este año no se cobrara cantidad alguna por los asientos de los puntos públicos. Volviendo aparecer en años siguientes como en el de 1915 en Diario Córdoba donde su celebración era para los días 28, 29 30 de agosto, en su programación decía: “Todas las mañanas la banda de música interpretara escogidas composiciones musicales en la Feria Real. Se celebrarán tres novilladas en las que actuarán notables diestros. En la plaza de la Constitución habrá notables funciones de fuegos artificiales con variados globos y figuras luminosas. Durante las tres noches bailes populares y vistosas iluminaciones eléctricas y a la veneciana. Se concederán premios a la virtud y al trabajo. Se organizarán carreras de cintas y cucañas. En la plaza de la Constitución se instalará un cinematógrafo público. En el teatro de verano actuará una notable compañía de zarzuela y habrá funciones de circo.”

Estos fueron sus inicios, hace 152 años. Con el paso de los años se empezaron hacer en todos los núcleos y al terminar esta, se han celebrado diez ferias. Es admirable el empeño que ponen los Ayuntamientos, la Entidad Local, los alcaldes pedáneos, las Comisiones de Festejos, las asociaciones y los colectivos en hacerlas cada año mejores, para todos ellos y ellas mi reconocimiento, también para todas las empresas y pequeños autónomos que siguen demostrando su solidaridad colaborando año tras año con ellas.

Con el paso de los años todo va cambiando, hoy la feria sigue siendo el motivo para el reencuentro familiar y de amigos, donde se celebran tradiciones de sus inicios y se inician otras nuevas, pero son días de baile, de diversión, de charlas, donde esta plaza se llena con grandes grupos con un potente sonido y donde la luz y el color llenan vuestras calles, de pasear por la calle Portales para ir a los cacharritos a montar a los niños. Y los mayores muy activos con el inicio de la música llenan la plaza bailando pasodobles, bachatas, rumbas, para después darse el paseo y comerse unos buenos churros con chocolate.

No puedo acabar esta Pregón sin hablar de los feriantes quienes desde nuestra niñez nos han acompañado trayéndonos la ilusión y la diversión en estos días, ellos hacen la feria más grande, os imagináis una feria sin puestos de turrón, churros, escopetillas, tiovivos, colchonetas, coches de tope y todas las atracciones y puestos de juguetes, y de comida como el de Joselin el pollero del Tiktok, que se despliegan en estos días. Mi reconocimiento a los feriantes de ayer de hoy y de mañana como pregonero de 2024.

En el inicio de mis viajes en la catalana para venir a Fuente Palmera siempre me pegaba al cristal de la ventana y con ojos de niño iba descubriendo el paisaje, pasaba por unos terrenos áridos, secos y pedregosos y algunos trozos con olivos de troncos retorcidos, y algún chaparro, pasando por pueblos con calles de tierra, sin alcantarillado, con humildes casas, sin árboles, en algunos solo unas acacias o naranjos agrios en sus plazas. En el último viaje que he hecho en la catalana hace poco días, he seguido mirando por la ventana y aquel terreno árido se han convertido en plantaciones de naranjos, olivos nuevos, cultivos hortofrutícolas, pueblos con calles arregladas, comercios, muchas casas nuevas, colegios, instalaciones deportivas, edificios públicos, polígonos con naves industriales, parques y en todos se ven ya árboles.

Al final el trabajo y el esfuerzo de generaciones de colonos y colonas han hecho realidad que esta tierra se haya convertido en el Puerto de la Felicidad, así llamaban a estas tierras en los panfletos que les repartían para convencerlos de que dejaron sus tierras y pueblos y emprendieran el camino para crear los nuestros.

Señoras y señores, aquí finaliza mi viaje, solo me queda darles las gracias por su paciencia, por dedicar su tiempo a escuchar a este humilde pregonero, que ha intentado trasladaros un pequeño resumen de mis recuerdos y vivencias con Fuente Palmera.

La vida es un camino donde la vas llenando de recuerdos y de vivencias, y si en este has ayudado a otras personas a mejorar la suya, has vivido plenamente.

Aquí me bajo de “la catalana” que es desde donde empecé este viaje en mi niñez, y me bajo de ella ya como jubilado.

Solo me queda desearles la mejor de las ferias.

Disfrútenla. Muchas gracias y buenas noches.

Fuente Palmera 16 de agosto 2024.


Feria Real 2023 (María José Reyes Reyes)

Vecina de Fuente Palmera y médica de familia que ha ejercido en los últimos años en el Centro de Salud Dr. Bernabé Galán.

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«La médica», como se la conoce en Fuente Palmera, realizó un recorrido autobiográfico desde su infancia hasta la actualidad. Su familia estuvo muy presente en el discurso. Recordó a sus padres, José y Rosario, más conocidos como Pepe el de Currito el capellán y Chari la del alcalde; habló de sus hijos, José Manuel y Amador y de su hermana Conchi, entre otros familiares.

En cuanto a su trayectoria laboral, contó que su primer contrato en la sanidad pública fueron 2 días en el año 1991, en el consultorio de Fuente Palmera que estaba en la calle Écija. Con días sueltos o contratos de meses fue recorriendo la provincia de Córdoba. También trabajó en un centro médico privado en Posadas y Hornachuelos y un verano en el Parque Acuático Las Cumbres de Almodóvar del Río.

Desde el año 2007 ha trabajado de forma continuada en el Centro de Salud Bernabé Galán de Fuente Palmera. «He intentado siempre dar lo mejor de mí, muchas veces con unos cuadrantes complicados y difíciles de asumir. En todo este tiempo he intentado cuidar la salud de todos los colonos, desde los mayores hasta los más pequeños». «Los problemas en la sanidad pública con escasez de profesionales hacen difícil, no pocas veces, conciliar vida laboral y familiar. Deciros que tenéis todo el derecho a luchar por una sanidad pública y digna para todos y estáis siendo un ejemplo a seguir en este movimiento», apuntó.

María José Reyes dedicó la última parte de su pregón a su relación con la Feria Real y ferias de La Colonia. «Con 4 ó 5 años, ya me encantaba la feria del pueblo, bailar en la plaza con mi prima Conchi y mi amiga Mika y no me gustaba irme a mi casa hasta que no terminaran los músicos. Mis padres se sentaban en la puerta de la casa de mi tío Juan Ramón Reyes con otros familiares y amigos y yo iba y venía por la plaza».

Ya una vez ejerciendo de médica, confesó que por su trabajo «no he podido disfrutar de muchos días de feria y no han sido pocas las dianas que he visto desde una ventana del centro de salud».

A María José le encanta bailar las coreografías de las canciones, saltar, cantar y, a veces, incluso se ha subido al escenario con la orquesta. «Tengo mi pandilla de amigos desde hace muchos años. Ellos saben que cuando me ven aparecer con mi bolso en bandolera y ropa cómoda, ya vengo dispuesta a empezar a bailar hasta que termine la música».

Por último, finalizó animando «a todos los colonos a disfrutar de nuestra feria, olvidar los problemas por cuatro días y pasarlo cada uno lo mejor que pueda». El alcalde le hizo entrega del galardón representativo de La Colonia de Fuente Palmera.[1]



Feria Real 2022 (María Luisa López Ruiz)

Directora de Radio Palma Cadena Ser, una voz archiconocida en la comarca por acercar cada mañana las noticias de todos los pueblos de la Vega del Guadalquivir y que cuenta con raíces familiares colonas.

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Alcalde, concejales y concejalas del Ayto. de Fuente Palmera… amigos y amigas, muy buenas noches. En primer lugar quiero agradecer al alcalde, al Concejal de Cultura, y a toda la Corporación Municipal la confianza depositada en mí para pregonar esta feria. Sinceramente, creo no ser merecedora de esta responsabilidad, y la afronto sin duda con el compromiso que tengo con esta comarca y en especial con la Colonia de Fuente Palmera.

Es para mí un gran honor estar en esta Plaza Real esta noche de 17 de agosto, una noche muy especial para todos los vecinos y vecinas de la Colonia de Fuente Palmera, porque aquí comienza la feria que pondrá el broche de oro al calendario festivo que comenzó con la feria de el Villar y ha concluido con las ferias de La Ventilla y de Fuente Carreteros antes de llegar a este momento.

Y miren, debemos recordar que esta no es una feria cualquiera, ni mucho menos… porque es la primera real feria de fuente palmera después de la pandemia… como bien saben, desde que en 2019 el escritor, y profesor de la Universidad de Córdoba Antonio Manuel pregonara desde este escenario estas fiestas, se desmontaron los escenarios, se apagaron las luces festivas, se callaron las orquestas , se quedaron vacías nuestras calles y plazas, y nos tocó vivir un periodo que no estaba en nuestras agendas, verdad??? Pero que de alguna manera nos ha marcado a todos y a todas….

Y a mi me gustaría, antes de seguir avanzando, tener un recuerdo muy afectuoso para los 11 vecinos y vecinas de la Colonia de Fuente Palmera que han perdido la vida como consecuencia del COVID, que vivieron aquella feria del 2019, pero que ya lamentablemente no nos acompañan… vaya por delante nuestro reconocimiento, y nuestro abrazo más sincero para sus familiares y amigos….

Por ello, debemos ser muy conscientes de la importancia de este momento… porque, aunque se suele decir que para atrás no hay que mirar ni para coger impulso, a veces, pienso que sí es importante hacerlo… para valorar lo conseguido, para saborear aún más los buenos momentos que nos regala la vida. Y este, es uno de ellos.

Porque hoy está la Plaza Real preciosa, fundamentalmente, porque esta llena de gente, de vecinos y vecinas de fuente palmera, y también de aquellos y aquellas que marcharon en un momento de sus vidas buscando un futuro mejor, pero que vuelven a su pueblo en agosto, al calor de sus orígenes, al encuentro de la familia y los amigos…

Pero , para que valoremos aún más esta fotografía que ofrece hoy la plaza, y la calle Portales , y las calles aledañas, no estaría nada mal que recordáramos otras imágenes bien distintas que nos han dejado estos dos años vividos: la plaza vacía, los comercios cerrados, la incertidumbre de los empresarios, la angustia de tantos trabajadores y trabajadoras del sector de la hostelería, de las costureras, con esos encargos de trajes de novias para bodas aplazadas, y un largo etcétera…

Afortunadamente, gracias al esfuerzo de todos, de la ciudadanía, de los sanitarios, de la ciencia, de la responsabilidad individual y colectiva, hemos salido adelante, y aquí estamos, dispuestos a vivir una feria muy especial y que el ayto de la colonia de fuente palmera ha preparado con todo su cariño y esmero…

Y sí, lógicamente la feria la organiza el ayto de Fuente Palmera… prepara toda la logística, contrata las orquestas, da los permisos para la instalación de las atracciones, coordina todo el dispositivo de seguridad y limpieza, y un largo etcétera...Pero la feria, la feria también la hacéis vosotros, los vecinos y vecinas de Fuente Palmera, indudablemente.

Porque sois vosotros los que blanqueáis las fachadas de las casas para que luzcan radiantes para la feria, porque sois vosotros los que os compráis el vestido o la camisa que mejor os sienta para la feria, porque sois vosotros y vosotras los que , si tenéis un comercio textil, una zapatería, una tienda de complementos o una peluquería no os vais de vacaciones para prestar esos servicios para vuestros vecinos para la feria… sí, y toda esa labor, genera dinamismo económico que, también, sin lugar a dudas, repercute en el desarrollo y en el lucimiento de la feria…

Esa implicación, colonos y colonas, es la que de verdad hace grande esta feria de Fuente Palmera, de la misma forma que ha hecho grandes las distintas ferias que se han venido celebrando por todos y cada uno de los núcleos de población de la colonia, así como también en la entidad local autónoma de Ochavillo del Río y en el municipio vecino de Fuente Carreteros.

Una feria que se enmarca en un municipio que, si se caracteriza por algo, es por su espíritu emprendedor… y mirad, por mi trabajo como periodista al frente de la programación de la cadena ser en Palma del Río, tengo el gran privilegio de tomarle el pulso a la comarca de la Vega del Guadalquivir a diario… lo vengo haciendo desde hace ya 20 años. Y puedo decirles, con conocimiento de causa, que este pueblo tiene un carácter, una capacidad de trabajo y de organización, y un afán de superación dignos de admirar. Yo siempre pienso, y no es una opinión exclusiva sino contrastada por las investigaciones históricas, que los orígenes colonos son la clave de esta constancia y esta perseverancia…

Sólo tenemos que imaginar las dificultades que pasarían nuestros antepasados centroeuropeos cuando llegaron a estas tierras, donde nada había, y donde levantaron estos pueblos carolinos. Sin lugar a dudas, en estas generaciones presentes queda la esencia de esa capacidad de trabajo y de esfuerzo para salir adelante y para sobreponerse a las adversidades…

Y , por otro lado, hay que destacar también el tesón y la constancia para reinventarse, para exprimir las señas de identidad de este pueblo… que os voy a decir yo que vosotros no sepáis de lo que ha supuesto el sector textil, y más concretamente el sector nupcial para Fuente Palmera. Cuántas familias de Fuente Palmera viven gracias a la celebración de eventos: desde las bodas, por supuesto, pero sin olvidarnos de cualquier otro acontecimiento festivo que podamos organizar.

El sobrenombre del Pueblo de las Novias os lo habéis ganado a pulso, y la feria de la boda se ha ido posicionando como uno de los mejores escaparates de este país si hablamos del sector nupcial. Aquí en Fuente Palmera encontramos desde el traje de novia, del novio, por supuesto, de todos los invitados e invitadas, sin faltarnos los complementos, el catering, el lugar de celebración, la joyería o la floristería, la agencia de viajes y por supuesto las tiendas para amueblar hasta el más mínimo detalle nuestro hogar… es difícil, por no decir imposible, encontrar otro municipio con similares características poblacionales donde se haya sabido exprimir al máximo este potencial.

Pero, por otro lado, y teniendo en cuenta la importancia que también tiene la agricultura en nuestro territorio, de la mano de la delegación de desarrollo económico del ayto de Fuente Palmera nació EXPOFARE, la feria de la agricultura del regadío del Valle del Guadalquivir.

Una cita ineludible si queremos conocer las últimas novedades en cuanto a investigación, tecnología, nuevos sistemas de riego, y que ha sabido posicionarse como un referente en el mundo agrario… y que también es vuestra, porque, aunque ha nacido con vocación comarcal, se organiza desde fuente palmera y en Fuente Palmera. Por cierto, este año se ubicará en un enclave singular como es la Hacienda Timoteo.

Desarrollar las señas de identidad de un pueblo es una tarea imprescindible para posicionarse en el mapa, para diferenciarse del resto, y para ahondar aún más en nuestras raíces. Porque, ¿qué seríamos sin ellas? ¿de qué manera, sino, explicaríamos la vuelta todos los años por agosto de tantos colonos y colonas que marcharon de esta tierra buscando un futuro mejor??

A pesar del paso del tiempo, a pesar de haber tenido sus hijos y también sus nietos en Cataluña o en otras regiones de nuestro país, vuelven cada año al pueblo para la feria. Sí, tantos colonos y colonas que hoy están por aquí y que cada mes de agosto reviven momentos pasados, se vuelven a encontrar con la familia, recuerdan a los que ya no están, se abrazan con los amigos de siempre, disfrutan con los sabores de antaño…

Y precisamente esas raíces son las que me están permitiendo esta noche compartir estos momentos con vosotros. Porque mirad, si Antonio Machado decía que su infancia eran “recuerdos de un patio de Sevilla”, yo puedo deciros que la mía, mi infancia, son recuerdos en varios patios, siempre con macetas, de la Colonia de Fuente Palmera.

Jamás olvidaré ese patio de Fuente Carreteros que mi abuela Francisca tenía cuajado de macetas y de flores. Mi abuela francisca era la mujer más buena, noble y cariñosa que yo he conocido en mi vida. Ella nació en Cañada del Rabadán, vivió los avatares de la Guerra Civil, y en su retiro se llevó con ella la pena de haberse despedido de su padre corriendo con sus hermanos tras una camioneta que no volvió jamás… como tantas y tantas familias en nuestra tierra.

Pero, afortunadamente, también se llevó el cariño de toda nuestra familia. En su patio pasé yo los momentos más felices de mi infancia… con mis abuelos, Francisca y Rafael, “Rafael el lotero”, un hombre menudo pero muy trabajador que incluso emigró a Francia durante unos años y que terminó vendiendo lotería por toda esta comarca… a esa casa iba algunos domingos y días de fiesta con mis padres, palmeños de adopción pero colonos de corazón, y mi hermano, a reencontrarnos con la familia, en busca de esas raíces que no teníamos en Palma del Río.

No teníamos muchos recursos, mejor dicho, teníamos más bien pocos, pero el cariño que yo recibía en esa casa me hizo valorar desde niña las cosas que realmente importan.

Pero como les decía, mis recuerdos se ubican en otros patios colonos, también en el patio del naranjo de mis abuelos paternos Conchita y Eusebio. Hay una fecha marcada en el calendario festivo de este pueblo, el 8 de diciembre, el día de la Purísima, patrona de Fuente Palmera, que en mi familia siempre fue un día de celebración…

Es imposible olvidar aquella gran mesa preparada para recibirnos a todos. Aquellos abrazos interminables, aquel olor a arroz recién guisado, aquellas batatas en almíbar preparadas para el postre por mi abuela Conchita… una mujer fuerte, trabajadora incansable, que dedicó todos sus esfuerzos desde niña a cuidar de su famlia. Mi abuelo Eusebio, un hombre enfermizo en su juventud pero apuesto y galán que, afortunadamente, pudo disfrutar de una longeva vida. Muchos de vosotros seguro que aún recordarán sus largos paseos por el pueblo, su elegancia y su saber estar.

Esa vuelta a este pueblo el 8 de diciembre, además de otras visitas a lo largo del año, también por supuesto para la feria, eran momentos de reencuentros familiares que me hacían recordar de donde venía, y que me permitían responder a esa pregunta de la infancia que se les suele hacer a todos los chiquillos para saber de su familia, y para la que yo no tenía respuesta en Palma del Río.

Y en esa necesidad de reencontrase con las raíces de cada cual, también las ferias de los pueblos juegan un papel fundamental… porque entiendo que más allá de la diversión, del disfrute, de la música o del baile está, por eso de lo cíclico de la vida, ese volver a vivir lo vivido, ese recuerdo de otras ferias de antaño, ese sabor de los churros ya de madrugada, ese reencuentro que quizás solo se da de feria en feria…

Porque en la feria entre flores, olores, colores y sabores, recordamos a los que ya no están, disfrutamos de los que continuamos por aquí, y revivimos momentos y evitamos que se pierdan nuestras tradiciones….

Porque, evidentemente, la feria ha ido evolucionando con el paso de los años, pero no puede existir la modernidad sin una buena tradición arraiga…la esencia siempre debe continuar, pero no se puede olvidar que un pueblo sin tradición es un pueblo sin porvenir…

Y esto lo saben, lo sabemos bien , los colonos y colonas. Desde esta tierra se ha sabido poner en valor las señas de identidad que nos definen y nos identifican como pueblo. Y una de ellas, es celebrar esta feria, que data de 1872 tal y como documentara el cronista oficial de Fuente Palmera, Manuel García Reyes:

-fue entonces cuando en 1872 la Corporación Municipal, presidida por el alcalde Salvador González Alonso, creó la feria de Fuente Palmera, y lo hizo por motivos económicos, para vender ganado. El pleno fijó tres días para ella: 20, 21 y 22 de agosto. Y el real de la feria se ubicó en la laguna, pero no en la actual calle Laguna, sino una laguna que existía por la calle Concepción. Allí se venderían las cabezas de ganado, pero también en los caminos que iban para La Peñalosa y La Ventilla. Igualmente, el ayuntamiento dictó que se montase una cantina con música para que la gente se pudiese divertir, con la curiosidad de que los vecinos podían llevarse sus propias sillas para sentarse. También se instauró una verbena en la Plaza Real. Para ambos escenarios se empezó a contratar a la orquesta municipal de Écija y a otras de pueblos cercanos. Y el acta de pleno dictaminó que en la calle Portales se establecieran los puestos de feria.-

Han pasado 150 años, y aquí estamos, dispuestos a vivir una nueva Feria Real que guarda la esencia de sus inicios pero que ha sabido adaptarse a los tiempos… con la mirada puesta atrás y el recuerdo de nuestros antepasados que ya no están, y con la vista proyectada hacia el futuro que nos queda por delante, vivamos el presente con intensidad, con alegría, con respeto y con humildad.

Vivamos la feria de Fuente Palmera.

Viva la feria real de Fuente Palmera!!!!! Viva Fuente Palmera!!! Y vivan sus gentes!!!

Muchísimas gracias y muy buenas noches.



Feria Real 2019 (Antonio Manuel Rodríguez Ramos)

Profesor, jurista, escritor, músico y activista andaluz. Es Doctor en Derecho y Profesor de Derecho Civil en la Universidad de Córdoba, donde coordina el Laboratorio Jurídico sobre Desahucios.

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Colonas y colonos de Fuente Palmera:

Qué alegría y qué honor ser vuestro pregonero. Daría la vida por hacerlo cantando por pregones y, de esta manera, abrir de par en par las puertas de Fuente Palmera a cualquier persona que quiera disfrutar de vuestra maravillosa Feria. Pero no tengo la garganta bendecida para el Flamenco como la tenía mi padre. Lo haré con la palabra. Pero prometo poner el corazón y mi verdad en ella. Porque la palabra, pobre mía, cada día está más herida. En otro tiempo, bastaba con la palabra para confiar ciegamente en quien la daba. Nadie se atrevía a cuestionar el valor de la palabra contenida en un apretón de manos, o escrita en un papel de estraza y colgada en el alambre de una tienda, porque quien fiaba confiaba. Por desgracia, hoy algunos no emplean la palabra para el diálogo sino como arma arrojadiza. Créanme, son muy pocos pero hacen mucho ruido. Nosotros, los que creemos en la palabra, somos infinitamente más. Por eso es tan necesario y urgente reivindicar la palabra y sus raíces.

Como Feria. Cuánta luz irradia esta bellísima palabra. Tanta que no me extraña que luz y Feria estén unidas como la uña a la carne. Porque no hay Feria sin luces; no hay Feria sin los farolillos que surcan por los cuatro costados la plaza del pueblo; no hay Feria sin el alumbrado que tiñe de colores el cielo nocturno de la calle Portales; no hay Feria sin la magia de los ojos encendidos de los niños y niñas encaramadas a la noria intentando tocar las nubes con los dedos; no hay Feria sin el rubor que desprenden los labios después del primer beso en el rincón oscuro detrás de una caseta; no hay Feria sin la complicidad radiante de la pareja de ancianos que siguen bailando agarrados por la cintura en la misma plaza donde se conocieron.

En verdad, no hay Feria sin luz y sin alegría. Feria proviene de la palabra en algarabía “Farah”, la lengua que se hablaba en Andalucía cuando iluminaba el mundo entero, y que significa precisamente eso: alegría. La Casa de Blas Infante se llamaba Dar al Farah, la Casa de la Alegría. Quien tiene malfario, tiene mala alegría. Y la palabra traje se dice “lebs” en algarabía: “Farah lebs”, Faralaes, es el traje de la alegría. El traje de Flamenca. El traje de gitana. El traje de la Feria. El traje de lunares. Como el lunar que todavía se pintan las mujeres al lado de la boca cuando se arreglan para ir a la Feria, para que los labios sean la Luna y el lunar sea Venus, el nombre de la diosa madre y del primer lucero que brilla en el firmamento. Por eso las Vírgenes de Andalucía están sentadas sobre una Luna evocando a Venus, a Astarté, a Anat, y a todas las diosas madre a las que hemos rezado a lo largo de nuestra milenaria historia, para no olvidar que cada uno debe querer a su madre como a una diosa. De hecho, hoy estamos celebrando por toda la península ibérica la Asunción de María, festividad que sustituyó la Nemoralia, las fiestas que se hacían a Diana, la diosa romana de la Naturaleza, que a su vez provienen de los fastos a la diosa griega Artemisa, que a su vez se remonta a los origen de los tiempos para agradecer a la Luna de agosto, la madre y señora del vino, su fruto sagrado.

Fuente Palmera. Dos palabras que habéis convertido en uno de los nombres más hermosos de Andalucía. Y, sin duda, el que mejor os define como pueblo. Fuente evoca la riqueza del agua y Palmera al árbol que menos la necesita. Los pueblos sabios agradecen y cuidan del suelo que pisan, del agua que beben y del aire que respiran, porque de ese mismo suelo, de esa misma agua y de ese mismo aire vivirán sus hijos y los hijos de sus hijos. Vosotros y vosotras, gente buena de Fuente Palmera, sois un pueblo sabio porque no habéis olvidado que fuisteis Palmera antes de ser Fuente. Porque no habéis olvidado vuestros orígenes migrantes. La sed de trabajo. La sed de esperanza. La sed por encontrar un futuro mejor para vosotros y vuestras familias. Y como las Palmeras, aprendisteis a sobrevivir bebiendo de la Fuente sólo lo indispensable.

Cuenta una leyenda africana que un león dormía a la sombra de una palmera. Dos hombres azules del desierto montados en camello pasaron a su lado, y el más anciano preguntó al más joven: ¿Cuál de los dos crees que es el ser vivo más evolucionado de la Naturaleza? ¿La palmera o el león? El joven contestó que el león al que seguro envidiaba la Palmera porque podía ser libre. Y entonces el anciano le contestó: no, es el león quien envidia a la Palmera porque puede sobrevivir sin hacer daño a nadie, sin matar a otro ser vivo, sin temer al sol del desierto, con apenas un poco de agua, y eso le basta para dar dátiles con los que alimentar a otros seres vivos y grandes hojas para dar sombra al león. Vosotros y vosotras sois como la Palmera: hombres y mujeres arraigados a esta tierra donde nacisteis, pero con las hojas altas para estar cerca del cielo y desde allí mirar el lugar de donde vinieron vuestros ancestros.

Dice una copla andaluza, cuando bebas el agua, recuerda la Fuente. Quien olvida de dónde viene, nunca sabe adónde va. Sin embargo, vecinos y vecinas de Fuente Palmera, Ochavillo del Río, Cañada del Rabadán, El Villar, Los Silillos, La Ventilla, La Peñalosa, Villalón y La Herrería, os seguís llamando colonos y colonas en memoria de aquellos hombres y mujeres que migraron desde el Principado de Salm, Alsacia, Lorena, Francia, Italia, Suiza, Alemania, Lieja, Saboya, Austria, Flandes, para asentarse en aquellas diez casas que habilitó el Fuero de las Nuevas Poblaciones allá por 1767. No fue fácil. Aquellos primeros colonos, vuestros antepasados, abandonaron su tierra y a sus familiares para recorrer media Europa hasta que, por fin, pudieron beber el agua de la Fuente a la vera de una Palmera. Encontraron su salvación y su futuro en esta tierra que ahora es vuestra y que cuidáis para que también sea la salvación y el futuro de vuestros hijos e hijas.

Si Dios hubiese querido atarnos a un lugar nos hubiera puesto raíces y no piernas. Los árboles mueren donde nacieron. Por naturaleza. Los hombres y mujeres pueden morir donde quieran. Por conciencia y libertad. Sin embargo, no se migra porque se quiere, sino porque no te dejan vivir donde quieres. Se migra por hambre. Y se exilia para el hambre. Y en ambos casos, la emigración y el exilio hacen árboles de los seres humanos. Porque a la fuerza les hace crecer raíces en las piernas para condenarlos a morir donde no querían. Lejos de su madre. Llamándola. Cuando te amputan una mano o una pierna no pierdes jamás la sensación de tenerla. Igual ocurre con el cordón umbilical. La vida es sólo un trámite diseñado para intentar olvidar aquella dependencia. He visto morir a varias personas y todas ellas nombraron a sus madres en su último aliento. Y la madre común de los exiliados y emigrantes es su tierra. Su casa. Como la del millón de emigrantes andaluces que se fueron en la década de los sesenta con el nombre de su matria Andalucía tatuado en la lengua y en el alma. Como el millón de emigrantes andaluces que también han abandonado a su madre y a su casa en los últimos diez años para buscarse el pan. Sólo que antes teníamos conciencia de que éramos emigrantes y ahora parece que no. Cuando la situación es mucho peor. Porque quienes hoy emigran de Andalucía constituyen la generación mejor formada de nuestra historia. Y por eso, duele el doble la falta de esperanza para nuestros hijos e hijas. La misma que padecían vuestros antepasados cuando tuvieron que migrar de su casa, de su tierra, para buscar refugio.

Hoy que reivindicamos la palabra y la verdad para abrir esta Feria de la Colonia, quiero denunciar que no hay palabra en el diccionario para designar a la persona que busca refugio. Y lo que carece de nombre, no existe. Refugiado es quien lo encuentra. Y mientras eso ocurre, no es nada. No es nadie. Y los nadie, como decía Eduardo Galeano, no son titulares de derechos. Son humanos sin derechos humanos. Ciudadanos sin ciudadanía, ni más patria que sus zapatos. Como los miles de refugiantes que mueren ahogados en la fosa común de las costas europeas. Vosotros y vosotras conocéis ese dolor y sois el mejor ejemplo para desmontar todos los fundamentalismos y prejuicios contra quienes lo sufren. Sois los descendientes directos de refugiantes a los que esta tierra dio refugio y abrazó hasta convertir vuestras piernas en raíces. Por esa razón sois ejemplo de lo mejor de Andalucía. Porque sois andaluces y andaluzas, que habláis como andaluces, que sentís como andaluces, sin haber olvidado vuestros orígenes colonos. No sois descendientes de extranjeros en Andalucía, sino la prueba viva de que en Andalucía no hay extranjeros.

Sé que los comienzos fueron muy duros. Que cuando el ideólogo de las Nuevas Poblaciones, Pablo de Olavide, exigió la cesión del desierto de la Parrilla donde se asentaron vuestros antepasados, padecieron el rechazo de Córdoba y, especialmente, de Écija que aportó a la colonización los baldíos de El Garabato, Los Algarbes, Cañada del Moro, Cañada del Rabadán, Alberquilla, Villar de Marcos, Regaña y otros, con los que se formaron las Nuevas Poblaciones de Fuente Palmera, La Carlota y la Luisiana. En total, 15.000 fanegas de tierra. El pueblo y el Cabildo de Écija se opusieron hasta el extremo de quemar en el verano de 1769 la dehesa. Al año siguiente, fue ajusticiado un individuo llamado Garrote y cinco hombres más, por ser autores de la muerte de un colono apellidado Witemper, después de robar e incendiar su choza.

Yo también soy descendiente de colonos. Como aquel pobre hombre, la madre de mi abuela perdió a su marido y a sus dos hijos en el incendio de la choza donde vivían. Quedó viuda muy joven y contrajo matrimonio con otro viudo, colono de apellido Rochel, quizá por provenir de la bella y rebelde “La Rochelle” francesa. Vivieron en Fuencubierta y en La Carlota. Y el destino quiso que el padre de aquel colono llamado Mateo, también fuera el tatarabuelo de quien hoy es mi esposa.

No quedan aquí mis vínculos con la colonia y, en especial, con Fuente Palmera. Mi padre, Juan Rodríguez Ruíz, fue el entrenador de su equipo de fútbol a finales de los ochenta, siendo Carmelo presidente del club y secretario del Ayuntamiento. Mi padre me cuenta que tenía como portero al Traba, que era hermano del central al que llamaban Follones. Y que en medio campo jugaban Amador y Juani Prada, de laterales Dugo y Trabuco de Villar, y un tal Canín de Ochavillo como delantero centro. Que había un tal Serranito que era tan buen pelotero que después se lo llevó al Posadas para jugar con su nuevo equipo. Muchos de ellos no podían dejar al ganado o sus labores para poder entrenar y, aún así, fueron capaces de ganar al mismísimo Córdoba por dos a cero. Pero mi padre me cuenta que también perdieron con estrépito en Hinojosa del Duque, ganando en el primer tiempo por cero a cinco, y terminaron goleados en la segunda parte por seis. No les dirigió la palabra en todo el viaje de vuelta.

La vida de vuestros antepasados y la vuestra no es más que una sucesión de victorias y derrotas, de pesares y alegrías. Durante todo este tiempo, más de 250 años, habéis logrado la hazaña de convertir en realidad y superar con creces el sueño de los Ilustrados que crearon las Nuevas Poblaciones. Su intención era alcanzar la sociedad rural perfecta, escolarizando a todos los niños y niñas, impidiendo las intromisiones de la Mesta y de las manos muertas. También es cierto que impidieron los matrimonios con los naturales del entorno, pero no hay fronteras en el amor y vuestros antepasados se las saltaron desde el primer día. Con tesón y esfuerzo, creyendo en vosotros mismos, habéis hecho de Fuente Palmera uno de los pueblos más prósperos y emprendedores de Andalucía. A pesar de la enorme dificultad que supone gestionar nueve núcleos de población, sois un modelo de hermandad y de superación permanente. Y, para mí, por encima de todo, sois pueblo, sois Andalucía, orgullosos de vuestras raíces, descendientes de migrantes que no olvidan lo que fueron. Como decía Juan Ramón, estáis hechos de raíces y alas: pero que las alas arraiguen y que las raíces vuelen. Y como buenos andaluces, nada mejor que celebrar tantos pesares con alegría. Nada mejor que irnos de Farah, de farra, de Feria.

Viva la alegría! Viva la Feria! Viva la Colonia! Viva el pueblo de las novias! Y viva su gente!

Feria Real 2018 (Manuel García Reyes)

Don Manuel García Reyes, exalcalde colono, ha sido protagonista del pregón de la Feria Real de Fuente Palmera del año 2018. El pregón que recitó fue el siguiente:

Buenas noches Fuente Palmera. Buenas noches Colonia de Fuente Palmera. Buenas noches colonos. Buenas noches amigos y vecinos.

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Estoy muy emocionado de estar aquí esta noche y no puedo evitar rendir un homenaje a los excelentes pregoneros de nuestra Feria Real, que me han precedido. Espero estar humildemente a su altura.

Quiero dar las gracias a Quique, concejal de festejos y al alcalde por haber pensado que era la persona apropiada para el pregón de este año. Hago extensivas estas al resto del Equipo Municipal de Gobierno. Saludo, desde aquí, también, a toda la corporación municipal. Sin más dilación comencemos. Ahora, como maestro jubilado, dedico mucho tiempo a la investigación histórica sobre La Colonia, y esa curiosidad sobre nuestro pasado, ha servido también para nuestra fiesta. Voy a intentar hablar, por tanto, sobre la historia de la nuestra feria real. Hacerlo es muy complicado, o puede resultar muy fácil, ya que la feria no nació con la colonización, ni en un tiempo mítico e inmemorial; como se ha afirmado tan reiteradamente. La feria nació en un año determinado y es bastante más reciente de lo que creemos. Veamos los motivos.

Para empezar, observemos este cuadro.

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En 1805, reinando Carlos IV, hijo de Carlos III, la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid, celebró un concurso de pintura en la modalidad “de pensar”, con el título (simplificado): “Carlos III entregando la tierra a los colonos”. El concurso lo ganó José Alonso de Rivero.

Creo que todos observamos que la figura central es, nuestro rey fundador, Carlos III; vestido como un emperador romano que lleva sobre su cabeza una corona de laurel, que era lo que ellos y los grandes generales portaban en los desfiles triunfales, por Roma, después de haber ganado una guerra en los confines del Imperio. Carlos III aparece así, como el rey triunfante, en su mayor proyecto que fue la colonización de Sierra Morena y Andalucía.

En la parte superior, la Fama (ángel) anuncia, tocando esa trompeta, los logros que el rey había conseguido con la fundación de las colonias.

También, en un carro tirado por caballos, se acerca el dios del sol (Helios), que celebra la iniciativa real, y da luz a la escena: luz para fecundar los campos y hacer posibles las abundantes cosechas; y luz para alejar la oscuridad en la que se escondían los bandoleros y los bandidos, en estas tierras, antes de la colonización.

Acompañan al rey tres figuras alegóricas: una representa la Agricultura, otra la Beneficencia y, debajo, arropado por el manto del rey, un niño con el cuerno de la Abundancia; que son imágenes de lo que se quiso que fuese y es nuestra colonia.

Al lado del rey se reconocen dos personajes importantes: Campomanes y Olavide, artífices de la colonización.El resto de los personajes son los colonos; son nuestros antepasados y somos nosotros ahora: a la derecha, con aperos de labranza, los agricultores y trabajadores, a la izquierda, con ropas modernas de la época, los hombres de negocios, los empresarios. Son muestra de la pluralidad de las profesiones de los colonos; también de lo que ahora somos.

Por último, las mujeres y los niños representan el futuro garantizado, bajo la protección del rey y de sus gobernantes.

Por lo tanto, aquí estamos nosotros y nuestros antepasados; que tuvieron que hacer grandísimos sacrificios y esfuerzos para iniciar el camino de nuestra Colonia. Vamos a rendirles un homenaje. Escuchemos a Manolo Dugo que ha compuesto la música y canta un poema dedicado a La Colonia de Fuente Palmera, de nuestro insigne poeta Rafael Adolfo Téllez llamado “1.767”.

Son viajeros venidos del centro de Europa.

Esto sucede en 1.767.

Son hombres de razas distintas
y países distintos a quienes asemeja la pobreza.

Son también cierta calle
y son el pregonero que desata en su trompeta
la mañana.

Son mi abuelo Bernette que usa bastón
y saluda ceremonioso el día
mientras escruta un horizonte de carros y de bueyes.

Son el pobre sur,
el sur encendido de patios y zaguanes.

Son mis mayores
que tejen, bajo la parra, una historia
de amor y de agonía
y que escriben, con luz de luna, su nombre
sobre un muro.

Son quien soy.

Quienes seré cuando yo muera.


Rafael Adolfo Téllez

“Pobre sur”,…”a quienes asemeja la pobreza”. Suponemos, que entre tanta penuria, nuestros antepasados, tendrían algunos momentos de fiesta y celebración.

Empecemos por ver quienes eran: primero llegaron, a partir del verano de 1768, los extranjeros. Eran bávaros, tiroleses, saboyanos, suizos, alsacianos, del palatinado, belgas, franceses, italianos… Imaginémoslos hablando, no ya distintas lenguas troncales (alemán, francés ,italiano,…) sino los dialectos propios de su zona de residencia. Además ellos eran católicos o protestantes.

Después llegaron los valencianos los catalanes, algunos vascos y gallegos, los de Montalbán, Santaella, La Rambla y los de los pueblos circundantes, especialmente los ecijanos que fueron muy importantes.

¡Menuda algarabía y confusión de lenguas, costumbres y fiestas! ¡Qué difícil tuvo que ser entenderse! Vamos a pensar, imaginariamente, en sus fiestas y celebraciones. ¿Qué trajeron los bávaros, los alsacianos, los belgas, los valencianos, los ecijanos, los suizos, los de Ticino, …? No se sabe. Realmente, suponemos algunas cosas pero no se sabe nada o muy poco. Sí conocemos, porque no la creó el rey, ni Olavide, ni los distintos Comandantes Civiles de La Colonia, que feria no tenían; y sí tenían, sin embargo, o al menos se supone, un verdadero enredo de costumbres y celebraciones: cada grupo la de su región de origen.

Nos han llegado algunas de ellas, en gravísimo peligro de perderse: los huevos de pascua, el misterioso baile de los locos de Fuente Carreteros, que por cierto se bailaba en toda la colonia, la costumbres de la ceniza en Ochavillo del Río y poco más. Hemos visto perderse la costumbre de pintar ramos, en el domingo del mismo nombre, en Fuente Palmera, y los látigos de juncias precediendo a la procesión del Corpus Cristi. Se han oído ecos de que también se bailaban banderas al estilo de Siena. Y poco más.

Pero, nuestros antepasados, con muchas dificultades, se fueron haciendo un poco más prósperos y estamos seguros de que iban a vender sus ganados y productos excedentes a la ferias de Écija, o a la de Palma, o a la de Córdoba.

No fue hasta 1872, cuando la corporación municipal presidida por el alcalde Don Salvador Gonzáles Alonso, por motivos económicos, para que los colonos pudieran realizar sus transacciones, creó una feria de ganados, de tres días, a partir del 20 de agosto. En el pleno del 28 de julio de 1872, se definió cómo sería nuestra fiesta, que se ha mantenido, con la misma estructura, hasta nuestros días: ciento cuarenta y tantos años de feria que después se hizo real y de toda La Colonia.

Debemos ser conscientes de que Fuente Palmera, en aquellos años, era una población muy pequeña: con algunas pequeñas calles en el barrio y en el casco que terminaban en la actual calle Pablo de Olavide. En 1850 tenía, aproximadamente, 1.500 vecinos.

Don Salvador planteó que el real de la feria de ganados tuviese lugar en la laguna que había en la calle Concepción y que se extendiese por los caminos en dirección a La Ventilla y La Peñalosa. También que allí se montase una cantina con música y que la verbena de la noche se hiciese en la plaza. Para ello se contrataría una banda de música de Écija o de algún otro pueblo, para amenizar a los asistentes. También decidió que los puestos de turroneros y demás se situasen en la calle Portales. Por último se limpiaron todas las fuentes públicas que, los días de feria, tuvieron vigilantes, para mantenerlas decentes. Así empezó a caminar nuestra feria real.

Pero, el hambre y la miseria, pobre sur, como dice Rafael Adolfo Téllez, también ha sido un rasgo de un tiempo pasado, no tan lejano. Por eso, también siendo alcalde Don Salvador González Alonso, el 18 de agosto de 1882, se decidió no celebrarla, ante una gravísima situación de penuria, y que las 200 pesetas que había consignadas, en el presupuesto, para ella, se distribuyeran en limosna general de pan, en los tres días, a toda la pobre clase trabajadora.

Se empiezan a proyectar los carteles de feria

Con los años, la feria fue creciendo. Llegaron los teatros, los circos, las atracciones, los toros, los fuegos artificiales, la iluminación eléctrica, la diana, los grupos modernos, el rock and roll, y los grupos cuasi “galácticos. Pero sigue siendo nuestra entrañable, nuestra misma feria, con el baile en la plaza, el paseo y los puestos en la calle Portales. ¿Cuántos novios, novias y parejas han nacido de ella? ¿ Cuánta diversión, felicidad y amor nos ha dado en estos ciento cuarenta y tantos años de existencia? ¿Cuántas persona venidas de nuestros pueblos vecinos han disfrutado de nuestra especial fiesta, sin casetas?.

También, nosotros los colonos, hemos cambiado mucho. El trabajo, las prisas y el estrés de nuestro tiempo, hace que muchos aprovechan estos días de fiesta para darse un baño en la playa. Si os gusta internet, teclead en Google "Feria de Fuente Palmera" o "Feria Real de la Colonia de Fuente Palmera" y veréis como ha cambiado nuestro tiempo. Aunque hay entradas con la feria, la mayoría son para la Feria de la Boda. ¿Qué significa eso? Pues que ha surgido otra gran feria, también por motivos económicos. Ahora tenemos la Real para disfrutar, y la de la Novia para promocionar uno de los sectores económicos más importantes de nuestra Colonia.

Para finalizar, mis gracias especiales a Manolo Dugo, a Pepe Carrasco Ostos, investigador infatigable, que me ha facilitado alguna documentación para este pregón, y a Emilio Domínguez, técnico de Guadalinfo, que me ha proporcionado los carteles de feria digitalizados.

Muchas gracias por vuestra paciencia e interés a todos vosotros.

¡Viva nuestra feria! Y a disfrutarla. Muchas gracias.

Feria Real 2017 (María Isabel García Cano)

Doña María Isabel García Cano, cronista de Ochavillo del Río e historiadora, fue la pregonera de la Feria Real de Fuente Palmera de 2017, coincidiendo con el 250 aniversario de la fundación de la localidad. Recitó el texto siguiente:

Muy buenas noches, antes de comenzar quiero tener un respetuoso y afectuoso recuerdo para las víctimas y familiares del atentado perpetrado hoy mismo en Barcelona, expresando el deseo que estoy segura compartiréis conmigo de que la violencia y el fanatismo paren, y consigamos entre todos la justicia en el mundo que genera la paz entre todos.

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Emoción, satisfacción, orgullo, todas estas emociones se agolpan en mi corazón al dirigirme a los habitantes de Fuente Palmera en un momento tan festivo como es el inicio de la feria de Agosto. Pero por encima de todos estos sentimientos que están dentro de mí, tengo que destacar uno hacia todos vosotros y que personifico en los miembros de la corporación municipal, concretamente en la figuras del alcalde, Francisco Javier y en Quique. Y este sentimiento es el de profundo y sincero AGRADECIMIENTO, con mayúsculas. Decía nuestro universal y casi paisano Cervantes: “De gente bien nacida es agradecer los beneficios que reciben, y uno de los pecados que más a Dios ofende, es la ingratitud”, y no quisiera caer en este “pecado”, por ello quiero esta noche expresar públicamente mi inmenso agradecimiento a todos los colonos.

Agradecimiento por la acogida personal y el reconocimiento que como investigadora siempre he tenido con todas las corporaciones de este nuestro querido pueblo. Reconocimiento que llegó a su punto álgido con el nombramiento como Hija Adoptiva de Fuente Palmera en 2014. Mayor honor no se puede concebir para una persona no nacida en Fuente Palmera. Además me siento adoptada también por todas las aldeas a las que quiero y admiro. Estad seguros de que llevo esta adopción con mucho orgullo allá donde voy y que la pongo en lugar destacado en mi curriculum.

Son muchos los lazos que me unen a Fuente Palmera y sus aldeas y, aunque lejanos en el tiempo, Fuente Palmera y sus habitantes habéis estado siempre junto a mí y ello por dos razones. Una profesional y otra vocacional.

1.- Siempre lo digo, y lo digo con orgullo: en Fuente Palmera, concretamente en Ochavillo, me forjé como maestra, mi primer destino definitivo después de tres cursos como propietaria provisional. Hoy Fuente Palmera es conocida y reconocida en todas partes de la provincia y nuestra Comunidad, su fuerza emprendedora y sus productos invaden Andalucía, España y en el exterior. Hace 44 años cuando me destinaron a Ochavillo nadie de mi entorno conocía las aldeas y sólo algunos Fuente Palmera. Por eso, cuando me dieron este destino, tuvimos que aprender el camino para llegar; pero desde el primer momento su aspecto, ambiente y, sobre todo, sus gentes me cautivaron. Además, todos me acogieron con un gran cariño y agrado. Y es que, como decía Ricardo Molina, nuestro insigne poeta al que me referiré en este pregón como merecido homenaje en el reciente centenario de su nacimiento: “El espíritu de Fuente Palmera es progresista y amistoso”.

Conocí en esta colonia un modo de vida muy distinto a la ciudad: la madurez y responsabilidad de unos niños y niñas que además de ir a la escuela ayudaban en su casa a las labores agrícolas, y que en octubre acudían a recoger algodón colaborando a sostener económicamente a la familia; las dificultades de los padres para salir adelante sin la formación necesaria para desenvolverse fuera de su ámbito agrícola… pero todas la familias tenían muy claro que en la escuela estaba la clave del progreso para sus hijos. Por eso apoyaron siempre a los maestros y maestras y nos respetaron y se hicieron respetar por nosotros. Esto es una nota distintiva en todas las colonias de Andalucía, al menos en Fuente y Palmera y La Carlota, en donde he estado ejerciendo prácticamente la mitad de mi vida docente.

2.- Yo misma completé mi formación en los años de estancia en Ochavillo, 1973-79. Aquí concluí la licenciatura de Historia y aquí inicié mi primera investigación histórica. Tuve la gran suerte de tener un archivo virgen con unas fuentes primarias primorosas y la apasionante historia de éste, mi pueblo, estaba por hacer; se me ofrecía un campo histórico inédito, y me estaba esperando. Yo estaba viviendo con los descendientes de unas familias extranjeras y españolas que vinieron de muy lejos para trabajar y poner en producción unas tierras baldías llenas de monte. Estaba viendo que los niños y niñas que tenía en mi clase eran rubios, con unos apellidos extranjeros, unas tradiciones distintas a las de otros pueblos de la provincia, … Indagando, profundicé en lo que se conocía de La colonización de Carlos III. Todo era general, sólo se había hecho la historia de una población, la más importante al ser la sede de la Intendencia, La Carolina. Pero en las poblaciones de Andalucía no se había hecho nada, estaba todo el trabajo por hacer. En este sentido, cuando acabé la licenciatura me dispuse a hacer la Historia de Fuente Palmera y así lo propuse al profesor de Bernardo Ares, responsable del área de Historia Moderna de la Facultad de Córdoba. Además, coincidió que otro compañero de mi misma promoción, Juan Rafael Vázquez Lesmes –ambos pertenecemos a la primera promoción de la Facultad de Córdoba-, es natural de San Sebastián de los Ballesteros, y estaba dispuesto también a hacer la historia de su pueblo. Así, hay que decir que gracias a estos dos trabajos pioneros y la dirección del profesor de Bernardo que los dirigió, se conoció la práctica del Fuero de Población en las Nuevas Poblaciones de Andalucía, que todos los historiadores conocían a nivel teórico, pero no cómo se desarrolló el día a día de las mismas.

Cuando vine por primera vez al Ayuntamiento de Fuente Palmera en 1976 a conocer su archivo y pedir permiso para poder extraer sus valiosos datos, conocí a su alcalde, en aquellos momentos Juan Ramón Reyes. Me recibió con mucha seriedad y protocolo, pero con toda disponibilidad. Y no sólo me facilitó la entrada en el mismo, sino que se ofreció a colaborar en todo lo que fuera necesario para contribuir a la elaboración de la historia de su pueblo. Trabajé codo con codo con Rafalín, en la mesa y ventanilla que él atendía. Cuando se acababa la jornada escolar de la mañana a las 12,30, cogía el coche, un R-8 azul, y venía desde Ochavillo corriendo al Ayuntamiento de Fuente Palmera. Cogía el legajo que estaba trabajando y me sentaba al otro lado de la mesa de Rafalín. Él atendía a todos los vecinos y vecinas que acudían a resolver sus problemas municipales, y yo, a la vez que iba conociendo a los primeros colonos, a través de la documentación que manejaba, iba tomando contacto con los actuales y conociendo su problemática. Comentaba con Rafalín algunas cosas y me iba informando de muchos aspectos de la colonia que fueron fundamentales para mi propia investigación.

Concluía esta tarea investigadora a las 2 de la tarde y salía apresurada al comedor del Colegio en donde doña Lolita, la directora, tenía dada orden que me guardaran la comida. Comía rápido y salir deprisa para llegar a las 2,30 a Ochavillo y atender a mi alumnado en la jornada de la tarde. Así actuaba durante todo el curso, hasta que en junio había jornada intensiva y entonces cambiaba el sistema. Al concluir la jornada escolar tomaba rápidamente un bocadillo y me trasladaba a Fuente Palmera. Allí, Segovia, el municipal, me abría el Ayuntamiento y esperaba hasta que terminaba de trabajar acompañándome de manera generosa y desinteresada. Por eso, mi más afectuoso recuerdo en esta noche entrañable para ambos, ya fallecidos, el alcalde, Juan Ramón, y el municipal, Segovia. Posteriormente, cuando he hecho visitas más esporádicas al archivo para realizar distintos artículos sobre Fuente Palmera, fui atendida con igual disponibilidad y afecto por Antonio Díaz y Carrasco.

En 1978 defendí ante un riguroso tribunal de expertos mi Memoria de Licenciatura sobre Fuente Palmera en la época foral, 1768-1835, que fue calificada con sobresaliente con opción a premio, y la Diputación Provincial tuvo a bien publicarla. Fue en 1982 cuando salió la primera edición y precisamente coincidió con la celebración del 215 aniversario de la Fundación de las Colonias. Fue un año intensísimo y recuerdo con verdadero cariño la invitación a participar en todos los actos que me hizo el alcalde, Antonio Díaz, para impartir conferencias, concretamente en Fuente Palmera, Fuente Carreteros y Cañada Rosal. Además, se presentó oficialmente mi libro y firmé tantos ejemplares que me pareció estar en una nube. Algunos compañeros del Departamento de la Facultad que me acompañaron en aquella noche, no daban crédito al interés de todo el pueblo por conocer de primera mano su historia. Aún resuenan en mi corazón aquellos cariñosos e intensos aplausos que me ofrecísteis.

Luego fui profundizando en otros aspectos de la investigación y, como en la primera vez, me sentí en el Ayuntamiento de la colonia como en mi casa. Por todo ello, no puedo nada más que agradecer a Fuente Palmera, su Ayuntamiento y sus gentes, la acogida cariñosa y entrañable que siempre han tenido y tienen hacia mí.

Ya parecía que nada podía sorprenderme, Fuente Palmera me había dado todo ¿qué más me iba a dar? pues sí, todavía más!! En 2014, estando investigando en el Archivo Municipal de Córdoba, recibí una llamada. Era del Ayuntamiento de Fuente Palmera, la concejalía de cultura, en nombre del alcalde, Juan Antonio, para anunciarme que había sido designada para nombrarme hija adoptiva de Fuente Palmera y querían saber si aceptaba o no el nombramiento. Cómo no iba a aceptar? no lo dudé un momento, claro que sí!!!, ni que decir tiene que no pude seguir trabajando; la emoción me embargó de tal manera, que tuve que salir corriendo para comunicarlo a mi familia y dar rienda suelta a esa explosión de alegría que aprisionaba mi pecho.

De nuevo Fuente Palmera daba muestras de agradecimiento, generosidad, reconocimiento … ¡qué sorpresa tan agradable! Llegado el 5 de julio acudí a Fuente Palmera junto con mi familia y algunos compañeros de mi instituto, el I.E.S. “Luis de Góngora” de Córdoba. El acto fue precioso y todos los colonos, sin conocerme directamente, me conocían a través de mis escritos, esto era un honor y una gran responsabilidad. Por todo lo expuesto podréis entender que nunca, nunca, puedo defraudar a los vecinos y vecinas de la colonia y sus aldeas y a sus autoridades que tan bien me han considerado siempre. Es más, tenía que volver a escribir sobre la colonia e inicié una nueva investigación en distintos aspectos sobre la misma, y es lo que hago ahora.

En este año, celebración del 250 aniversario de la promulgación del Fuero, 35 años después de aquel entrañable 215 Aniversario que anteriormente me he referido, mi interés por Fuente Palmera y todos sus núcleos de población ha aumentado en progresión geométrica. Tengo ahora un reverdecimiento de aquellas emociones y como investigadora vuelvo a trabajar de manera intensa sobre vuestro increíble pasado. Este año hay muchas celebraciones como ocurre con todas las efemérides, pero la celebración de vuestra historia debe ser permanente porque además de ser la vuestra, y ahora también mía, es apasionante. Debemos inculcar en nuestros niños y jóvenes ese orgullo de pertenecer a una población que intentó reformar todo lo que era injusto. Fue un proyecto precioso y casi revolucionario, quisieron acabar con los elementos sociales y económicos que propiciaban la desigualdad profunda entre los habitantes, algo que no había tenido lugar en ningún otro punto de España ni Europa. Hicieron un reparto equitativo de la tierra, eliminaron los privilegios propiciando la igualdad entre todos los habitantes; y tuvieron presente sus directivos, como hijos de la Ilustración que eran, que en la Educación estaba la clave del progreso. Por eso, a mediados del siglo XVIII, según se recoge en el Fuero de Población, la Educación básica era obligatoria como se muestra en los artículos 74 y 75 que tuve el honor de leer el pasado 5 de julio ante todos vosotros. Educación para todos, aunque no se perdía de vista que la recién creada sociedad debía ser agraria, por ello no se contemplaba la existencia de Educación secundaria y superior, según ponía de manifiesto el artículo 75. Pero creo interesante destacar asimismo que, administrativamente, los cargos no serían vitalicios como ocurría en el Antiguo Régimen, ni se compraban, serían electivos entre los vecinos. Estas notas ponen de manifiesto un proyecto absolutamente innovador en la segunda mitad del siglo XVIII.

No vamos a entrar en detalles porque no es el momento, pero es necesario decir que los que vinieron desde tan lejos, que pasaron penalidades en y durante el viaje, que encontraron unas tierras difíciles, un clima abrasador, falta de acondicionamientos físicos, etc., tomaron dos actitudes: huir, o quedarse y soportar esos primeros momentos de epidemias, dificultades económicas y políticas y un sinfín de obstáculos. Estos segundos que trabajaron duro en condiciones tan difíciles, finalmente consiguieron afianzar la población en el territorio en “donde está la fuente palmera” que decía el subdelegado D. Fernando de Quintanilla cuando vino a explorar esta zona. Y estos, los luchadores, los incondicionales del esfuerzo y el trabajo, son precisamente vuestros antecesores, la mejor gente, de la que tenéis que sentiros orgullosos. Y sus descendientes lo demostráis a través de la realidad actual; hoy Fuente Palmera hace honor a sus antepasados siendo un pueblo increíblemente trabajador y emprendedor. Ricardo Molina decía en los años 60, que la gente de Fuente Palmera es “afanosa y progresiva” y que se observaba en ella el optimismo y la vitalidad y “a ese animoso espíritu se debe el gran impulso que en las últimas décadas se registra. Pero detectaba a su vez dos graves problemas en ella: La falta de agua y de colegios públicos; desafortunadamente nuestro querido y añorado poeta, no ha podido comprobar que lo que eran problemas que parecían insolubles, los colonos de Fuente Palmera los habéis doblegado y dado muestras de ese espíritu que él resaltaba.

Con respecto al primero, el agua, consideraba Molina de manera muy certera que el día que nuestros pueblos lo tuvieran resuelto se conseguiría “multiplicar milagrosamente”, su riqueza y bienestar. Pues bien, Fuente Palmera ha desarrollado una agricultura de regadío impensable y en un tiempo récord. Su producción en aceite, naranjas, cereal, se pone a la altura de las mejores tierras de la campiña cordobesa, siendo una tierra que se calificaba en el XVIII de “ínfima calidad” en un 75%. Vosotros habéis vencido a la tierra con vuestro trabajo e iniciativa. Pero no sólo en el campo agrario, desde el punto de vista del sector industrial difundís el nombre de Fuente Palmera en las mejores Ferias de la confección, con especial centro en la boda. Hoy no sólo es conocida, sino reconocida en toda Andalucía y España, sino que se conoce como “el pueblo de las novias”.

Y, emulando a los ilustrados del XVIII, como decía anteriormente, habéis entendido que la Educación tiene que ir por delante o, como poco, paralelamente al progreso económico. Y en este sentido, a aquel colegio “Purísima Concepción”, ahora le acompañan ocho centros educativos, tres privados y cinco públicos cubriendo toda la enseñanza no universitaria, entre ellos, un Instituto con Bachillerato y Ciclos formativos, al que vengo con relativa frecuencia para dirigirme al alumnado para que se identifiquen con su historia. Estos centros educativos ponen a disposición de todos los niños y niñas de la zona la formación necesaria para llegar a Estudios Superiores que finalmente revertirán en más progreso para la colonia. Por tanto, también en Educación habéis superado con creces el escollo a que se refería Ricardo Molina.

Ésta es la verdadera celebración, esto es lo que debemos celebrar y seguir trabajando por el progreso de nuestro pueblo en el 250 aniversario, 251, 252 … y siempre, que el esfuerzo, el trabajo, la ilusión, el entusiasmo, siempre tienen su fruto. La prueba del profundo cambio que se ha experimentado en esta zona está para mí en que después de estar durante seis años consecutivos viniendo a ella, años después no reconocía las carreteras, ya no se pasa por la Ventilla, ésta se comunica con Peñalosa, etc. Al llegar a Fuente Palmera me encuentro un pueblo nuevo, extenso, con tanto servicio que me pierdo, es un cambio espectacular y pienso que lo que se pretendió conseguir en el siglo XVIII, esto es, que las colonias fueran un modelo socio-económico a seguir para el resto de España, lo ha conseguido Fuente Palmera en el siglo XXI. Por todo ello mi más sincera y profunda ¡Enhorabuena!

Finalmente, siento la necesidad de referirme a Ochavillo, mi Ochavillo, que nunca me ha dejado desde que hace cuarenta y cuatro años llegué por primera vez. Hace dos años tuve también el honor de ser pregonera de su Feria y no daba con mi escuela tan querida ¡cómo había cambiado! Hago un paréntesis para deciros que fue emocionantísimo encontrarme con el alumnado al que reconocía físicamente, después de tantos años y todos me recibieron con tanto cariño … Y es que los colonos sois gente entrañable y los que venimos de fuera, al menos en mi caso, nos sentimos en casa, por eso, volver a casa, es para mí un auténtico privilegio y un inenarrable placer. Pero además, Ochavillo me ha hecho otro regalo único e impresionante, el pasado 21 de julio en la preciosa actividad de la “Literatura a la luz de la Luna”, tomé posesión como cronista de Ochavillo, otro lazo que me une a vosotros y a vuestra historia de una manera más solida y definitiva.

Por todo esto GRACIAS, gracias con mayúscula a todos vosotros, mis paisanos y paisanas porque siempre me sentí junto a vosotros, y ahora soy una colona más. Gracias personificadas de nuevo en el alcalde, Francisco Javier, Quique, Aroa, Paco, Rosi, Manolo, Carrasco, que para todo siempre cuentan conmigo ¡GRACIAS FUENTE PALMERA!

Espero y deseo de todo corazón, que esta Feria disfrutéis intensamente del amplio programa que con tanto cariño ha preparado la corporación municipal, os lo merecéis después de haber aprobado el curso de 2017 con MATRÍCULA DE HONOR.

UN ABRAZO ENTRAÑABLE PARA TODOS Y TODAS.

¡VIVA FUENTE PALMERA!

Feria Real 2016 (Merche Peña Cuesta)

En 2016, Doña Merche Peña Cuesta, educadora social (directora de Escuela Infantil Municipal de Fuente Palmera), fue la pregonera de la Feria Real de Fuente Palmera. El texto recitado fue el siguiente:

En esta apasionante aventura de vivir con Pasión podemos encontrar todo tipo de momentos buenos, regulares, malos... Yo he tenido la suerte de vivir uno entrañable y emotivo que no olvidaré.

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Buenas noches. Muchas gracias a todos y todas los que habéis hecho un hueco en vuestras vidas para estar hoy aquí.

Bienvenidos a este acto de introducción a la Feria Real de la Colonia de Fuente Palmera.

Muchas gracias al Excelentísimo Ayuntamiento de Fuente Palmera por haber decidido que fuese yo este año la pregonera de tan hermosas fiestas.

Cuando recibí la propuesta de anunciar el inicio de la feria, y tras pensar que era una broma que se me gastaba, vinieron a mi corazón recuerdos muy entrañables.

Si bien es cierto que soy de Córdoba con sangre melariense en mis venas, heredada de una familia con raíces en Fuente Obejuna, mis recuerdos de infancia están muy unidos a Fuente Palmera.

Al pronunciar el nombre de este pueblo, mi mente viaja a esos años de la niñez en que mi padre me acompañaba al colegio y de camino pasábamos por la calle de la bodega, donde él trabajaba. Allí, en Transportes San Sebastián, mi padre, tras una pequeña taquilla, vendía billetes de autobús numerados y a los que ponía el nombre del viajero escrito cuidadosamente a mano. Lo recuerdo con nostalgia porque pasado el día, papá me regalaba la matriz de colores de esos billetes de autocar, pequeñas libretitas donde yo hacía cuentas y dibujos. En ocasiones, mi padre no estaba en su ventanilla, había que hacer refuerzo a la línea de Fuente Palmera y entonces yo sabía que pasaría el día viajando a ese lugar que para mí era lejano y desconocido. A Fuente Palmera, nombre de pueblo que en mi mente infantil tenía la magia del Macondo de García Márquez, escenario de novelas como Cien Años de Soledad o La Hojarasca; pueblo lejano como la Albanta que Luis Eduardo Aute creó para su hijo, mundo de sueños lugar perfecto al que viajar.

De mi padre aprendí que en los años 70 el viaje a Fuente Palmera se hacía por carreteras, no existía autovía. Eran muchos los que viajaban en lo que en el pueblo se conocía como “La Catalana”, y es que se llamaba así al autobús de línea porque cuando no existían estos transportes públicos en Córdoba y los cordobeses visitaban la Comunidad Catalana, veían estos vehículos identificándolos con ese nombre, de modo que cuando los primeros autocares llegaron a la capital cordobesa se les conocía de esta manera.

Rememoramos tiempos en que la mayoría de colonos no disponía de vehículo y Córdoba se hacía casi inalcanzable, tiempos en que si necesitabas algo de la capital se lo podías encargar a un conductor de autobús de línea a los que sus paisanos apodaron “el Santo”. También supe que Juan Doblas, José Marín y José Galán eran los encargados junto a Manolo Dugo de hacer los trayectos regulares de “Las Catalanas” a Fuente Palmera, Fuente Carreteros y Ochavillo del Rio.

A través de mi padre tracé el plano de una Fuente Palmera que terminaba a un lado en la calle Torrijos y al otro extremo en la calle Carlos III. Me contó cómo el bar de Las Tinajas estaba muy a las afueras junto a una laguna. Imagine el establecimiento de Antonio Aguilar, antiguo alcalde de Fuente Palmera, con su mostrador de madera, lugar donde se vendían los billetes de autobús y se entregaban y recogían paquetes, allí cada día Antonio no solo vendía los billetes sino que recogía encargos y entregaba sueños procedentes de la capital a los colonos.

Hace 16 años aproximadamente, el Patronato Provincial de Servicios Sociales me asigno esta zona como educadora social que era.

Mi llegada a Fuente Palmera supuso una nueva ilusión, un nuevo reto de trabajo. Tuve la oportunidad de conocer a diferentes sectores de la población, sus necesidades e inquietudes. Me sorprendió el tejido asociativo de la Colonia: asociaciones de mayores con inquietudes y dinamismo; asociaciones de mujeres decididas y valientes; Ampas deseosos de actividad y formación; niños y niñas activos que guiados por monitores ilusionados ayudaron a iniciar la experiencia de un verano diferente en La Colonia… así nació el “Verano Guay”.

Durante aquellos años conocí la necesidad de dar respuesta educativa a la primera infancia de la localidad y a su vez posibilitar que las familias pudieran trabajar con la tranquilidad de que sus hijos e hijas estarían bien cuidados. Me sentí afortunada al superar el proceso de selección que me llevaría a dirigir la nueva Escuela Infantil Municipal de Fuente Palmera, llamada Juan María Rodríguez Lloret en memoria de un niño de Fuente Palmera que acompañó todo este proceso desde el cielo.

Por la “Guardería Municipal” como todos la llaman, han pasado cientos de familias y de pequeñines que año tras año han ido ocupando un hueco en mi corazón.

Durante estos 16 años Fuente Palmera ha crecido no solo físicamente o a nivel demográfico, he sido espectadora del proceso de crecimiento cultural , educativo y económico de una población que es el reflejo de la lucha de aquellos colonos de los años 70.

Espíritu colono por lo luchador, por la capacidad de asumir riesgos, emprendedor y trabajador. Capaz de luchar aquí por lo suyo o de emigrar lejos si es menester.

Espíritu colono que abre los brazos a quien viene de fuera, preguntando al principio de dónde eres y acabando con el paso de los años sorprendiéndose de que no seas de aquí.

Espíritu de pueblo con raíces, con su particular idiosincrasia, que me ha enseñado a llamar a mi perro “TUTU”, a ponerme bien la ropa “atacándomela”, a dar besos de sana sanita cuando un pequeñín se hace “bibi”, he aprendido que los “locos” bailan estupendamente y los osos no son tan fieros; que puedes ir a tiendas donde te llaman por tu nombre y se interesan por tu vida mientras teclean la máquina registradora; que puedes salir a la calle pero no debes llevar prisa porque cada tres pasos encontraras a una persona que te conoce y se interesará por ti.

Espíritu colono de pueblo que me ha enseñado que la vida así es tranquila y apacible y que da calidad a tu vida.

Pueblo que sabe dejar todo a un lado y disfrutar del aquí y ahora.

Pueblo que vive la fiesta como comunicación y no sólo ruido. Fiesta como intimidad que se venga de la soledad impuesta. Celebración generosa, sin trabas, para reír, para soñar, para gustar, para entablar una larga conversación sin prisas. Feria que es retorno para los que partieron, que es reencuentro de familias, veladas interminables de disfrute y alegría.

Feria que huele a pueblo engalanado con su mejor vestido y su mejor sonrisa.

Feria como brisa fresca de verano que saca hacia fuera a nuestro niño interior y nos rejuvenece el alma.

Como diría el escritor Carmelo Sancho Liarte:

“Dejad que suene la música
y que impregne al pueblo entero
que vivan sus fiestas grandes
pequeños, mozos y abuelos.
Que se engalanen las plazas
y calles con sumo esmero
que repartamos abrazos
a los que vuelven al pueblo.
Que la emoción reprimida
brote a raudales sin miedo
para expresar a sus gentes
que viven con su recuerdo.
Sepamos ser generosos
y abramos los corazones
para albergar esperanzas
de un ayer con ilusiones.
Las fiestas de un pueblo son
cual centro de reuniones
saludas a viejos amigos
llenándote de emociones.
Retrocedes en el tiempo
hablando con tus paisanos
reconociendo al unísono
que fueron tiempos más sanos.

Benditos sean los pueblos
con paz y tranquilidad
como este que hoy pregono
y su gran personalidad. “

Muchas gracias ¡Feliz Feria Real de la Colonia de Fuente Palmera!


Feria Real 2015 (Ezequiel Martínez Jiménez)

Periodista, Licenciado en CC Información, Universidad Complutense de Madrid. Máster en Educación Ambiental (UNED-UNESCO). Ha trabajado como periodista en las cadenas de Radio: SER, COPE y RNE. Trabajó en los servicios informativos de TVE en Andalucía. Director y Presentador del programa de TV «Tierra y Mar» de Canal Sur TV (1992-2013). Ha dirigido 10 Cursos de verano y un Simposio Internacional «Encuentros sostenibles» sobre Agricultura y Medio Ambiente, en la UPO (Universidad Pablo de Olavide). Como Comunicador es invitado para dar conferencias, participar en mesas redondas, moderar actos, ejercer como maestro de ceremonias, dar pregones, etc. Como escritor tiene publicaciones individuales y colaboraciones con otros autores. Pregonero de la Feria Real de Fuente Palmera el día 18/08/2015.


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Buenas noches, colonos, colonas, ¡Me declaro amante de la Colonia y de sus gentes! ¡Viva la Feria Real de Fuente Palmera!

Buenas noches y bienvenidos también a los habitantes de las aldeas y pueblos del entorno y a los colonos que salieron de aquí para trabajar lejos de este pueblo, y cada verano regresan a casa para saludar a los familiares y amigos y para reencontrarse con su patria chica. Bienvenidos también, los forasteros que hayan querido presenciar este acto inaugural de la Feria Real de Fuente Palmera. Agradezco la presencia de Antonio Adame, “Carrolo” buen amigo, buena gente, buen empresario primero con los muebles y ahora con la actividad agrícola. Antonio mima el cultivo de sus naranjas, de sus membrillos, de sus cereales, de sus olivos y aceitunas de la variedad manzanilla que destina para aderezo, y de sus gallinas que mantiene en cría y producción ecológicas y dan unos huevos frescos que una vez fritos, y tras mojar el pan en la yema y en la clara, están para chuparse los dedos. Y gracias a mi querido amigo Paco Casero, compañero de fatigas yendo juntos por algunos pequeños pueblos de la geografía andaluza animando a los agricultores y ganaderos a seguir con su digna labor. Como dijo Cicerón en la Roma del siglo I: “La Agricultura es la actividad propia del sabio, la más adecuada al sencillo, y la actividad más noble para todo hombre libre”. Paco Casero, incansable en la defensa de los derechos de los hombres y mujeres del campo y de los derechos de las personas en general, lleva en su cuerpo las huellas de numerosas huelgas de hambre que realizó siempre para llamar la atención de los poderosos hacia los desfavorecidos. Fue jornalero, fundador del SOC, y desde hace más de 25 años viene trabajando por el sector de la agricultura y Ganadería Ecológicas. A Paco le preocupa como a mí y a mucha gente la enfermedad de la seca en los encinares de las dehesas, y la falta de relevo generacional. Si los jóvenes que os habéis criado en una familia de agricultores y ganaderos en el campo, no continuáis con la tarea en las fincas de vuestros padres o no os incorporáis a las actividades del pueblo, el futuro del medio rural estará listo de papeles. Paco suele decir que en la vida podemos necesitar varias veces a un médico, a un notario, a un carpintero, fontanero, pero de lo que no podemos pasar tres veces al día, los humanos es de alimentarnos, y para eso sois necesarios los agricultores y ganaderos. Permítanme que les pida un aplauso para Paco Casero, este hombre orgullo de Andalucía.

Fuente Palmera (4.500 habit, ) y sus nueve aldeas suman unos 11.000 habitantes. Saludamos a los vecinos de Cañada del Rabadán con 892 habitantes. A los de Fuente Carreteros con 1254 habit. Que lleva el nombre de una antigua Fuente que aliviaba a los carreteros que venían desde Constantina con sus cargas de madera de castaño con destino a Ecija; saludos a los vecinos de la Herrería con 290h; Ochavillo del Río, antigua aldea del río tan pequeña que no valía un ochavo, moneda de cobre de poco valor. De Ochavillo es Quique el concejal de Cultura y Festejos, saludos a los vecinos de la Peñalosa de donde es el Alcalde y buen amigo, Francisco Javier Ruiz, el Melli, pues en los pueblos se conoce a la gente por el apodo. Saludamos a los vecinos de Los Silillos,(619 h), La Ventilla (730), Villalón (353) con fuente de la época de Carlos III y El Villar(700 h.).

Es para mí un orgullo que dos buenos amigos, bueno tres, ocupen cargos de responsabilidad en la Colonia. Aroa Moro, amiga, una mujer de temperamento, guapa, muy agradable, muy reflexiva y con las ideas políticas y existenciales muy claras, que ha sido elegida Alcaldesa de Ochavillo del Río, y yo me alegro por ello. Ochavillo del Río donde nacieron los hermanos y las hermanas González Mestre. Los varones Ricardo, Manuel, Juan y Quique forman parte de mi círculo de amistades. Con Ricardo y Quique hemos viajado a diferentes pueblos y ciudades andaluzas para presentar dos de mis libros que ellos han tenido a bien editarme, “La Odisea del viajero” y “Tierra y Mar”. En Ochavillo y aquí en Fuente Palmera hemos echado buenos ratos Ricardo, Quique y un servidor rodeados de amistades de los hermanos González Mestre, y disfrutando de la compañía de su madre, que falleció tristemente hace unos meses.. Vuestro Alcalde nació en Fussen (Alemania), hijo de padres emigrantes. Pronto regresó con su familia a La Peñalosa, donde estudió primaria. La secundaria y el bachillerato los estudió en el IES Colonial de Fuente Palmera. Y en la Universidad de Córdoba estudió la Diplomatura de Relaciones laborales. Desde hace diez años, vive en Fuente Palmera, Ha trabajado en el campo en las tareas agrícolas luchando por los derechos de los trabajadores. Durante los 8 últimos años ha sido concejal de IU, y ahora es vuestro Alcalde, porque lo habéis elegido. A el Melli le tengo que agradecer que me invitara a venir a Fuente Palmera para dar este pregón. Y de Enrique González Mestre “Quique” qué voy a decir. Le conozco desde hace unos años.. Otra de sus especialidades es repartir cartas pero no de póker, porque no es amigo del juego, distribuye las cartas que recibís, algunas de familiares que están en otras comunidades y en el extranjero. ¿A cuántos de los presentes les gusta seguir recibiendo cartas? ¡Levantad la mano, por favor, hombres y mujeres, chicos y chicas! A veces las cartas son portadoras de buenas noticias de familiares y amigos y nos alegramos por ello; otras veces recibimos cartas en las que se nos comunica que nos ofrecen un trabajo tras presentar nuestro Currículo, o que tenemos derecho a determinada pensión o prestación social,….. Las cartas de la mili eran muy emotivas, los mayores las recordáis, no así los jóvenes que habéis venido al mundo con un pan bajo el brazo y os habéis librado de ir a la mili, doce, o quince meses fuera del hogar, lejos de los padres, de los hermanos, de la novia.. Hoy día se está perdiendo o se ha perdido ya, el uso de la correspondencia epistolar, hoy día los móviles de última generación, en los que puedes ver en pantalla y en directo al interlocutor; Whatsapp, facebook, twiter, y los correos electrónicos resumen en un emoticono rápido y frío, o en un texto corto lleno de faltas ortográficas y sintácticas, lo que antes cuidábamos delicadamente mediante el papel y el bolígrafo o la estilográfica para deleite de quien recibía la carta, y de esto de cartas y de correspondencia sabe bastante Quique, vuestro Concejal de Cultura y Festejos.

Cuentan las crónicas que allá por 1767, reinando Carlos III, nació esta Villa por Real Cédula junto a La Carlota y San Sebastián de los Ballesteros, con la promulgación del Fuero de las Nuevas poblaciones y bajo la supervisión de Pablo de Olavide se repoblaron estas tierras con gente venida de centro Europa, y así vemos hoy entre los descendientes a gente con los ojos azules, y con apellidos que provienen de Alemania, Francia, Italia, Suiza, y catalanes y valencianos que se asentaron aquí y en Ochavillo. La llegada de estos pobladores tuvo que ser algo así, como la conquista del Oeste, las familias llegaban en carros por el camino real de Madrid a Sevilla para asentarse en el desierto de la Parrilla, primero en tiendas, y más tarde en barracas y modestas casas construidas con mucho esfuerzo y trabajo, y por aquí empezaron a oírse apellidos como: Hens, Rossi, Hilinger, Mengual, Castell, Mestre, Balmón, Arriaza, que hoy lleváis los habitantes de esta Colonia en este siglo XXI.

En Fuente Palmera tenéis un consultorio médico y dos farmacias; 1 colegio de Educación Primaria, el Federico García Lorca: “verde que te quiero verde, verde viento, verde rama; el barco sobre la mar y el caballo en la montaña”.

Disponéis de un Instituto, el IES Colonial; y la Biblioteca Municipal “Antonio Machado” que yo he visitado y a la que debéis de cuidar más procurando que los niños y jóvenes acudan para estudiar y disfrutar leyendo con los más de 8.500 libros que tiene. En 2005 vuestra Biblioteca entró en la Red Pública de la Junta.

Lo que si tenéis, como casi todos los pueblos es una gran variedad de bares, cafeterías y restaurantes como el del hotel Carlos III, donde me he hospedado varias veces, el bar el Nene, que ahora lo regenta su hija; el moderno restaurante “la Buganvilla”, la Ha cienda “Timoteo”; entre los bares, la peña flamenca “Joseíto Téllez”; la pizzería Eva, el Café Tuitter, el bocato dos; la heladería Roma, el London café o el pub Pérez Galdós, donde también he acabado alguna noche tomando copas, con un ambiente galdosiano.

Esta Feria está llena de actos festivos. Cuando acabe el pregón disfrutaréis con las orquestas Tangay y la Tentación que os llevarán hasta el corazón de la noche. Mañana a las siete y media Diana y por la noche, la copla con Susana Aguilar.

Fuente Palmera desarrolla su economía en torno a la agricultura, la industria y el sector textil. La agricultura que se practica aquí se basa en los cultivos de regadío en la vega y de secano en la zona de campiña donde se cultiva el olivar y los cereales. Tenéis una Cooperativa San Francisco de Borja, con 854 socios activos. Es importante también la industria cárnica, la producción de muebles artesanales y otras empresas dedicadas a la construcción y a las ferrallas, y me falta una actividad comercial que llena de vida y de riqueza a Fuente Palmera: Por algo se conoce a Fuente Palmera como el pueblo de las novias y de los novios, porque tenéis en vuestro pueblo en la Plaza Real y en la calle Portales, varias tiendas especializadas en vestidos de novia y en vestidos y trajes para las bodas, comuniones y festejos como éste de la Feria Real. Y para que esta Feria empiece bien vamos a llamar al escenario a dos personas para que muestren lo mejor de sus galas acompañando esta noche al pregonero de la Feria.

(Suben las protagonistas del cartel de feria de este año, a continuación subió también Rocío Luna y cantó a capela, lo mismo que hizo Ezequiel al concluir el pregón con estas palabras)

Y como estamos con este ambiente de boda, me voy a atrever a cantaros y a dedicaros algo muy hermoso: ¡Que el corazón no se pase de moda, que los otoños te doren la piel, que cada noche sea noche de bodas, que cada luna sea luna de miel, ¡que todas las noches, sean noches de bodas, que todas las lunas sean lunas de mieeeeel!


Feria Real 2014 (Francisco Manuel Téllez García)

Francisco Téllez "El Alemán", colono en el exterior pero con sus orígenes en Fuente Palmera y aún más conocido como "Fran el alemán".

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Buenas noches, bienvenidos y muchísimas gracias por compartir este precioso e inolvidable momento conmigo. En primer lugar quisiera agradecerle al Excelentísimo Ayuntamiento de Fuente Palmera, en nombre y representación de su alcalde Juan Antonio, que hayan decidido que sea yo el pregonero de La Feria Real de la Colonia de Fuente Palmera 2014.

Para mí ha sido una grata sorpresa, si les soy sincero ha sido tan inesperada como ansiada, porque para un emigrante es un honor grandísimo poder hablar hoy aquí, en mi plaza, en mi pueblo y ante mi gente. Les prometo que intentaré ser lo más breve posible, pero no antes de intentar transmitirles a ustedes mis vivencias y lo que representa para mí este pueblo y su feria. Espero que no se hagan un lio con mi vida, que ha sido una partida de ping pong entre Alemania y España, y permítanme que les dedique este pregón a los emigrantes.

Mi nombre es Francisco Manuel Téllez García, nací un 09.03.1976 en Moenchengladbach (Alemania) soy nieto de emigrantes, mis abuelos fueron unos de esos aventureros valientes que en los años 60 y 70 dejaban la colonia para buscar el “oro” en las minas de “El Dorado” alemán. Muchos fueron en aquellos años los que dejaron nuestra España, todos buscando mejor vida y todos con un sueño entre sus ojos, ganar mucho dinero y volver pronto a su tierra, junto a sus familias, amigos y vecinos.

Allí se conocerían, enamorarían y casarían mis padres. Mi madre, Dolores García Castell, nacida en Ochavillo del Río, hija de Carmen Castell Montero y de Alfonso García Rubio “Manijero de La Parrilla nueva” y mi padre, nacido en “Los Cortijillos” de Fuente Palmera, hijo de Concepción García Rossi y de Francisco Téllez Navarro “El Yegüero”.

De ese amor nacimos primero un servidor y a los cinco años mi hermana Loli. Me he criado junto a todos los Téllez en una casa familiar inmensa en la calle Friedrich-Ebert-Strasse 105 de Moenchengladbach. Tengo que destacar de esa época lo bonito que es vivir junto a tu familia, todos bajo un techo, juntos pero no revueltos, grandes recuerdos. Pero ante todo recuerdo esa gana e ilusión por regresar a su España por parte de mi abuelo Francisco Téllez, todos los días con su radio escuchando a Radio Nacional de España, todos los días contándome anécdotas de su pueblo y sus vivencias, el tiempo acabaría traicionándolo y se quedó a las puertas de conseguirlo.

En este punto, y por culpa de ese trágico suceso, es cuando empieza a rotar mi vida en torno a la Colonia, mis padres, huyendo de ese macabro destino, deciden venirse a vivir a Fuente Palmera y compran la casa de mis abuelos en el barrio. No lo pensaron mucho como el tiempo nos enseñaría, pero le doy gracias a Dios que no lo pensaran tanto. Acabada nuestra casa, nos venimos desde Alemania con todo incluido, aún recuerdo nuestra llegada con una furgoneta y un remolque muy grande lleno de muebles y ropa, por allí se acercaban cada vez más personas, el barrio parecía el epicentro del pueblo. De repente se presentó un chaval, me miró de los pies a la cabeza y me soltó un “¿Qué? ¿A qué no tienes cojones de pillarme? ¡Me juego 5 duros, que no me pillas!” yo, un poco pijo y de ciudad, pensé ¿Qué le pasa a este individuo? “¡Por supuesto que te pillo!” le contesté algo enfadado, yo estaba atlético y él se veía regordete. Empezó a correr y le seguí, no sé cuántas veces me caí hasta llegar al arroyo, solo sé que no podía ni con mi alma y que el parecía volar por encima de lo que luego resultaría ser un surco, él se reía cada vez que me caía, les puedo asegurar a ustedes que aún recuerdo esas carcajadas y sus palabras “bienvenido al campo alemán” ese chaval resulto ser Pedro, mi primer amigo en Fuente Palmera.

Al poco tiempo entré en el colegio y muchos niños se me acercaban como si fuese algo raro porque venía de Alemania, era la novedad en el pueblo y todos querían ser mis amigos. Recuerdo un día de esos que bajaba por el barrio un chaval queriéndome conocer, estaba algo asustado, cortado y apenas hablaba, solo repetía muy bajito una y otra vez que quería conocerme y ser mi amigo, yo estaba jugando al fútbol, pero como él no era del barrio querían pegarle los nenes por intruso, algo muy normal en esa época, y salí a defenderle , el resultado final de ese “rescate” es el nacimiento de una amistad que ha sobrevivido año tras año a miles de kilómetros, ese chaval cortado y de voz tímida es mi mejor amigo desde ese mismo día, Alejandro, el hijo de Don Bernabé como todo el mundo le decía y yo, nos convertiríamos en un tándem increíblemente ingeniosos para vivir todo tipo de aventuras año tras año hasta hoy en día.

Gracias Ale por ser mi mejor amigo, y gracias al destino y a tu padre, el gran médico y mejor persona Don Bernabé Galán Sánchez, por equivocarse al elegir plaza como médico titular y permitir así, que un chaval de Monturque y otro de Moenchengladbach unieran sus caminos de por vida en Fuente Palmera.

Vivir aquí entre el 1985-1988 era para cualquier niño un sueño, no teníamos preocupación ninguna, la verdad es que no teníamos mucho porque eran años difíciles, pero menos necesitábamos para ser felices. Teníamos dos quioscos para decidir dónde y que “chuches” comprábamos, el de Felisa y el de Julia, había alguno más en la zona de la plazoleta, pero en nuestra época eso era territorio “comanche” y te podían dar si te acercabas, al igual que nosotros repartíamos si bajaban a nuestra plaza, eran guerrillas de niños, divertidas aunque al final siempre salía llorando alguien. Para nosotros lo más importante eran nuestras bicicletas, esa era la herramienta que nos permitía volar a otro mundo. Gracias a nuestras bicis podíamos conocer todos los campos y arroyos cercanos. Algunos los conocía muy bien por mis padres, ya que paseábamos muy a menudo por ellos, ante todo por el Arroyo Grande por su paso por Los Cortijillos y El Bramadero, y el Arroyo del Tamujar por su paso por la Parrilla nueva y hasta su desembocadura en el Río Guadalquivir, luego, junto a Alejandro, Fernando Pistón, Andrés Moyano y Juan José Quero volveríamos una y otra vez a vivir nuestras aventuras. Nunca nos importó que nos castigaran nuestros padres, nunca nos importó que nos quitaran la paga (100 pesetas a la semana) algo más nos dolía que Don Francisco Tubío, nuestro Tutor y director del Colegio Purísima Concepción, nos regañase al otro día por no tener los deberes, porque el profe se chivaba a nuestros padres y eso ya sí que era serio y podía tener consecuencias, pero al final para nosotros cada minuto en el campo era un regalo divino. Ese campo y esos arroyos que tan olvidados están, no es ninguna crítica, pero observo en mis visitas como las pocas zonas verdes y las cuencas de los arroyos no interesan a nadie y no debemos olvidarnos nunca que somos parte de nuestra madre NATURALEZA. Un día cualquiera al regresar del “cole” me encontré a mí padre muy contento y a mí madre llorando, no entendía bien lo que pasaba pero rápido me explico mi padre que había decidido que regresábamos a Alemania, pues bien, pensé yo sin darle muchas vueltas al tema. Poco después me veía con 13 años en una Alemania nevada y fría. El destino quiso que a mis padres no les fuese bien las cosas en Fuente Palmera y tuvimos que regresar a Moenchengladbach. Como he mencionado antes eran tiempos difíciles que un niño no veía ni comprendía, para nosotros era todo un juego y una aventura, pero para un padre es diferente, un padre tiene que tomar decisiones importantes y de gran calado de cara al futuro de sus hijos, y al igual que mis abuelos, mi padre tomó la suya y sacrificó su sueño de vivir en su Fuente Palmera natal, para brindarnos la oportunidad a mi hermana y a mí de tener un posible mejor futuro.

Muchas gracias Papá, todo lo que he conseguido lo he conseguido por ti y tu sacrificio.

Y lo que son las cosas, mis padres que aún viven en Alemania no estarían hoy aquí ya que se les acabaron las vacaciones la semana pasada, pero justo en el día que volaban de vuelta les llegó la carta de su jubilación que tanto ansiaban, que detalle tan bonito del destino que ha posibilitado que mis padres escuchen este pregón, pero lo mejor de todo es que por fin mis padres pueden vivir su sueño que hipotecaron por sus hijos.

En nombre de mis padres quiero agradecerle a todos los que nos ayudaron en esos tiempos difíciles de los que mi madre me cuenta una y otra vez, especialmente a la familia de Luisa y Manolín “EL Nene” a la familia de Valle y Salvador Caraballo, a la familia de Loli y Miguel Parras, a la familia de Montaña y Manolo Adame, a la familia de Pepe el Gordo, a Rafaela la “Ferretera” y a un largo etc. de personas que siempre nos ayudó y apoyó. Si algo aprendió mi familia, es que el ¡barrio es una FAMILIA!

Mi vida había dado otro cambio, me encontraba de vuelta en mi Moenchengladbach natal pero no entendía bien lo que me pasaba, solo sabía que yo ya no era el mismo, yo era y me sentía emigrante y aunque había nacido y había vivido casi todo mi vida en Alemania, yo me sentía como un extraño allí y solo quería regresar a España. Con esa idea se acuesta y se levanta un emigrante todos los días, y al igual que mis abuelos y mis padres yo sentía mi tierra y sus tradiciones.

Regresábamos todos los años por verano, nuestras vacaciones eran si o si en Fuente Palmera no había debate, cuando llegábamos me reintroducía directamente en mi pandilla y era uno más, no era un turista o uno de tantos que venía de fuera a pasar la feria, yo era simplemente Fran que había vuelto. Las 3 o 4 semanas eran tan intensas y bonitas que cuando tocaba regresar la despedida se hacía eternamente dura, aún recuerdo esas lágrimas y la tristeza que se repetía cada año.

En todos los veranos la feria era algo muy especial dentro de mis vacaciones, era la guinda del pastel, he participado como un Colono más en todo lo que he podido, torneos de baloncesto, maratones, concursos de baile, pero ante todo, tengo que destacar el subirme a este escenario en la víspera de la feria de mi pueblo, tras el pregón, y bailar sevillanas con mi maestra Pili, quién me iba a decir a mí, que algún día ese niño que bailaba tras cada pregón con tantas ganas ante su pueblo, sería hoy el pregonero de su feria.

En esta iglesia me casé y aunque no es muy común casarse en el pueblo adoptivo del novio y más si queda a 2200 km de tu casa, yo pude casarme en mi iglesia gracias a que mi mujer entendió perfectamente lo que significaba para mí, salir vestido de novio de la casa de mis padres y subir la calle La Fuente entre mis vecinos, amigos y familiares, todos ellos acompañándome hasta la plaza para entrar en volandas a esta preciosa y coqueta iglesia y casarme en mí Fuente Palmera, y es que yo no me veía casándome en Alemania pasando frio o lloviendo, y donde mejor casarse y celebrar una boda que en el pueblo de las novias.

Los años pasaban rápido, y aunque al final conseguí integrarme bien en Alemania, porque la verdad sea dicha, allí se vive muy bien y ya me gustaría a mí que en España los empresarios y los políticos hicieran las cosas como allí, a mí siempre me faltaba algo, las ganas de regresar a tu tierra eran insaciables. He vivido más 25 años en Alemania, lo mejor de todo, haber conocido a mi mujer y la amistad que tengo con mis primos y mis cuñados. Aproveché bien la oportunidad que me había brindado mi padre, se lo debía, estudié y clavé los codos para conseguir todo lo que me propuse, una buena carrera y un buen trabajo y al final cuando menos lo pensaba, lo conseguí, me surgió la oportunidad de regresar a Andalucía, no era Fuente Palmera pero estaba a tan solo 120 km. En Andújar (Jaén) vivo desde hace más de 8 años, allí han nacido mis dos hijos, Aitana y Francisco, lo más grande para un padre, ahora entiendo el sacrificio del mío, porque tu sueño no vale nada en comparación con el amor y el bienestar de tus hijos, y por su futuro se hace todo. Se vive muy bien en Andújar, tiene una sierra y una fauna preciosa, desde hace 4 años soy empresario y la vida me sonríe, mi trabajo me ha costado, por eso nunca me olvido del pasado y de la SOLIDARIDAD que este pueblo nos brindó a mi familia y a mí. No sé porque quiero tanto a Fuente Palmera, solo sé que es mi pueblo y lo quiero, y no lo cambio ni por Moenchengladbach ni por Andújar y al igual que los Abejarucos volvían año tras año a la gravera y las cigüeñas año tras año al campanario, porque regresaban a su casa, yo vuelvo cada vez que puedo a la que consideró mi casa. Gracias a todas mis amigas y a todos mis amigos de la infancia y a los que fuisteis llegando después en la adolescencia, a todos esos que me llaman Yegüero o Fran el alemán, gracias por haberme tratado como un Colono más.

Hoy es un día para ensalzar las cosas bien hechas, y en este pueblo hay muchas pero yo voy a destacar la reconstrucción de las fuentes carolinas que les da el nombre a nuestro pueblo, invito a los responsables que lo cuiden y lo mantengan limpio, es nuestra historia y es un proyecto precioso, que a mí, que soy del barrio, me orgullece cada vez que vengo y lo visito. Por eso y como autoproclamado portavoz del barrio quiero agradecerle al mentor, al arquitecto Alejandro Bernabé Galán Díaz, su gran idea. Muchas gracias también a todos los que ayudaron y participaron en el proyecto y al Ayuntamiento de Fuente Palmera.

Este ejemplo sirve para demostrar que juntos se consiguen todos los propósitos lógicos. No en vano se dice que la unión hace la fuerza. También tenemos el ejemplo de nuestros antepasados cuando llegaron de toda Europa, aquí, a tierras desérticas y lucharon unidos con coraje hasta levantar la Colonia de Fuente Palmera. Este pueblo siempre ha destacado por su personalidad y su profesionalidad a lo largo de su historia, por eso se nos conoce en toda España, no se ahoguen ahora que estamos saliendo de la crisis, saquen sus conclusiones y aprovéchenlas, y no se preocupen ustedes por todos los jóvenes que han emigrado y han dejado la Colonia, casi todos regresarán algún día porque no olvidarán sus raíces, se lo digo por experiencia, y cuando regresen volverán llenos de ideas y como grandes profesionales. Antes de acabar y dar por inaugurada La Feria Real de Fuente Palmera 2014 les quiero contar lo que hacíamos mis amigos y yo el último día de la feria, algo que era tradición y que repetíamos todos los años. El último día rebuscábamos las pesetillas que aún nos quedaban, os puedo asegurar que no eran muchas, a veces incluso teníamos que rebuscar por el suelo para poder conseguir nuestro objetivo COMPRANOS NUESTRO POLLO ese pollo que llevaba todo la feria dando vueltas y vueltas, entre todos lo conseguíamos cada año y era una satisfacción increíble, sentados como nuestros padres y pidiendo un pollo para compartir entre 4 o 5, para más no daba el bolsillo, pero no hacía falta, nos lo habíamos pasado todos los días de la feria en grande y al final había caído nuestro pollo. Lo que quiero transmitirles con este simple ejemplo es que no hace falta venir a la feria con un taco de billetes para pasárselo bien. La cuestión es estar bien acompañado, la feria es tuya y como tal no tienes la obligación de gastarte lo que no tienes, pero si tienes el derecho de pasártelo bien y pasárselo bien es gratis, al igual que reírse, divertirse o bailar en esta preciosa plaza. Es tu feria y te toca una vez al año disfrutarla, hazlo ahora, que el año que viene no sabes dónde estarás, coge a tu gente, a tus amigos, a tus padres, a tus hijos y celebra las fiestas de tu pueblo, te lo mereces seguro.

Os deseo de todo corazón que esta feria sea para ustedes tan especial como lo será para mí.

La FERIA REAL DE FUENTE PALMERA 2014 queda inaugurada. Muchas gracias. ¡Os quiero!


Feria Real 2013 (Moisés Rodríguez Díaz)

El Pregón de la Feria Real de Fuente Palmera de 2013 fue protagonizado por Don Moisés Rodríguez Díaz, quién recitó el siguiente texto:

Buenas noches Colonos. Ante todo dar las gracias al Sr Alcalde y al excelentísimo Ayuntamiento de Fuente Palmera por hacer posible que esta noche este aquí, gracias también a vosotros Colonos que estáis aquí esta noche.

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Como no se me dan muy bien los discursos y estaréis deseando que empiece la feria, seré muy breve.

No os podéis imaginar lo feliz y orgulloso que me siento de estar aquí esta noche. Desde que Juan Antonio me pregunto si quería ser el pregonero, me invade una sensación de responsabilidad que a día de hoy aun no me ha abandonado. Y si os soy sincero miro a los ilustres pregoneros de años atrás y la verdad que me siento muy pequeño.

Algunos de vosotros os preguntareis que hago yo aquí esta noche… Yo también me lo pregunto. Aunque a quien deberíamos de preguntárselo es al Sr Alcalde.

Como nuestros Fundadores que dejaron su tierra , yo hace más de 12 años que deje la mía. Madrid, Menjívar en Jaén y más tarde Reino Unido son los sitios que me han acogido durante estos años. Sitios que me han dado cariño y felicidad, pero cuando más miras a tu pueblo desde fuera, más se despierta uno de los sentimientos que es de los más difíciles de llevar: La añoranza, el echar de menos, y no os imagináis, Fuente Palmera, lo que os echo de menos.

Echo de menos tantas cosas de mi Pueblo que se haría muy largo el pregón si tuviera que enumerarlas todas, y como ya os he dicho me gustaría ser breve.

Lo que si os podría decir es que esa añoranza cuando más fuerte es, se convierte en esperanza; esperanza por volver a mi tierra, esperanza por estar cerca de los míos, esperanza porque este país se arregle y esperanza para todas aquellas familias que en estos tiempos lo están pasando mal.

De cínicos seria obviar los momentos tan duros por los que pasa el Mundo, el País y nuestro Pueblo. La crisis, el paro y los recortes a muchísimos derechos fundamentales están agotando nuestras fuerzas y mermando nuestra buena voluntad.

Desde aquí quiero mandar toda mi fuerza a las familias que van remando a contra corriente, a los jóvenes y a nuestros mayores.

El Colono es solidario y no dejara JAMÁS caer al que tiene a su lado, no nos desanimemos es nuestra obligación cumplir nuestros sueños, porque las alas se llevan por dentro y esas alas no se pueden recortar.

Yo vengo de una familia humilde y trabajadora del barrio, de la calle la Fuente más concretamente. Soy hijo de Salvador y de Carmen, hermano de Ana Belén y José Marcos, esposo de Eva María y padre de Lucas y Romeo. A ellos se lo debo todo, porque junto a ellos crecí , aprendí y continuo aprendiendo los valores que a día de hoy siguen orientando mi vida.

Eva, Mama ,Papa, Ana, Marquitos gracias os quiero sois mi oxígeno para existir, aprovecho este momento para decíroslo.

A vosotros y a ellos a esa segunda familia que es la que nos toca escoger: a los amigos, que son tantos y tan buenos los amigos que este pueblo me ha brindado que no pido más fortuna que conservarlos para siempre.

Y mis abuelos, a los que tengo arriba y a la que me queda por aquí: Anita la de José el Pelón. Mi abuela Anita la abuela más graciosa y más bonita del mundo.

Soy vecino del barrio, fui estudiante del Purísima Concepción y más tarde del instituto Colonial, he jugado al baloncesto en las pistas del García Lorca. He jugado al bote, a palma pico zurro y al fútbol en la plaza Real y … a mí también me quitó balones el Segovia que en paz descanse. También he hecho alguna rabona para ir a bañarme a los Arroyones o a la Alamea, también era de los que iba al aparcamiento del instituto o a la huerta de Grabiel a pelar la pava. Y en la feria yo también era de los que podía estar más de dos horas sin moverme de los pies del tablao mirando al grupo Ellos y Ellas, bueno aunque yo creo que las mirábamos más a Ellas que a Ellos( )

De la Feria… ¿qué os puedo decir de la Feria? que son tantos y tan buenos recuerdos, que creo que yo, como todos, guardamos los recuerdos de la feria con un cariño especial. Ya que la mayoría la descubrimos en la infancia o adolescencia, que es la parte más mágica de la vida, cuando nuestras emociones son más fuertes e intensas y además, la feria era la única época del año en que nos dejaban estar en la calle hasta la madrugada; así que teníamos más tiempo para hacer cosas de adolescentes. Ojalá pudiésemos vivir siempre las cosas como las vivimos por primera vez. Llegado este momento también me gustaría recordar a aquellos que ya no están entre nosotros y que tantas ferias y buenos momentos vivimos junto a ellos. ‘Esta noche estáis más cerca porque vuestro recuerdo es más intenso. ‘

Bueno que comience la Feria de Fuente Palmera 2013.

Colonos: ¡muchísimas gracias por vuestro cariño, gracias por hacerme sentir orgulloso de ser colono!

Yo no elegí nacer en Fuente Palmera, simplemente tuve suerte

¡VIVA, VIVA, VIVA!

Feria Real 2012 (Juan José Toledano)

En 2012, Don Juan José Toledano, fue protagonista en el Pregón de la Feria Real de Fuente Palmera. El texto recitado fue el siguiente:

Un escritor contemporáneo, Milan Kundera, dijo que las personas atraviesan el presente con los ojos vendados, intuyendo apenas el verdadero significado de lo que están viviendo, para darse cuenta, mucho después, con la venda ya quitada de los ojos, echando la vista atrás, qué es lo que realmente vivieron y cuál era su sentido.

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Pues cada experiencia que una persona se lleva de los sitios por donde pasó tiene su propio significado y su importancia, que sólo se puede llegar a comprender del todo con la perspectiva del tiempo, y a mí, el haber estado aquí estos años, me ha aportado muchísimo y me ha ayudado a crecer como profesional y como persona. La ciencia nos dice que la explicación de cualquier cosa debe buscarse en su trayectoria anterior, en su historia. De la misma manera, todos los porqués de una persona pueden responderse buscando en su historia personal.

García Lorca comentó también en alguna ocasión, metafóricamente, que las huellas que una persona deja en los caminos por donde pasa a lo largo de su vida no se pueden borrar jamás. En mi caso, la huella que en mí deja Fuente Palmera permanecerá para siempre: su idiosincrasia, su historia tan particular, sus costumbres, sus fiestas, como las que estamos inaugurando, incluso sus singulares apellidos que dan cuenta de su origen: Hens, Rossi, Fálder, Adame, Ostos, Bolancé…

Porque uno no pertenece sólo al lugar donde nace, sino a los lugares donde ha crecido o ha vivido, donde ha visto y donde ha sentido, donde tantas veces ha sonreído, donde ha luchado en ocasiones, también, ante situaciones difíciles y, sobre todo, en mi caso, donde ha visto crecer y hacerse hombres y mujeres a tantos niños de La Colonia.

Hace poco, en la ceremonia de colonos del año, se hizo un reconocimiento a personas que, durante toda una vida, lucharon y pelearon en duras condiciones para aportar algo a la localidad, algunas de ellas personas mayores que, con apenas unas palabras titubeantes de agradecimiento, llenas de sentimiento y de humildad, llegaban hasta el mismo corazón de todos los que allí estábamos. Sin poder evitarlo, en esos instantes no podía dejar de imaginar que, al tiempo, serán nuestros alumnos, vuestros hijos o vuestros nietos, quienes recibirán ese homenaje, quién sabe por qué diversas causas… en cualquier caso, como siempre me gusta recordar, más importante que triunfar o hacer acopio de grandes hazañas, mucho más importante, es llevar una vida honrada y honesta, tolerante con los demás, y solidaria.

Citaré unas palabras de Albert Einstein, a las que no puedo resistirme como profesor: “la labor más importante del ser humano es buscar la moralidad en sus actos. Es de lo que depende nuestro equilibrio interno y nuestra propia existencia. La moralidad en nuestros actos es lo único que puede conferir belleza y dignidad a la vida. Quizá la principal tarea de la educación sea convertir esto en una fuerza vital, e inscribirla claramente en nuestras conciencias”.

Brindemos estos días por la fortuna de estar en donde bien sabe apreciarse el valor de una animada conversación entre amigos, envueltos por las tonadas de las guitarras y el cante, la algarabía de la fiesta y la pasión de las coplas, y en la mano, el espíritu de un buen vino. Bajo estas torres de la Plaza Real donde casi dos siglos y medio nos contemplan, con el aroma de los naranjales que colorean estas vegas, engalanadas de olivares centenarios, regadas por el río Guadalquivir, espina dorsal de Andalucía y savia de esta tierra nuestra.

Me despediré con unos versos de un gran poeta andaluz, Antonio Machado, que dedicó a estos paisajes de la vega del Guadalquivir, donde nos encontramos, estando él no lejos de aquí, un día de abril de hace cien años casi exactos:

Tengo recuerdos de mi infancia, tengo
imágenes de luz y de palmeras,
y en una gloria de oro,
de lueñes campanarios con cigüeñas,
de ciudades con calles sin mujeres.
Bajo un cielo de añil, plazas desiertas
donde crecen naranjos encendidos
con sus frutas redondas y bermejas;
Y en un huerto sombrío, el limonero
de ramas polvorientas
y pálidos limones amarillos,
que el agua clara de la fuente espeja.
Un aroma de nardos y claveles
y un fuerte olor de albahaca y hierbabuena,
imágenes de grises olivares
bajo un tórrido sol que aturde y ciega,
y azules y dispersas serranías
con arreboles de una tarde inmensa …

Gracias a todos. Gracias Fuente Palmera.


Feria Real 2011 (Elio Berhanyer)

Elio Berenguer Úbeda, ​ conocido mundialmente como Elio Berhanyer, fue un creador y diseñador de alta costura español.


Estaba previsto que Elio Berhanyer pregonara el día 17/08/2011.


Feria Real 2010 (Bernabé Galán Díaz)

Don Bernabé Galán Díaz, fue el encargado de dar el Pregón en el año 2010. El texto que recitó fue el siguiente:

Buenas noches, bienvenidos, muchas gracias por estar aquí.

He de decir que seré breve, como la Feria de este año.

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A parte de una sorpresa, es un orgullo estar con todos vosotros, justo después de que en la misma noche de hace cuatro años ya lo hiciera otro colono adoptivo, al que quiero mucho y que por suerte para mí es un referente en mi vida. Me refiero a una persona que es muy querida en esta Colonia.

-Papá, no mires más para los lados, que tienes todas las papeletas de ser tú. Este pregón, te lo dedico.

Bueno, la razón de estar aquí ha sido una sorpresa para mí, que me gustaría compartir con todos y cada uno de los valientes que han apostado y tenido la confianza ciega en un proyecto que presenté y que nació con muy poca pólvora para abordarlo; y que gracias al esfuerzo de todos, poniendo lo mejor de cada uno, ha quedado demostrado que la “Crisis” que vivimos no es un monstruo imbatible para hacer cosas importantes. Con ilusión y con trabajo duro se puede conseguir siempre lo que nos propongamos.

Así que gracias primeramente a Juan Antonio, nuestro alcalde, por el interés mostrado en marzo de 2009, cuando le presenté una propuesta alternativa que suponía un giro radical de 180º en el proyecto que había previsto y que afectaba a unos hipotéticos restos carolinos que aún podrían existir bajo aquel terreno. Al final estaban allí esperándonos y en mejores condiciones de lo previsto. Gracias también a Ralber por dejar contagiarse de la misma ilusión y por el trabajo tan fino que ha hecho en las dos fases de la obra, ya que sin esa actitud hubiera sido imposible tener hoy lo que tenemos. Muchas gracias a todos los amigos que habéis colaborado desinteresadamente cuando os lo he pedido, y sobre todo a los mayores que habéis nacido y jugado de niños alrededor de los restos nuestra fuente histórica, origen y razón de ser de esta Colonia. Muchas gracias Salvador Caraballo, Rafael Díaz “Pacocho”, Antonio “Morcilla”, Salvadora, Josefina … y muchos más, gracias de todo corazón por todas las historias, detalles y anécdotas tan chulas que me habéis contado durante los meses previos a la reconstrucción, porque han sido cruciales para mi trabajo. Y gracias por la emoción mostrada al revivir vuestra infancia, porque yo también me he visto reflejado en vosotros mismos, aunque yo sea de otra generación tan diferente a la vuestra. Sí. Me refería a otra generación, la de los años ’80, que también queda ya lejillos. Porque aquello era cuando los abejarucos aun anidaban en la gravera, cuando en los trigales todavía nacían amapolas, cuando por los arroyos corría un enorme caudal de biodiversidad y cuando el campo olía a eso…a campo. Nunca me importaron las pedradas que recibiera de bandas enemigas o los castigos por llegar tarde a mi casa llenito de barro, nada me importaba más, si a cambio obtenía la recompensa de pasar más tiempo con mis amigos compartiendo un mismo sentimiento de Libertad y de aventura cara a cara con la Naturaleza. Cuando te encuentras de esa manera, te sientes tan vivo que se te acaba convirtiendo en una silenciosa adicción que espero que dure así hasta el final de mi vida.

No soy tan viejo como para pensar que todo tiempo pasado fue mejor, pues ahora hay virguerías alucinantes, pero daría lo que fuese porque mis hijos conocieran tan sólo 1 día completo de aquella manera tan diferente de vivir a como lo hacemos ahora. Además quiero que mis hijos se enteren bien que fui de los niños del mundo que tuvo la buena suerte de estar dentro del 20% que contaban con posibilidades de tener una vida plena. Me refiero a lo más importante, tener una familia y una educación.

Al poco de cumplir los 5 años, me vine de Monturque, un pueblo atalaya, a 7 Km de Cabra, con más de 3.000 años de historia y situado encima de una loma sembrada de viñedos y huertas. Lindos recuerdos me han quedado de allí , a cada momento, el grupo “TRIANA” sonando en el tocadiscos, mis padres muy jóvenes siempre derrochando alegría, muchos abrazos, muchos amigos, muchas barbas y bigotes largos, muchos pantalones acampanados y todo entre el blanco y negro y el color cálido saturado de las fotos de aquella época.

La vida en el campo era muy tranquila y sencilla. Junto a mi hermana pequeña, Cristóbal y mi perra Pastora, pasaba buena parte de mi tiempo jugando con ella o ayudando en el huerto familiar. Hoy sería peculiar ver a un médico viviendo de esta manera, fuera del pueblo, en una vieja casa de campo situada en lo alto de una loma rodeada de huertas y viñedos, pero para mí era el sitio idóneo, pues me permitía estar siempre en contacto con una naturaleza, que hoy por desgracia ya se ha perdido en aquel lugar y que ahora me recuerda perfectamente a la existente en algunos pueblos de la Alpujarra granadina.

Recuerdo el día de la mudanza para Fuente Palmera, aunque muy pequeño, yo estaba impaciente por conocer mi nuevo pueblo del que me hablaba mucho mi padre con entusiasmo, pero justo el día en que salíamos, al señor Tejero le dio por dar un golpecito de Estado, y mis padres prudentes cambiaron de rumbo inmediatamente, dejándome junto a mi hermana en casa de mis abuelos de Adamuz. Así que no pude pisar esta Colonia, hasta que se aclaró la tensa situación que vivía nuestro País en aquel momento.

Bueno, por fin llegué a Fuente Palmera, un pueblo más grande y con olivos centenarios por todas partes y me empecé a hacer amigos de manera fulminante. Tan rápido que el primer día ya estaba jugando con Emilio “El Nicotina” en su casa de la calle Portales y al día siguiente al incorporarme a primero de párvulos, conocí al resto de los que hoy son mis amigos de la infancia, todos son dragones en el calendario chino, y todos hijos de la Transición como yo. Moyanos, Peñas, Riveros, Queros o Pistones… eran buena parte de esos dragones, y me estoy reservando el hueco para el último dragoncito, hermano de sangre, nieto de yegüeros, hijo de Lola y Manuel unos colonos de Ochavillo y Herrería que tuvieron que emigrar a Alemania en los años’70 en busca de un futuro mejor.

Fran … qué bueno tio!! Que estés ya aquí en tu tierra, Andalucía, para decirte todo esto a la cara. Y dio igual que llegaras tres años más tarde y que no tuvieras ni idea de castellano, porque tan sólo te bastaron 4 años de tu niñez en este pueblo, para irte de nuevo con un acento andaluz perfecto y siendo un colono de primera categoría con dos cojones, y que encima te dejases el corazón en esta tierra, en cada final de verano, para emigrar a las frías tierras del RHIN, pero con toda la esperanza puesta en regresar a recogerlo al año siguiente. Muchas Gracias Fran por haberte conocido y porque sé que los dos sentimos lo mismo.

Hoy agradezco a nuestra Madre Naturaleza que aparte de que parase la lluvia, se produzca un “equilibrio invisible”, con este gesto sorpresa que han tenido los representantes de esta Colonia conmigo. Qué tontería, pero basta con el “calor” de 1.000 almas aquí presentes durante este momento tan emotivo ; para igualarlo al de 1 alma durante 1.000 momentos de lucha por recuperar nuestra Historia, como he tenido la suerte de hacer durante los últimos año y ocho meses de mi vida.

Recientemente habla mucho conmigo una pequeña sabia capaz de enamorarme de cada una de sus reflexiones. Se empeña en que funcionamos bajo un “Toma y Daca” implícito a la condición humana del que no somos conscientes... “La Teoría de Los Espejos” me dice.., donde cada uno da lo que recibe y luego recibe lo que da, aunque esto tened cuidadito cómo lo explicáis por ahí, que más de uno se puede confundir. Amigo Jorge Drexler, que razón tienes cantando esos versos, dices que nada se destruye, sino que “Todo se transforma”. Pues algo así es lo que siento yo, cuando tengo la oportunidad de hacer algo práctico o necesario para los demás. Estas tierras en las que vivimos y su gente me ofrecieron la mejor de las infancias y los mejores amigos que uno se pueda esperar en la vida y con eso es más que suficiente; por eso insisto que no me importa sacrificar el tiempo y el esfuerzo que haga falta, como una muestra de cariño eterno.

Ya para ir concretando, quiero compartir con vosotros una experiencia positiva que puede servir para cambiar la imagen que muchos puedan tener de la situación actual en que vivimos. Y es que cada vez que me escapo por ahí a investigar y conocer otros países desarrollados como también los que están en vías de desarrollo, es curioso la cantidad de españoles unidos que siendo aquí de diferentes ideologías y comunidades autónomas (vascos, catalanes, madrileños, andaluces…), están allí trabajando juntos en la misma dirección y con la cabeza puesta en luchar por un mundo mejor y no perdiendo el tiempo como se hace aquí en su propio país con cosas que no lo merecen. Tenemos aún muy reciente el orgullo de ser campeones del mundo con la Selección Española de Futbol, “La Roja”, que ha conseguido su primer trofeo de la mejor manera, dando claro ejemplo al resto del mundo, de unidad, de trabajo en equipo, de juego limpio. Pues igualmente me siento orgulloso de que existan otros españoles anónimos, que trabajando duro a miles de kilómetros de su país y no perdiendo el tiempo, ni malgastando el dinero en gilipolleces, estén dándole una auténtica lección de “sentido común” a todos los políticos ciegos y sordos que por desgracia abundan en este país. Por eso he dejado ya de preocuparme de este extraño momento de nuestra historia, donde por desgracia el sentido común es el menos común de los sentidos (como se suele decir).

Somos un pueblo capaz de lo mejor y también de lo peor. Cometimos muchas torpezas y barbaridades en el pasado, que me imagino que habrán servido de algo. Recientemente Nuestros abuelos aprendieron la lección, de que una guerra entre hermanos es la peor experiencia que se pueda vivir. Nuestros padres, aprendieron a moverse dentro de un polvorín y a encender la mecha de la Democracia sin tener nada de que lamentarse… y nosotros ahora que lo teníamos todo resuelto, todo más fácil, y sin embargo hemos perdido el Norte y a día de hoy después de más de 30 años de experiencia viviendo en Libertad, seguimos teniendo todos los complejos que tienen las “jóvenes Democracias”, donde se pierde mucho tiempo debatiendo, legislando y creando artificios que llegan a rozar “lo ridículo” y que así no llegamos a ninguna parte. Si ya lo sabéis, os lo vuelvo a repetir, una solución objetiva a nuestra CRISIS no es otra que RE-APRENDER a ser felices con menos cosas, y si no el que pueda que haga memoria de hace 25 años en la España de los ’80. La gente era mucho más pobre que ahora, pero las depresiones o el estrés no eran tan populares como lo son hoy día y sólo las conocíamos coloquialmente por las películas americanas de la tele.

Hemos heredado un país que posiblemente sea el mejor crisol de culturas que haya podido existir sobre la faz de la Tierra y concretamente la nuestra, Al-Andalus que es ya para quitarse el sombrero. Os recuerdo que nuestros antepasados hicieron un viaje muy largo desde Centroeuropa y cuando llegaron a este lugar hace 242 años buscando la “Tierra Prometida”, se toparon con el árido “Desierto de La Parrilla”. Eso sí que era una CRISIS con mayúsculas y sin embargo encontraron la manera de instalarse con toda la fatiga del mundo, en una antigua fuente medieval, situada en un oasis lleno de vida a las faldas de la Cañada Real de Sevilla, al que ellos mismos bautizaron como “la fuente palmera”. Allí crearían a un nuevo conjunto hidráulico reformado, que fue el origen del foco primitivo y la razón de ser de nuestra Colonia de hoy día.

Después de todas estas meditaciones, y queriendo cumplir mi promesa de brevedad, os animo a todos a dejar atrás y olvidar los momentos desagradables y situaciones negativas y pensar en el futuro con optimismo y nada mejor que comenzar ahora mismo, … en este momento …y en esta Feria.

Os animo y os invito a todos a seguir trabajando por hacer día a día una Colonia Mejor.

¡¡ JUNTOS PODEMOS !! ¡¡ JUNTOS PODEMOS !! ¡Os quiero! ¡Un abrazo a todos! La FERIA REAL 2010 queda inaugurada ¡y hay que disfrutarla! ¡Hasta siempre amigos!

Feria Real 2009 (José Chamizo de la Rubia)

El 18 de Agosto de 2009, Don José Chamizo de la Rubia, Defensor del Pueblo Andaluz. Recitó el siguiente texto al pueblo:

Señor Alcalde, ciudadanas y ciudadanos de Fuente Palmera amigos y amigas, ¡Buenas noches!

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Quisiera, antes que nada, agradecer la posibilidad que se me ofrece de dirigirme a todos los vecinos y vecinas para pregonar la Feria Real de la Colonia de Fuente Palmera de este verano de 2009.

Cuando meditaba las palabras que iba a ofreceros esta noche caí en la cuenta de que un pregón, ante todo, es el esfuerzo por anunciar algún acontecimiento. Un pregón es el intento de proclamar alguna verdad; quien pregona pretende mostrar una realidad inmediata. En esta ocasión, he de anunciaros unos días de fiesta en los que, sin duda, miraremos al futuro con más esperanza.

Ciudadanos y ciudadanas de esta hermosa vega del Guadalquivir; ciudadanos de todos los núcleos de población que constituyen este municipio: la Ventilla; Ochavillo del Río; Peñalosa; Villalón; La Herrería; Cañada del Rabadán; Fuente Carreteros; El Villar y Los Silillos, donde estuve recientemente. Todos somos ciudadanos del mundo; ése es nuestro nombre que se engrandecerá más en la medida en que seamos consecuentes con su significado profundo: hombres y mujeres con derechos y deberes, que los ejercen participando.

La realidad de la vida cotidiana no nos gusta porque a veces está cargada de demasiadas injusticias, hay que transformarla. Pero esto no es posible sin la participación constructiva y crítica de los hombres y mujeres de este pueblo. Aquí también se espera vuestra respuesta.

Y estoy aquí, precisamente, para pregonar vuestras fiestas que son un ejemplo de participación. Ejemplo que también dais en otros aspectos que hacen referencia a la convivencia de vuestros pueblos.

Habitualmente se dice, se escribe, que la actual Colonia se fundó en 1767 bajo el reinado de Carlos III. Es verdad. Pero no es menos cierto que el origen de Fuente Palmera y de sus núcleos de población es mucho más antiguo. Baste con citar los hallazgos prehistóricos en La Ventilla o los vasos campaniformes de la finca “El Bramadero”. Los pueblos que tiene historia, dicen los entendidos, que dan a las fiestas un sentido ancestral de goce y alegría que une a toda la población.

La fiesta siempre es una forma de afirmar la vida aun en sus contradicciones más profundas. La alegría, la risa, el cante surgen como forma de llamar la atención al futuro con los nudillos de la esperanza más abierta y sincera. Bailar trae ese sentido de la liberación para nuestro cuerpo y nuestra mente, por eso estos días que vais a celebrar tienen que ser "días grandes". No puede haber lugar para la tristeza ni para el agobio: mañana Dios dirá. Un viejo sabio comentó: “Una vida sin fiestas es como un largo camino sin posadas”.

El andaluz, hombre y mujer, sabe lo que pasa a su alrededor pero no decae, lucha sin dejar que la nostalgia sea su propietaria. Cualquier gesto del cante o del baile de nuestra gente tiene la firme intención de detener el tiempo oscuro y abrazar ese mañana prometedor que sin duda ha de llegar.

En estos días de feria, junto a la diversión trepidante, hay momentos en que alguien o algo nos devuelve a la nostalgia: amigos, situaciones inesperadas, o simplemente los recuerdos que se agolpan en el corazón. El niño que llevamos dentro pide paso en su afán de conquistar el espacio perdido.

El pasado vuelve en imágenes, olores y sabores. Recordamos, en ese momento, por ejemplo, la calle donde nacimos. En ella nunca hubo fuentes ni bancos para descansar, pero sí un lugar amplio donde reconocernos y jugar. Las calles de nuestros pueblos siempre tuvieron el campo como prolongación, como lugar donde sentir que éramos, que somos, naturaleza abierta, salvaje y decidida.

Antes no había parques infantiles, el juego éramos nosotros mismos empeñados en crecer. No había, hace años, demasiadas cosas, pero había personas ejemplares que marcharon para no regresar y nos dejaron en el corazón una especie de herida, tal vez la primera, que tarda más tiempo en cicatrizar.

Hoy, a pesar de la fiesta, del color, la luz, y la alegría, es bueno pensar en ellos; decirles que en el fondo seguimos siendo los mismos niños que conocieron, decirles que no hemos perdido la ilusión por conseguir un mundo nuevo.

La tierra en la que vivimos es nuestro primer compromiso:
"Uno es de donde vio la luz primera.
Luz cegadora que en su desazón
impregna paisajes, perfumes y silencios.
Uno es hijo de este instante en que las manos
curtidas cedieron su lugar a la ternura.
Uno, a veces, no es nadie
y la soledad se instala como su única poseedora.
Menos mal que existe la memoria
como rescate enérgico del tiempo pasado.
Uno es de este lugar, de este pueblo, de esta gente,
a pesar de aspirar a un mundo sin fronteras.
Uno es de la pequeña historia cotidiana,
de las calles sin asfalto, sin farolas.
Es hijo del recuerdo hiriente, del dolor,
de la confusión humana.
Uno, de vez en cuando, no es nada.
Tan sólo un proyecto de libertad,
un lamento, una renuncia, una idea."

En este lugar, donde la Naturaleza aún está presente, sentimos cómo todos los seres creados, deben oír la historia que cada uno en su proceso milenario va narrando. Así, la montaña escucha la voz del viento, los árboles se dejan atrapar por el sonido de los animales, éstos siguen el ritmo de la atmósfera y el ser humano, cargado de latidos, va haciendo su camino... La ecología de la mente intenta despertar en las personas su capacidad de escucha. Así se comprende que eliminar una especie significa condenar para siempre al silencio un mensaje que viene del cosmos entero y del mismo Dios.

Vivimos en Andalucía. Somos andaluces.

El andaluz es pura sensibilidad que subsiste en los aromas de los jardines, en los repliegues de la sensualidad, en el natural humanismo y en la humanización de la naturaleza. Lo ha dicho Caballero Bonald. Los sentidos del andaluz de hace cientos de años se habituaron a las mismas percepciones que hoy sigue encontrando en su entorno. Es el ámbito del limonero y la albahaca, del jazmín y de la dama de noche, de todos los sentidos que despierta esta campiña que nos rodea.

Andalucía hace de la fiesta una tregua exultante en los afanes de cada día y que incluso puede vivir buena parte del año preparando esa tregua. El andaluz parece reservar todos los excedentes de su pasión para las fiestas y todas las constantes de su filosofía natural para la vida cotidiana.

Hemos de reconocer que somos diferentes porque nuestra herencia cultural es "otra" y nos hace entender de otra manera la vida. La identidad del pueblo andaluz es el resultado de un proceso milenario que ya nada ni nadie puede destruir.

Pero la principal riqueza de Andalucía son sus gentes que desde su realidad y sus problemas -que los tenemos- sabe ofrecerse al goce y al deleite de sus fiestas. Unos momentos en el año que sirven, como cualquier acontecimiento cíclico, para poner una referencia en el tiempo, pensar en el pasado y atisbar el futuro con serenidad y con esperanza.

Las modas van y vienen con la rapidez de lo caprichoso. En ese contexto se vuelve más importante el hecho de que en Andalucía cada pueblo, cada barrio, conserve sus fiestas cuyos orígenes se pierden en la noche de los tiempos. Estas fiestas anuales son síntoma de confianza y del saber hacer del pueblo andaluz y, por supuesto, de las gentes de esta bonita tierra.

La fiesta es comunicación, y no sólo ruido. Es intimidad también. Es vengarse de la soledad impuesta. Es generosidad, sin trabas, para sonreír, para gustar, para entablar una larga conversación que nunca debió ser interrumpida. La fiesta es una sorprendente forma de participar colectivamente en la vida común, en la de todos.

Es manifestación de un arte vivo y participativo. Arte efímero, que tiene como protagonistas a muchas personas que derrochan creatividad e imaginación. Una conjunción de elementos cuyo resultado no es otro que el reforzar la identificación de los pueblos entre sí a través de la sensibilidad y ofrecida con generosidad a huéspedes y visitantes.

Fuente Palmera encierra en su Feria Real los ritos de siempre. Pone en júbilo los corazones de tantas personas que quieren una convivencia pacífica y serena.

Queridos vecinos y vecinas: disfrutemos pues de los momentos mágicos del día y de la noche que la fiesta nos propone; porque no hay fiesta más hermosa que la que sabe compartir su alegría con los demás.

Viva Fuente Palmera, viva sus gentes, Viva la fiesta y viva la esperanza.


Feria Real 2008 (Fco. Javier Castillo Cano-Cortés)

En 2008, fue protagonista del Pregón de Feria Don Francisco Javier Castillo Cano-Cortés. Recitó el texto siguiente:

Queridos Colonos, Apreciado Alcalde y Corporación:

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Como creo que en la brevedad está la virtud del talento, intentaré ser todo lo conciso posible, sin dejar de transmitiros mi sentimiento sincero y profundo por este pueblo.

Hace ya seis años que abandoné La Colonia, como trabajador y como Colono, igual que, desgraciadamente, tantos otros, lo tuvieron que hacer antes. Pero nunca dejé de sentirme Colono; adoptivo, sí, pero tan Colono como el que más. Permitid que me sienta así, aunque sea por los 11 años de vida, trabajo y convivencia entre vosotros.

Fueron, con diferencia, junto con mi etapa universitaria, los mejores 11 años de mi vida. Estando aquí, tuve a dos de mis tres hijos, e hice acopio de grandes y verdaderos amigos, también quizás, de algunos detractores, nunca enemigos. En cualquier caso, seguro, fueron los menos.

Pero sobre todo, en La Colonia, aprendí. Aprendí con escasos 26 años a conocer a un pueblo, sus costumbres, su idiosincrasia, que es mucha y muy particular.

Dediqué los mejores años de mi vida personal y profesional, (de los 26 a los 37 años ya me contareis, si no lo son), a un proyecto de pueblo, de ilusiones, de trabajo, de lucha, de esperanzas, de sacrificios y esfuerzos…, todos ellos compartidos.

Un pueblo que quería crecer, desarrollarse, mejorar, proporcionar a sus jóvenes un futuro en el pueblo, y para el pueblo, propiciando las mejores condiciones económicas, laborales, sociales y culturales.

Mi esfuerzo y mi pequeña aportación a este proyecto de pueblo, no hubiera sido útil sin la estrecha colaboración de Los Colonos, de sus empresarios, de sus jóvenes, de sus hombres y mujeres que me alentaban, me ayudaban, y también me exigían.

Pero sobre todo participaban, con verdadero entusiasmo, en cada uno de los proyectos, colectivos o individuales, que unos y otros proponíamos. Os implicabais personalmente en que aquello que queríamos para el pueblo, se consiguiera; o al menos que por falta de ilusión, esfuerzo y compromiso, no quedara en el camino, como ocurre con tantas otras iniciativas, en tantos otros pueblos de Andalucía y España.

En una primera época de mi vida y trabajo en La Colonia, los representantes políticos de entonces, también se lo creían, y haciendo justicia, también arrimaron su hombro, y apostaron por el desarrollo que todos los colonos y colonas querían, y ellos mismos se exigían. Luego, sencillamente, abdicaron y emplearon sus esfuerzos en otros menesteres. Pero lo entiendo, la política es así y cansa, y excedido el tiempo de ilusiones, se acaba por acomodarse y renunciar.

Cuando vuestro Alcalde me propuso ser vuestro pregonero este año, en la Feria Real de la Colonia de Fuente Palmera, volvieron a mí tantas horas y días de trabajo, y convivencia entre vosotros, que en un primer momento no sabía que decir, me parecía una broma….de demasiado buen gusto.

Juan Antonio, nuestro Alcalde, que también luchó como uno más, en su puesto técnico de entonces, y en muchas ocasiones codo con codo con migo, y ahora nuestro responsable máximo de La Colonia, me pedía estar, una vez más, con mi pueblo adoptivo, nada menos que siendo vuestro pregonero, en esta Feria Real 2008.

Cuando a un Extremeño, afincado en Córdoba, hijo adoptivo de La Colonia, le proponen semejante reto, os aseguro, que al igual que se le movía algo en sus entrañas, me proporcionaba el reconocimiento expreso de mi vida en La Colonia, y que aunque siempre lo tuve por la mayoría de vosotros, como bien sabéis, también tuve una salida dura de esta etapa de mi vida.

Esta noche, cuando me acercaba al pueblo, y entraba una vez más, por esas calles de composición en cuadrícula, sencillas y rectilíneas, cargadas de historias y vida, esta Plaza Real, su Iglesia, el Ayuntamiento, el Pósito, vestigios vivos, tan de la época de constitución de la colonización de Carlos III. Despacio, muy despacio, pero nervioso a la vez, intentando armonizar mis sentimientos, respiré un aire más puro, más fresco, más libre, que el que respiré el día de mi marcha.

Pero no es ese el sentimiento que me invade, y muchos de vosotros lo sabéis. Al final, y pese a quien pese, sois un pueblo libre, soberano, inteligente y trabajador, y sobre todo, emprendedor como pocos.

No podemos olvidar nunca nuestros orígenes, estos nos afianzan en lo que hoy somos. Pero tampoco podemos renunciar a nuestras esperanzas, estas conforman el futuro.

Yo, como otros muchos colonos adoptivos de este pueblo, incluso pregoneros también otros años, de los que conseguisteis que amaramos y sintiéramos esta tierra, tanto como los que nacisteis aquí, llegué a este pueblo por casualidad…, bendito azar.

Sí-si, llegué por casualidad, pero salí como colono altivo, como tantos otros trabajadores paridos aquí, que las circunstancias de la vida le obligan a marchar, a migrar, pero nunca olvidan el terruño que los vio nacer, a unos como niños, a mí como hombre.

Llegué como joven, muy joven economista, con algunos años de experiencia en la empresa privada, baqueteado en el mundo de la economía y el mercado, pero imberbe en la vida.

Aquí maduré, crecí, aprendí y sentí, el empuje de un pueblo entero, un pueblo distinto, con una historia apasionante, joven pero intensa, comparada con la mayoría de los pueblos de España.

Aquí fui creciendo como se crece en la vida, con sufrimiento y trabajo, con caídas y vueltas a empezar, pero también conun espíritu firme de concordia, de complicidad, de ilusiones y de proyectos. Los que entre todos pusimos en marcha, y que siempre nacieron de vuestro emprendimiento, de vuestras ganas por avanzar, por desarrollaros, por vivir una vida mejor, para nosotros y para nuestros hijos.

Fue tremendamente reconfortante ver como, después del espectacular desarrollo que trajo el regadío a la Colonia, cuando los cultivos sociales iban desapareciendo, y empezaba a merodear la sombra del desempleo, acrecentada por la crisis del 92, con la finalización de la Expo de Sevilla, y la terminación de las grandes obras públicas que conllevó; Fuente Palmera, una vez más, supo hacer las cosas de otra manera, tareas distintas para situaciones distintas. Afrontando la situación mejor que nadie.

Ante esta situación compleja, y la desaceleración general de la economía, que abocó en una crisis económica, este pueblo, y sus gentes, supieron, con habilidad, con riesgo y como no, con sudor y trabajo, acometer nuevos proyectos empresariales y sociales, que hicieron, paradójicamente, que los datos macroeconómicos negativos del momento, en el caso de Fuente Palmera, fueran alcanzando cuotas y diferenciales con el resto de pueblos de la Comarca y de Andalucía, que indicaban, una tendencia contraria al del retroceso de la mayoría.

Nosotros supimos aprovechar y convertir, como históricamente lo hicimos, las desventajas en oportunidades, las debilidades en fortalezas.

Y así, crecieron y se desarrollaron tantos jóvenes y no tan jóvenes, emprendedores y empresarios, hombres y mujeres debien, dentro de la Escuela de Empresas, la Escuela Taller, Los Programas de Desarrollo Rural, la Mancomunidad de Municipios, la Finca Experimental de los Arroyones, las primeras Ferias de Muestras de la Industria, la Agricultura y la Ganadería (FINAGA, tan espectaculares para un pueblo como el nuestro), las Experiencias Mixtas de Formación y Empleo, las continuas Jornadas de Formación y Desarrollo Empresarial con todos los colectivos poblacionales, sociales y económicos, la Universidad, el creciente empuje y consolidación de la Asociación de Empresarios…, y tantas y tantas otras actuaciones, que sería difícil de enumerar por su cantidad.

Supimos mimar vuestros proyectos, estudiándolos hasta el más mínimo detalle, cuidándolos hasta el extremo, con el único objetivo de que se convirtieran en realidad, para que no solo hubiera proyectos a futuro, ideas en nosotros al fin y al cabo, si no que acabaran poniéndose en valor. Nuestro único objetivo era ponerlos en marcha, en beneficio de sus promotores y de nuestra Colonia.

Lo teníamos claro, ante la difícil situación que vivíamos, no se nos podía caer ningún proyecto, al menos al principio, teníamos que provocar un efecto dominó, un desarrollo que fuera irreversible, demostrar a nuestros jóvenes, a nuestros emprendedores y empresarios, que se podían hacer mas cosas y distintas, a las que veníamos haciendo, que esta era la única forma de continuar haciendo pueblo, para acometer el futuro siendo más fuertes y con mayores garantías.

Y así lo hicimos, así nos resultó, hemos sido ejemplo y envidia para muchos, históricamente habéis sabido demostrar vuestra valía como hombres y mujeres, en todos los ámbitos de la vida.

Ahora, en el momento actual, todos somos conscientes que vivimos un tiempo, otro más, de convulsión, de cambios radicales. Es cierto que la vida ahora nos hace sentirnos permanentemente al borde del precipicio, y parece que siempre fuéramos por detrás, como si la vida nos arrollara sin remedio, y nada pudiéramos hacer. Los tiempos han cambiado, y eso no es malo, cada época tiene sus componendas, no todo tiempo pasado fue mejor…., ni peor, cada tiempo es distinto, eso es la vida. Pero los que somos Colonos, si tenemos algo claro…, es que somos capaces, imaginativos, emprendedores…. Nuestra sangre es roja también, pero nuestro espíritu es distinto…, somos conquistadores por naturaleza, nos gustan los retos, y sabemos aprovechar, como nadie, las dificultades para crecer. Esto es, lo que una vez más, tenemos que demostrar, y lo haremos.

Estas Fiestas nos tienen que servir como todos los años, para convivir, olvidar las diferencias y divertirnos. Y en este año 2008, especialmente, para que cuando volvamos a nuestro día a día, con el empuje y el tesón que nos caracteriza, hagamos de nuestra Colonia, de nuevo ante las dificultades, un pueblo más grande y más libre. Un pueblo orgulloso de lo que fue, de lo que es, y, os lo aseguro, de lo que seguirá siendo.

Nada más me queda que agradeceros, una vez más, vuestra atención, y vuestro cariño.

Antes y ahora, siempre sois verdaderos, auténticos en todo, y por eso y para eso, también está nuestra Feria Real de la Colonia de Fuente Palmera. Para exprimirlas y disfrutarlas como solo nosotros sabemos.

Viva nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro.

Vivan los colonos

Viva la Colonia de Fuente Palmera.

BUENAS NOCHES Y FELICES FIESTAS


Feria Real 2007 (D. Antonio Rojas Muñoz)

Pronunciado el día 17 de Agosto de 2007 por D. Antonio Rojas Muñoz, maestro y director durante muchos años del Colegio Federico García Lorca.

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  • En su pregón disertó sobre su particular historia en La Colonia de Fuente Palmera, desde su llegada a principios de los años 70, pudiéndose entrever en sus palabras el desarrollo que a todos los niveles se ha producido en el Municipio.


  • D. Bernabé Galán Sánchez, pregonero del año anterior, presentó a D. Antonio con el siguiente discurso:

PRESENTACIÓN DEL PREGONERO DE LA FERIA REAL DE LA COLONIA DE FUENTE PALMERA, AÑO 2007, D. ANTONIO ROJAS MUÑOZ, a cargo del Pregonero del año anterior, D. Bernabé Galán Sánchez.


Buenas noches. Bienvenidos. Gracias por estar aquí. Con vuestra presencia, esta plaza se engalana aún más y se respira un aire de mayor compromiso, libertad, solidaridad, apoyo y ganas de que comiencen las fiestas.


Ayer, lamentablemente, la Plaza de la Colonia se llenaba de personas para despedir a un joven colono que seguro estaba deseando que llegara este día. Con el dolor de su pérdida y renovando nuestro compromiso y nuestro apoyo y solidaridad a su familia, iniciamos estas tradicionales fiestas.

También va siendo tradición en los últimos años, el hecho de que la presentación del Pregonero de la Feria Real de la Colonia corra a cargo de la persona que glosó el Pregón el año anterior.

Si para mí fue un enorme honor dar el Pregón del año 2006, no lo es menos el ser el presentador del pregonero de las fiestas que hoy comienzan. No solo por la amistad que nos une, que me facilita el camino en los elogios que podría hacer de él, sino porque se trata de alguien que calladamente ha trabajado por esta Colonia y ha colaborado en su desarrollo. Y estas dos características, que son las que más se deben valorar a la hora de calificar la trayectoria de una persona, como son la humildad y la fuerza de voluntad, las tiene el protagonista de esta noche.

Más de dos terceras partes de la vida de Don Antonio Rojas Muñoz han transcurrido en Fuente Palmera. Aunque nació y creció en Montoro, llegó a nuestra Colonia, hace 35 años. Aquí formó su familia: se casó y nacieron y crecieron sus hijos Antonio y Eva.

Cuando llegué a Fuente Palmera, unos años después, no tardamos en conocernos y en entablar una amistad que perdura en el tiempo. Nuestros hijos crecieron juntos, nuestras esposas se llevan tan bien que hasta se llaman igual, Matildes. Por lo tanto, elogiar su figura por mi parte puede tender a ser un poco subjetiva. Por ello, voy a intentar no caer en esa falta, con la ayuda de algunas citas de Pablo Iglesias y de Gregorio Marañón.

De los 35 años que ha estado entre nosotros, Antonio Rojas, ha desempeñado su misión 8 años en el Colegio Público Purísima Concepción, y los últimos 27 trabajó en el Colegio Público Federico García Lorca, despidiéndose como Director del mismo, cargo que ha ocupado durante 11 años ininterrumpidos.

Como persona comprometida con la sociedad trabajó también como Concejal durante una legislatura en nuestro Ayuntamiento. Desde que lo conozco he apreciado en él la fidelidad a una misma conducta. Pienso que quien defiende una idea, puede equivocarse o estar equivocado. Pero quien es fiel a una conducta, a través de las ideas, podrá ser alabado o perseguido, pero no se equivocará jamás. Pienso que todas las ideas políticas son buenas, pero han de tener dos condiciones: una es que han de ser profesadas con desinterés y la otra es que nunca deben servir como pretexto para quitar ni un ápice de libertad a nadie.

Don Antonio, como maestro de verdad, ofrece a sus alumnos la lección de saber andar con responsabilidad por la vida. Esa vida que debemos a nuestros padres, y que es fruto de unos minutos de frugal pasión. Sin embargo el maestro, que no nos ha dado la vida, lo que nos da es una entrega consciente, desinteresada, con una generosidad que no se puede medir. Los padres, en nuestro infinito amor a nuestros hijos, lo que siempre pedimos o exigimos que al menos, alguna vez, una parte de nuestra ternura, nos sea devuelta con la misma moneda de amor. El maestro, sin embargo, no pide nada a cambio de todo lo que da. Todo lo que ha aprendido en las largas noches de esfuerzo, todo lo da en un instante, a quien se lo pida, sin preguntar quien es, sin conocerle, sin pedirle nada a cambio.

Hay tres categorías de maestros. Unos, los peores, que no enseñan nada; otros, medianos, que enseñan lo que saben; y por último los que enseñan, no las cosas que saben, sino los modos de aprender las cosas necesarias para desenvolverse en la vida; y estos, sin duda son los mejores.

Para ser un buen maestro, no es necesario enseñar muchas cosas. El gran maestro, quizá, enseña pocas cosas o las enseña envueltas de una prudencia tal que no quedan adheridas a la mente del discípulo, sino que, después de posarse en él como el suave contacto de una pluma, parecen otra vez volar. Este maestro, el verdadero, no aspira a que nadie piense como él. Lo que quisiera es que por medio de su enseñanza, su pensamiento se transformase en otro pensamiento al pasar por la mente de su discípulo. Su mayor cuidado es conservar la personalidad de los que le siguen o, cuando no existe esta, crearla. Y la personalidad no se concibe sin originalidad, aun cuando pueda y deba nutrirse de la experiencia de los que le precedieron.

Este modelo de Maestro, del que es representante Antonio Rojas, ha proliferado en nuestra Colonia. Tenemos que estar orgullosos de ellos. Vienen a mi mente numerosos profesores que se han dejado y se siguen dejando la piel en las aulas de nuestros colegios trabajando para proporcionar herramientas a nuestros jóvenes para que con ellas puedan afrontar dignamente su futuro. Es tan larga la lista que no me perdonaría el olvidar algún nombre. Por ello solicito de cada uno de los presentes que evoquéis una o varias figuras del profesorado que estemos añorando y que entre todos hagamos de este ejercicio de recuerdo un homenaje a estos profesionales que inunde la celebración de esta noche.

Don Antonio Rojas, este próximo curso no estará en nuestras aulas. Se va a Córdoba, pero no nos abandona. Su obra queda entre nosotros. Seguiremos recogiendo los frutos que nos traerán nuestros hijos y nuestros nietos.

Quiero terminar enlazando unas palabras de Pablo Iglesias que complementan una cita de Gregorio Marañón ya manifestada esta noche: “Sois socialistas no para amar en silencio vuestras ideas ni para recrearos con su grandeza y con el espíritu de justicia que las anima, sino para llevarlas a todas partes”.

Antonio, sigue así donde quiera que vayas. Sigue predicando con tu ejemplo la fidelidad a la conducta. Muchas gracias por permitirnos ser tus amigos. Muchas gracias por tu enseñanza.

Gracias.

  • Palabras de Antonio Rojas tras recibir su premio de Colono del Año 2004

¡Buenos días! ¡Querido Alcalde!, ¡Estimados Concejales! ¡Amigas y amigos! ¡Bueno!

¡La verdad es que estoy nervioso! Ahora comprendo a mis compañeros y compañeras, a los que he hecho pasar por el trance en que me veo ahora, al entregarles la Insignia de Plata que les concede el Consejo Escolar del Federico García Lorca como reconocimiento a su labor y entrega a lo largo de los años en que han pertenecido a nuestra Comunidad Educativa.

La verdad es que la situación en la que me encuentro ahora mismo es la de una “Crónica de una muerte anunciada”, como denominó García Márquez a uno de sus más breves pero realistas relatos.

Al sentarme a meditar qué os podía yo decir hoy paraque entendieseis del atrevimiento que habéis tenido con elegirme como “COLONO DEL AÑO”, cuando, a lo sumo, durante el tiempo que llevo dedicado a Nuestra Colonia y especialmente al C.P. Federico García Lorca, ha sido cumpliendo con mi obligación con eficacia y profesionalidad. Y como diría mi padre “eso es cumplir con tu trabajo” y para eso ya te pagan y duermes tranquilo todas las noches. He de deciros que es de bien nacidos ser agradecidos, y yo obviamente esto y otras muchas cosas he de agradecérselas a La Colonia y sus gentes a las que quiero y admiro y a las cuales representáis vosotros. Os voy a contar un secreto a medias. La Colonia ha sido y es uno de mis grandes amores. Bueno tan poco son tantos los otros son mi familia y mi trabajo.

He creído que lo más conveniente, por honestidad conmigo mismo, es aportar lo que yo he recibido de La Colonia hasta hoy, y que estoy seguro que ha sido mucho más que lo que yo humildemente haya podido daros. La conocí por conveniencia, pues me vine, con la mili recién acabada, octubre de 1973, para estar seis años, con tal de no ir, por aquel entonces para el Norte.

Lo primero que me enamoró de ella fue que no había casinos, ni de señores ni de obreros. Eso sí, había un magnífico “Bar Plata” donde daba gusto jugar al dominó, en aquellas mesas de mármol blanco, en las que las fichas corrían libres, dando la suerte y el triunfo a los compañeros que mejor sabían entenderlas.

Me gustó aquella “Fonda” donde los lunes desayunábamos mi amigo y compadre Pepe Polainas y yo, después de llegar de Posadas en el tren, que nos traía cada semana. Y, donde los sábados que me quedaba, ya casado, nos juntábamos Antonio Aragón, Eloy, Manolo Aguilar, Antonio Mohigéfer, Juan Ramón, Antonio Rodríguez y yo en la habitación que había detrás de la barra y entre porra y porra degustábamos las exquisitas tapas que nos preparaba la señora de la casa.

Me gustó que no hubiese ni palacios ni escudos nobiliarios.

Me gustó su plaza, casi cuadrada, ennoblecida por sus edificios singulares del Ayuntamiento, la Iglesia y el Pósito y en la que su olor a azahar y primavera a la caída de la tarde nos llevaba a disfrutar de la amistad y de la palabra en sus rígidos pero humanizados asientos. Me gustó su feria llena de alegría, de inocencia, de fantasía haciéndonos pasar noches inolvidables que culminaban al amanecer para volver a la noche siguiente a sentir las mismas sensaciones de felicidad que la anterior.

Y de sus gentes me gustó su sencillez, su pluralidad y libertad ideológica a lo largo de todo el proceso democrático. Pero quisiera significar dentro de sus gentes algunas que ahora que estoy en la tranquilidad de la madrugada, cuando estoy redactando estas líneas se me vienen a la cabeza y que para mí sí han sido colonos del año todos los años desde que los conocí.

En “La Fonda” de la que os he hablado antes conocí a D. Antonio Aguilar, el alcalde de cuando yo llegué. De aquel hombre, que era todo un señor, aprendí su exquisita prudencia, su respeto a las personas en general y en particular a los que representamos la enseñanza y su gran confianza en la juventud preparada para conseguir el futuro.

De mi amigo Antonio “El del Monte” aprendí las relaciones humanas, el respeto que los mayores tienen a los hombres de palabra, el me enseñó La Colonia, en aquellas tardes que salía, a seguir con sus negocios a los Silillos, al Villar, a La Cañada, y yo lo acompañaba disfrutando de tardes y noches que ahora me vienen al recuerdo con toda nitidez.

De don Diego Mercader, a su vuelta del trabajo del Juzgado, por las tardes, y que cada vez que nos cruzábamos, nos enzarzábamos en interminables e interesantísimos debates. De él aprendí a conocer la calle Portales y a admitir que por sus ideas un hombre puede ser alejado de su tierra.

De los jesuitas Vicente y Rafael Yuste aprendí a poner el conocimiento al servicio de los más desfavorecidos, a sentir orgullo de ser obrero con dignidad sin tener callos en las manos.

De mi amigo y compañero “El Sargentillo” de Fuente Carreteros conocí el incipiente socialismo de la colonia y disfruté de intensos debates políticos en su casa acompañados de la exquisita cocina que su señora, Estrella, nos ofrecía y que nosotros entre sorbo y sorbo y utopías degustábamos.

De aquellos jóvenes rebeldes “Manolo García y Manolo Piova” aprendí y sigo aprendiendo, eso, que la rebeldía y la utopía deben estar siempre con nosotros, si queremos mantenernos jóvenes mentalmente.

De mi amigo Antonio Arriaza aprendí lo que es la represión física más injusta en el cuerpo de un inocente.

De Francisca Adame, de la Herrería, aprendí la grandeza y la alegría de vivir, aún en las condiciones más adversas de la infancia, juventud y madurez de una persona, y de hacer un esfuerzo diario por hacer felices a los demás.

De mi vecina Mercedes “La de Segovia” aprendí de sus silencios que decían más que mil palabras y de la felicidad que puede dar a una persona “la cultura”, ese saber que una parte de nuestros jóvenes desprecian y que para ella significó la vida en sus últimos años De mi amigo Manolo “El Relojero” aprendí a ser un luchador incansable, aún en la más estricta soledad y ante la más amarga realidad de los que no te quieren entender ni escuchar.

A todos ellos quiero agradecerles, en este momento, sus aportaciones a mi vida. Pero no me puedo ir de este salón sin hacer referencia expresa a mi trabajo y dentro de él al García Lorca. En él he pasado, profesionalmente hablando, mis mejores últimos veinticuatro años. El próximo cumple su veinticinco aniversario, que espero celebremos todos como se merece.

Me siento enormemente orgulloso de nuestro colegio, buque insignia de la educación en Fuente Palmera, desde los años ochenta, y de que nuestra Colonia y especialmente Fuente Palmera cuenten con un centro educativo público de primer nivel.

Lógicamente eso no sería posible si no fuera por el trabajo en equipo y el compromiso profesional de los maestros y maestras que han pasado año tras año por el centro, y, por el esfuerzo y las reivindicaciones de su comunidad educativa reflejada en el Consejo Escolar y en el APA. A ellos también agradecerles hoy su trabajo y amistad.

Quiero aprovechar este foro para pediros que igual que colaboráis, confiáis, trabajáis y estáis orgullosos del García Lorca, en los tiempos actuales, igual debéis hacer con el buque insignia de la educación en Fuente Palmera, y que hoy por hoy, es el I.E.S. “Colonial”, en el que se forman nuestros jóvenes. Apoyad, en toda la medida que podáis, al igual que están haciendo instituciones, empresarios y educadores, el Manifiesto por la Educación, que dio a la luz hace unos días. Aprended a decir a vuestros hijos no, al menos una vez al día, y apostad por la educación y por el futuro.

Por último deciros que mis hijos nacieron aquí y los mejores años de la vida de mi familia la vivimos aquí. Nuestro compromiso con ella, LA COLONIA, sigue vigente.

Gracias por todo y a todos.

Y, FELICIDADES A TODOS LOS COLONOS.

Feria Real 2006 (Bernabé Galán Sánchez)

El Doctor Don Bernabé Galán Sánchez, Presidente del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Córdoba, fue el pregonero de la Feria Real de Fuente Palmera el 17 de Agosto de 2006. Se dirigió al pueblo con el texto siguiente:

Buenas noches. Muchas gracias por estar aquí.

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Sean todos bienvenidos a este acto de introducción a la Feria Real de la Colonia.

Muchas gracias a Pilar Mercader por la presentación que de mi persona ha exaltado, influenciada sin duda por la amistad que tenemos y de nuestro aprecio mutuo.

También, por supuesto y al que más, quiero agradecer al Excelentísimo Ayuntamiento de Fuente Palmera la decisión adoptada de que fuese yo, este año, el pregonero de esta singular Feria.

Es para mí un honor como colono adoptivo el poder pronunciar unas palabras como prólogo a lo que deseo sean unos felices días en los que se olvide el trabajo y los malos ratos y nos sirvan para disfrutar de un merecido descanso, aunque habrá quien no pare a partir de ahora. Que en estos días se hagan nuevas amistades o se renueven las que tenemos olvidadas, y que se aclaren todos los malos entendidos que pudieran haberse producido durante el año. La cordialidad, el entusiasmo, la hospitalidad y la amistad deben presidir nuestra conducta todos los días de nuestra vida.

Procuraré ser escueto en mi exposición y sintetizaré lo mejor que pueda el elogio que esta Colonia de Fuente Palmera se merece a lo largo de toda su Historia, pero especialmente en los 26 años últimos que son los que he tenido la suerte y el honor de vivir en este Municipio.

Reconozco que hace 27 años ignoraba la existencia de Fuente Palmera. Llegué a esta bendita Colonia, como he dicho, hace 26 años. Y llegué por equivocación. Sin embargo, cada día que pasa me alegro más de haberme equivocado cuando hice la elección de plazas como Médico Titular en aquel concurso de traslado. Hay dos coincidencias curiosas en mi vida: Una es la de haber nacido justamente cien años después que D. Santiago Ramón y Cajal, a quien admiro desde mi juventud. Y la otra es la de haber llegado a la Colonia, cien años después de que lo hiciera otro médico, Don Antonio Tubío Guerrero, quien sentó raíces y nos dejó una nutrida descendencia entre los colonos.

Comencé a querer a Fuente Palmera desde el primer momento. Desde la primera vez que pisé su suelo, disperso en 10 núcleos de población, que yo desconocía. No se me olvidará nunca mi primer aviso domiciliario: tenía que ir a visitar a un abuelo a Ochavillo del Río. Como no sabía ir, se ofreció a acompañarme y enseñarme el camino otro señor mayor, natural de aquella aldea pero que se había venido a vivir con su hijo muy cerca de donde nos encontramos. Durante el recorrido, el que después fue gran amigo mío, me iba señalando, con disfrute por parte de los dos, por donde se iba a los otros pueblos de aquel lado. Aquella mañana aprendí rápidamente cómo llegar a Herrería, Peñalosa, Ventilla y Villalón. Mi curiosidad por conocer me llevó a preguntarle por las carreteras que iban a los demás. Y así me enteré de los caminos que llevaban a Fuente Carreteros, Silillos, Cañada del Rabadán y Villar.

A pesar de tener una fisonomía muy distinta a la que estaba acostumbrado a ver, que eran los olivares, el romero, los chaparrales, la jara, el lentisco, en mi pueblo natal, y la viña y el olivo en el pueblo de donde procedía, el paisaje que se extendía ante mis ojos, llano y extenso, en aquel otoño del 80 me sedujo.

Comencé desde aquel día a vivir la aventura de acompañar, apoyar, incitar, dirigir, animar, entusiasmar a los colonos, en los comienzos del más grande periodo de transición y desarrollo conocido en la historia de nuestra Colonia.

El moderno plan de regadíos que iba a comenzar a dar sus primeros pasos me atrajo desde un principio. Comencé a escribir como corresponsal, casi a diario, en los periódicos provinciales La Voz de Córdoba y posteriormente en el Diario Córdoba. ¡Había que dar a conocer Fuente Palmera a los demás pueblos de la provincia y de Andalucía! ¡Había que llevar la nueva de que gracias al agua La Colonia iba a avanzar a paso de gigante en comparación con los pueblos limítrofes, superándolos y adelantándolos ampliamente!

Gracias a mi amistad con el Ingeniero Jefe de Fomento, que me ilustró ampliamente, comprendí, para después difundir, la grandeza de los riegos. La trascendencia que tendrían para La Colonia su puesta en marcha y su mantenimiento. Soñé e intuí el futuro de todos los núcleos de población de Fuente Palmera.

También conocí las necesidades de los colonos: educación, sanidad, servicios sociales, animación socio-cultural, conocimiento de su propia historia, tradiciones, sentimiento de pueblo, falta de unidad, etc.

¿Hay algo más hermoso que las palabras Ayudar, Soñar, Amar, Reír, Concienciar, Apoyar, Consolar, Compartir, Saludar, Escuchar, Enseñar, ...? ¿Y os habéis dado cuenta que a pesar de tener tan gran valor, las acciones que definen estas palabras se realizan gratuitamente? ¿Qué trabajo cuesta ayudar a los demás? Hay unos versos muy hermosos de Eduardo Alonso, que abundan en las frases anteriores. Dicen así:

" Y otra vez la sinfonía
interior de lo pensado.
Y otra vez de lo pasado
la triste melancolía.
Y otra vez esa manía
de pensar en lo esperado
para volver, alma mía,
a empezar por lo acabado."

Pero sigamos repasando la vida de La Colonia desde 1980. Yo tenía la firme convicción de que Fuente Palmera estaba destinada a ser la "California de Europa": una de las poblaciones más ricas y prósperas del Viejo Continente. Este hecho era conocido por la Administración y fue correspondido ampliamente por los poderes públicos. Sin embargo no fueron conscientes de un problema que se podría presentar en un futuro no muy lejano. No se daban cuenta de que se iba a producir un tremendo desequilibrio socio-económico-cultural. Esto es, en palabras claras: Fuente Palmera, hasta la llegada del regadío, era una zona muy deprimida económica y socioculturalmente. En el futuro iba a prosperar rápida y exponencialmente en el aspecto económico, pero no estaba preparada en lo socio-cultural y se iba a producir un desequilibrio y por lo tanto había que trabajar sin descanso para que no se notasen o fuesen mínimas las consecuencias de este desajuste.

Si amo tanto a Fuente Palmera, a pesar de no haber nacido aquí, es porque he empleado las horas de más noble afán de mi vida en conocerla palmo a palmo, en entender a sus gentes, en sentir lo que sienten. Todo esto con el objetivo de trabajar por la Colonia y los colonos, para poder ayudar a encaminar su futuro. Por eso quiero tanto a Fuente Palmera: porque la conozco y conozco a sus gentes, y por eso creo en ella.

Hay un párrafo que escribió Don Gregorio Marañón, que habla de la dedicación de las personas en lo que creen. Dice así el ilustre Médico y Humanista: "Hay muchos seres humanos que han dedicado su vida a lo que creen y se dice que es el amor, y, sin embargo, después de bien exprimida su experiencia, no podrían añadir una sola gota de enjundia a lo que se sabe ya. En el amor, la cantidad no cuenta. Todo su secreto está en la calidad y en la gracia. Y por gracia hemos de entender el que la fruición material, lo que exige el instinto, siempre bárbaro, no sea nunca un objetivo ni un premio del amor, sino una leve y delicada brasa que caldee y coloree de rosa a todo eso otro semidivino que es el rendimiento, el sacrificio, la oferta de un ideal irrealizable, el dar y no pedir, sin lo cual el amor es sólo una cárcel con las paredes adornadas de estampas prohibidas, sin maldita la gracia".

Cómo pasa el tiempo. Qué de prisa pasan los días cuando participas en la aventura. Recuerdo con admiración aquellos tiempos en los que, año tras año, un elevado porcentaje de colonas y colonos abandonaban temporalmente sus casas y viajaban lejos, en las temporadas de la vendimia y de la recogida de aceituna. A pesar de conocer que vivirían en unas condiciones a veces infrahumanas, llevaban con optimismo un solo objetivo: evolucionar y alcanzar lo que sus padres no pudieron conseguir, como una vivienda decente y una mejor posición social. Aquellos aventureros, aquellos héroes, deberían dar clase en colegios e institutos. Deberían enseñar a nuestros jóvenes, desde pequeñitos, el valor del trabajo, del esfuerzo, del sudor, del sacrificio, del sufrimiento. Debería existir una asignatura sobre valores y experiencias. Que se den cuenta los nietos de hoy que sus abuelos, jóvenes hace unos años, trabajaron duro, muy duro, para ofrecer un futuro mejor a los colonos venideros; para construir una Colonia excelente. Y que se den cuenta estos últimos que son ellos los responsables de continuar la gesta que sus antepasados comenzaron.

Aquel espíritu de aventura con el que vinieron nuestros antepasados, era alimentado por las ideas revolucionarias de Pablo Antonio de Olavide y de Juan Gaspar de Thürriegel, bajo el mandato del rey Carlos III. Y esta filosofía aventurera se basaba en una serie de pilares, que debemos tener siempre presentes. Estos cimientos no son otros que: la Adaptabilidad, el Deseo y la Determinación, la Visión y el Valor, la Experiencia, la Curiosidad Natural, el Trabajo en equipo y la Confianza, el Optimismo ilimitado, la Habilidad para afrontar riesgos y el Desempeño excepcional. Por eso, y los jóvenes deben tomar buena nota de ello, los logros son siempre resultado de un proceso constante.

Debemos esforzarnos por ir siempre “un paso más allá” de nuestra experiencia anterior, como se esforzaron nuestros antepasados. Y debemos ser revolucionarios en nuestras acciones, no debemos ser inmovilistas. Hemos de continuar siendo innovadores, progresistas, imaginativos, hacendosos, inquietos, idealistas, soñadores, tener espíritu de lucha y no olvidar ser fieles a nuestro pasado, aunque no del todo, porque el revolucionario cuando triunfa no puede ser fiel a su pasado por completo, ya que gracias a la revolución ha transformado el pasado y ha creado un presente nuevo.

Me gustaría nombrar una a una las personas con las que he tenido y tengo el honor y la suerte de compartir más directamente, en la porción que me corresponde, de esta aventura de la que os hablo: la proeza de la Colonia de Fuente Palmera en este último cuarto de siglo. Me gustaría hacerlo, pero podría olvidar a alguien y no sería justo. Son tantos los momentos, ocasiones, escenarios, situaciones, eventos, emociones que hemos vivido que hay materia para escribir un extenso libro, al que no renuncio comenzar en un futuro cuando esté menos atareado.

Pero en esta aventura no solo participaron los mayores. Muchos jóvenes también trabajaron entonces por un futuro mejor. Fueron idealistas y soñadores e imaginaron una tierra de promisión, en la que creyeron y por la que apostaron. Y otra vez el poeta Eduardo Alonso nos lo dice en estos versos:

¿Es sueño otra vida?
Si soñando se olvida
El dolor de existir,
Puede ser otra herida,
Que soñar no es morir.

¡Hay que ver el montón de empresas que han surgido en los últimos años en nuestra Colonia!

Gracias a la imaginación, el idealismo, la inquietud de nuestros jóvenes y menos jóvenes empresarios han llegado a ser punteras cada una en su sector, llevando el nombre de Fuente Palmera como estandarte de calidad, honradez, seriedad. En una palabra: saber hacer. Y tenemos que estar orgullosos de ellas y de ellos. Lo dijo Don Santiago Ramón y Cajal: “Las ideas no duran mucho. Hay que hacer algo con ellas”. ¡Y tanto que los colonos las han desarrollado! Marcel Proust nos lo dejó dicho: “El acto real del descubrimiento no consiste en encontrar nuevas tierras, sino en ver con nuevos ojos”. Esto es lo que hacen los niños continuamente. Pero nosotros, los adultos, tenemos que obligarnos constantemente a permanecer insatisfechos del mundo que hemos creado.

Me hace mucha gracia cuando oigo a quienes no nos conocen, hablar de la pereza de los andaluces. Antiguamente había gentes, personajillos, que gustaban de vegetar y divertirse a costa del trabajo de los demás; esa fama no era específica de nuestro suelo, sino común a todos los pueblos, y afortunadamente nosotros hemos sabido demostrar lo contrario en el transcurso de los 239 años de existencia de nuestra Colonia. ¿Quién puede negar la laboriosidad de los colonos? Desde los primeros que poblaron estas tierras, desérticas entonces, hasta sus descendientes de hoy no han parado de trabajar afanosamente para conseguir lo que tenemos. Solo hay que madrugar un poco para observar cómo día a día, cada uno se dirige a su trabajo. Cómo se llenan las carreteras de vehículos que transportan trabajadores llevando el nombre de nuestra Colonia a distintos lugares de Andalucía o a otras comunidades y países.

Deberían castigar a quienes llamaran perezosos a nuestros antepasados, heroicos trabajadores del campo, regado con el sudor de su cuerpo, trabajando de sol a sol, sin poderse cambiar de ropa, ni llevarse a veces un trozo de pan a la boca, sin posibilidades de formarse o instruirse y siempre a merced del cacique de turno que se aprovechaba de su ignorancia y su pobreza.

Y después de conocer todo lo que he descrito, ¿quién sería incapaz de amar a esta tierra y a sus gentes? ¿Quién no se dejaría seducir por su idiosincrasia?

Como médico soy un espectador más de la vida, si bien desde un plano distinto que los demás espectadores. Los médicos tenemos más ocasiones de ver el lado dramático del existir. Esta profesión, con su leyenda de sacrificio, de humanitarismo, de contacto dramático con el sentir de las personas la he desarrollado durante el periodo más largo de mi existencia en esta Colonia. Y os aseguro que el convivir con los colonos, sintiéndome uno más, ha actuado como sublimación en los momentos negativos por los que he pasado. Aunque no nací aquí, soy colono, y un colono que siente hasta la médula de sus huesos, hasta los rincones más profundos de su alma, el orgullo de serlo.

Me vais a permitir terminar con una frase que casi al final de su vida proclamó Maeterlinck, uno de los grandes soñadores del siglo pasado: “Todo mi instinto, toda mi eficacia, me empujaban desde niño a la Medicina; porque esta es, cada vez estoy más cierto de ello, la llave más segura para dar acceso a las profundas realidades de la vida”.

Muchas gracias y que paséis una muy mejor Feria.



Feria Real 2004 (José Luis Ortega Osuna)

El pregón de Feria del año 2004 fue recitado por Don José Luis Ortega Osuna, antiguo director del I.E.S. Colonial

Feria Real 2003 (Manuel González Mestre)

D. Manuel González Mestre en el pregón de 2003

En 2003, Don Manuel González Mestre fue el pregonero de la Feria. Manuel G. M. (Ochavillo del Río, Córdoba, 1971) es empresario del sector de la comunicación integral y realizador de audiovisuales y proyectos culturales sobre patrimonio. Director de la empresa Puntoreklamo. Ha escrito relatos y publicado más de quinientos artículos en periódicos y revistas. Es columnista de Diario Córdoba desde 2001. Ha publicado el libro de artículos La casa por el tejado (El Páramo, 2007)



Feria Real 2002

El pregón de Feria, previsto tras el encendido del alumbrado y la presentación del programa de Feria, no llegó a pronunciarse; según la organización, al pregonero le surgieron ciertos problemas de última hora, aunque no se informó quién era el pregonero.



Feria Real 2001 (Pascual González Moreno)

D. Pascual González Moreno en el pregón de 2001

Don Pascual González Moreno, componente del grupo "Cantores de Híspalis" y pregonero habitual de fiestas y eventos, fue el responsable del pregón de la Feria Real de Fuente Palmera en 2001. Pascual acometió un interesante pregón en el que hizo un paralelismo de las figuras históricas de Pablo Antonio de Olavide, y Diego Corrientes, bandolero que andaba por estas tierras antes de la fundación de las Nuevas Poblaciones.



Feria Real 2000 (Elena Medel)

Doña Elena Medel en el pregón del 2000

En el año 2000, Doña Elena Medel, colaboradora del Diario Córdoba, fue la pregonera de la Feria Real de Fuente Palmera. Elena Medel, poeta, crítica literaria y editora española, que tenía 15 años cuando pronunció su pregón, hizo un recorrido por todos los núcleos de La Colonia y ensalzó los logros conseguidos por el pueblo en los últimos años.



Feria Real 1999 (José Cruz Gutiérrez)

D. José Cruz Gutiérrez en el pregón de 1999

Don José Cruz Gutiérrez, colaborador del Diario Córdoba, escritor de varios libros y conferenciante; fue el pregonero en 1999 de la Feria Real de Fuente Palmera. En su pregón recordó la historia local y su vinculación a la figura de Carlos III.



Feria Real 1998 (Maribel Ostos)

En 1998, el pregón de la Feria, fue pronunciado por Maribel Ostos.




Feria Real 1970 (Pedro Palop Fuentes)

El 17 de agosto de 1970, a las ocho y media horas de la tarde el prestigioso charlista cordobés D. Pedro Palop Fuentes anuncia las fiestas de Fuente Palmera con uno de sus célebres pregones.[2]

Víspera de Feria año 1970. Discurso de D. Pedro Palop Fuentes.




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Feria Real de Fuente Palmera
  1. fuentepalmerainformacion.es
  2. Cartel de feria 1970, BNE.

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