Venta El Puente Viejo
De Cordobapedia
Venta El Puente Viejo
Era muy dado en toda Andalucía y por lo tanto en Córdoba, la instalación de ventas camineras que estaban normalmente a la salida de las poblaciones o a unos kilómetros de las mismas. En Córdoba hubo varias de nombre y fama, pero esta del “Puente Viejo” a ocho kilómetros en la antigua carretera de Sevilla tuvo fama por las “juergas” que los señoritos cordobeses formaban en ella, al encontrarse lejana de la ciudad y por lo tanto de cualquier inoportuno vigilante o curioso. Igualmente, fue durante años el hogar del que fuera el "monstruo" del cante flamenco el “Niño Marchena”.
Recuerdos de la taberna [1]
- Mediada la década de los años veinte, en las proximidades de Córdoba, a unos ocho kilómetros, entre la Cuesta de los Visos y El Espino, sobre el río Vajocillo estaba y creo que está este viejo puente, pasa cien metros y a muy pocos de la carretera se abrió una venta caminera que se denominó “El Puente Viejo”; porque al desviar la carretera de Córdoba a Sevilla, años después construyeron otro nuevo.
- El viejo ventorro lo abrió Luis del Río, en aquella época en que era costumbre entre los señoritos calaveras y pudientes de la ciudad festejar sus “juergas” en los ventorros aislados.
- Por cierto, que me contó un hijo de Luis, que por aquel entonces el “Niño de Marchena” andaba vagabundeando por Sevilla, entonces era un chaval de unos catorce años o quince años. En uno de los viajes que Luis hizo con unos señores en plan de fiesta, lo acogió y se lo trajo para cuidar de su alimentación y formación. Lo trajo al “Puente Viejo” donde “Marchena” pasó varios años de su primera juventud, llegando a reunir en aquellos tiempos hasta quince mil duros, con lo que se marchó a Madrid, y empezó su carrera triunfal, lejos de tantas calamidades.
- Esta venta era muy frecuentada, porque en esta época el alquiler de un automóvil, el taxi no se conocía, valía a peseta el kilómetro de recorrido y una cincuenta, la hora de parada.
- Un pollo con arroz o con tomate y patatas fritas, seis pesetas, las medias botellas de vino de marca de aquellos pagos de Montilla y Moriles a tres pesetas; así se podía echar una “juerguecita”.
- Allí aguantó Luis unos pocos de años, era sitio de mucho paso de traficantes y trabajadores del campo en un sitio poblado de grandes cortijadas; la recogida de aceituna, la siega de las grandes extensiones de trigo de la campiña y de la dorada ruta del vino de aquellos pagos.
- Al ocurrir la desviación de la carretera y la construcción del nuevo puente, Luis quedó aislado, muy lejos de su ambiente y sólo le quedó la clientela de algunos caminantes que pasaban de tarde en tarde, por el viejo camino de Fernán Núñez.
- Pasa el “Puente” a la carpeta de los viejos recuerdos.
Referencias
- ↑ "Memorias Tabernarias". Manuel Carreño Fuentes en Diario de Córdoba. 3 de marzo de 1990
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