Revuelta revolucionaria de 1931
Crónica del Diario de Córdoba de 13 de mayo de 1931 recogiendo los actos producidos en diferentes partes de la ciudad por turbas revolucionarias. [1]
Contenido
COMO OCURRIERON
Anoche ocurrieron en Córdoba sucesos verdaderamente deplorables.
A primera hora comenzaron a formarse grupos, en los que se notaba gran excitación; paulatinamente fueron engrosando y algunos de ellos se dirigieron al convento de San Cayetano, comenzando a apedrearlo. Acudieron fuerzas de la Guardia civil y del Cuerpo de Seguridad, y entre ellas y los manifestantes se cruzaron muchos disparos.
En la plaza de Colón hubo otro encuentro entre la fuerza pública y los grupos, disparándose igualmente muchos disparos. Lo mismo ocurrió en la plaza de San Agustín, donde los grupos apedrearon el convento. Igualmente trataron de hacer con la Colegiata de San Hipólito, pero se lo impidió la fuerza pública. Numerosos grupos asaltaron la armería Sport, situada en la calle de Claudio Marcelo.
Para abrir sus puertas utilizaron las palas y picos que había como muestra en la fachada de la ferretería “La Campana”, los cuales se llevaron subiéndose en uno de los escaparates, el cual rompieron.
Una vez franqueada la entrada en la armería encendieron sus luces y se apoderaron de la mayoría de las armas de fuego y blancas que había en ella. Fuerzas de la Guardia civil y del Cuerpo de Seguridad acudieron rápidamente al lugar del suceso, donde hubo un vivo tiroteo, que duró largo rato.
Los manifestantes no consiguieron incendiar el convento de San Cayetano, pero predieron fuego en la huerta del mismo. Avisóse al Parque de Bomberos y acudió personal del mismo con el material necesario, logrando apagar el incendio a los pocos momentos. Todas las víctimas de estos lamentabilísimos incidentes resultaron heridas en la explanada del convento de San Cayetano, en las plazas de Colón y de San Agustín y en la calle de Claudio Marcelo.
En virtud de la gran alarma que se produjo fueron cerrados los teatros, cafés, casinos, restauranes y establecimientos de bebidas.
Declaración del Estado de Guerra
En virtud de la gravedad de los sucesos las autoridades se reunieron al tener noticias de aquéllos, y acordaron declarar el estado de guerra.
Poco después de las doce salieron las fuerzas de la guarnición para efectuar la proclamación, siendo seguidas por numeroso público, que vitoreaba al Ejército. Inmediatamente, tropas de Infantería, Caballería y Artiilería salieron a patrullar por la ciudad, y en las últimas horas de la madrugada logróse que la normalidad quedara restablecida.
He aquí el bando con la declaración del estado de guerra:
- Don Félix O’Shea Arruete, brigada gobernador militar de esta plaza y provincia.
- Hago saber;
- Que habiendo resignado el mando el gobernador civil, previa junta de autoridades, ordeno y mando.
- Primero. Queda declarado el estado de guerra en todo el territorio de esta plaza y provincia de Córdoba.
- Segundo. Serán juzgados por esta jurisdicción y sometidos a los Consejos o juicios sumarísimos repetidos todos los delitos que atenten al orden público, libertad de trabajo, seguridad en las personas y a la propiedad en cualquiera de sus formas.
- Tercero. Los que realicen o tiendan a causar desperfectos en cualquier clase de vías de comunicación telegráfica o telefónica o dificulten la circulación de trenes vehículos del servicio público, de transportes de mercancías, así como los de incendios y daños en edificios oficiales o particulares.
- Cuarto. Los de injurias, insultos, amenazas de hecho o de palabra a lodo militar que desempeñe funciones propias del servicio, sea cualquiera la graduación de aquél.
- Quinto. Queda terminantemente prohibido la formación de grupos de más de tres personas, que serán disueltos por la fuerza de las armas tras de la primera intimación.
- Sexto. Se da un plazo de tres horas para que todos aquellos individuos que posean armas las entreguen en el Gobierno civil por lo que respecta a los vecinos de esta capital y los de los pueblos de la provincia en los puestos de la Guardia civil en el mismo plazo mandado a partir de la publicación dei presente bando, siendo juzgado como rebelde en juicio sumarisimo todos a quienes se encuentren algunas pasado aquel límite de tiempo.
- Córdoba 12 de Mayo de 1931. — Félix O’Shea.
EN LA CASA DE SOCORRO
En el momento en que se tuvo noticias en la Casa de Socorro de la importancia de los sucesos acudió a la misma todo su personal facultativo y subalterno, que trabajó sin descanso y con una actividad prodigiosa en la curación de los heridos.
En la Casa de Socorro se personaron el gobernador civil, el alcalde, numerosos concejales y los jueces de instrucción de ambos distritos, que instruyeron las primeras diligencias. También estuvieron en el Hospital de Agudos.
LOS HERIDOS
En la Casa de Socorro fueron curados los heridos siguientes:
- Antonio Avila Serrano, de 21 años, erosiones en la mano izquierda y ambos pies. Leve.
- Tomás Galiano Rubio, de 18 años, herida punzante en el lateral derecho del cuello. Pronóstico reservado.
- Rafael Ruiz, de 21 años, heridas contusas en los dedos medio, anular y meñique derechos. Leve.
- Eustasio Calero Cosme, de 26 años, contusión en el tórax y epitaxis. Leve.
- Francisco René Ruiz, de 25 años, herida contusa en la región parietal. Leve.
- José Sánchez Domínguez, de 18 años, herida contusa en el parietal izquierdo. Leve.
- Antonio Aguilar Ibarra, de 31 años, herida contusa en el parietal izquierdo. Leve.
- Fernando García Jiménez, de 18 años, herida de bala a desgarro en el muslo izquierdo. Pronóstico reservado.
- Diego Estévez Valle, de 28 años, erosiones leves en el codo.
- Manuel Rodríguez Ruano, herida de bala en la cara. Leve.
- Francisco Galiano Rubio, de 18 años, herida por arma de fuego en el cuello. Grave. Pasó al Hospital.
- Francisco Llórente Morales, guardia civil, contusión erosiva en la región maxilar. Pronóstico reservado.
- Francisco Rincón Anguila, guardia civil, herida punzante en la región glútea, Leve.
- Fernando García Jiménez, de 18 años, tres heridas de bala en la pierna derecha. Pronóstico grave.
LOS MUERTOS
En el tiroteo que hubo en la explanada del convento de San Cayetano resultaron muertos Leovigildo Mendoza, de una herida penetrante por arma de fuego, al nivel de la línea mamilar, y Manuel García, de una herida de bala en la región escapular.
Ambos fueron conducidos a la Casa de Socorro, donde los reconocieron y certificaron que eran cadáveres. Otros dos de los heridos llevados a dicho establecimiento se hallaban en tan grave estado que no les efectuaron la cura de urgencia, enviándolos al Hospital de Agudos. En él fallecieron a poco de haber ingresado. Eran éstos Bartolomé Verdejo del Arco, natural de Espiel, de profesión chófer, y Carlos Díaz Andrade, de oficio albañil. Ambos cayeron heridos en el asalto de la armería de la calle de Claudio Marcelo.
Los cadáveres de los cuatro fueron conducidos en carros de artillería al Depósito judicial del cementerio de Nuestra Señora de la Salud.
Agresión en la Casa de Socorro
Cuando se hallaba en la Casa de Socorro el cadáver de Manuel García se presentó en dicho establecimiento un hermano de aquél armado de una cuchilla de zapatero, con la que intentó agredir a los médicos, rompiéndole las ropas al facultativo Rafael Blanco León.
LOS DETENIDOS
Los agentes de las autoridades detuvieron a Francisco López Cabello, de 20 años de edad, con domicilio en la calle de Emilio Castelar, número 58 y a Fernando Ruiz Muñoz, de 15 años, domiciliado en el Marrubial.
El primero fue uno de los asaltantes de la armería El Sport y se le ocuparon al detenerle una escopeta de dos cañones, una canana con 24 cartuchos dei calibre 12, cargados, una pistola de alarma y una navaja corchera.
E1 segundo, en una de las colisiones, hirió a Rafael Ruiz en una mano con un cuchillo de cocina.
NOTA OFICIOSA AL PUEBLO DE CORDOBA
El gobernador militar señor O’Shea envía durante la madrugada última la siguiente nota oficiosa:
- “Los dolorosos hechos ocurridos anoche, que serán depurados debidamente, no deben alterar la tranquilidad de la noble ciudad de Córdoba, que será amparada en sus derechos y respetada en el ejercicio de su libertad. El orden está asegurado y a que no se altere debemos contribuir todos: autoridades y vecinos de cualquier condición social. A los obreros, en cuyo beneficio moral y material ha de realizar toda clase de esfuerzos al Gobierno de la República, les recomendamos serenidad y aconsejamos que prosigan su vida normal acudiendo al trabajo.
- Procuren todos los ciudadanos prevenirse contra determinados elementos, interesados en provocar conflictos y que no escapan a la acción previsora de la autoridad, que empezará con ellos severas medidas. Por la libertad, por la República, por el bien de España, seamos dignos de esta nueva era que comienza y factores abnegados del progreso de la nación.”
NOTAS FINALES
En las últimas horas de la tarde de ayer la mayoría de las monjas abandonaron sus conventos, refugiándose en casas particulares.
Durante toda la madrugada ha habido gran animación en la parte céntrica de la ciudad, pues innumerables personas han pasado la noche fuera de sus casas para informarse de estos tristes sucesos.
Hoy por la mañana hay tranquilidad absoluta. Fuerzas del Ejército, de la Guardia civil y del Cuerpo de Seguridad siguen patrullando por la población.
La gran confusión originada por los tumultos y la precipitación con que tenemos que redactar estas notas acaso nos hagan incurrir en alguna omisión o error que procuraremos subsanar en el número próximo.
Referencias
- ↑ Diario de Córdoba de comercio, industria, administración, noticias y avisos: Año LXXXII Número 28982 - 13 Mayo 1931
Principales editores del artículo
- Aromeo (Discusión |contribuciones) [5]
- Eluque (Discusión |contribuciones) [1]