El Kursaal Andaluz

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Patio con el personal del Kurssal Andaluz
Anuncio aparecido en el diario falangista Azul, 1 de diciembre de 1939.

Abierto el 24 de septiembre de 1935, el “Kursaal Andaluz” era un nuevo concepto de taberna-restaurante. Situado en la céntrica calle Obispo Fitero, número 3, de Córdoba, aspiraba a crear en un lujoso patio cordobés un bar de ambiente y copas, con su propia orquesta.

Recuerdos Cordobeses [1]

En aquel año 1935, donde el panorama político español andaba revuelto, los aficionados al tango argentino estaban de luto, había muerto en accidente de aviación el ídolo Carlos Gardel. Juan Estévez López, empresario cordobés, conocido cariñosamente por “Juanito Estévez”, animado por la buena marcha de su Venta de Rosales, situada en la carretera de Madrid. Pone en práctica el dotar a Córdoba, de un local de diversión totalmente distinto a los que ya existían en aquella época.

Sin regatear esfuerzos, en la noche del 24 de septiembre de 1935, abre sus puertas un establecimiento denominado “Kursaal Andaluz” situado en la calle Fitero número 3. Se trataba de un lujoso patio andaluz (cordobés) rectangular, con diez arcos de medio punto, que descansaban sobre columnas, el pavimento en mármol blanco, zócalos de vistosos azulejos, el centro del patio que era la pista de baile, lo cubría una montera de cristales, y seis reservados. Entrando por la puerta principal, a mano izquierda, había montado uno de los primeros bares americanos que se instalaron en Córdoba, mostrador alto cromado, con taburetes tapizados de terciopelo color azul. Aparte de esto, el mobiliario era de los llamados “Muebles Sevillanos”, en color azul con floreados adornos. En las galerías, colgaban en la pared unas grandes copias al óleo de famosos cuadros de Julio Romero de Torres firmadas por Bonet. Bajo uno de los arcos, estaba un escenario bajito donde actuaba la entonces llamada “Orquestina”, esta, a pesar de ser todos cordobeses, se titulaba con el pomposo nombre de "The Hawais" (¿?), compuesta por los profesores: Fragero, Solís, Estepa, Giraldes, Ramírez, más tarde Pinilla y Baena.

No faltaban complementos en hierro forjado entre ellos, un pozo simulado, macetas, apliques, etc., así como un magnifico cuadro de luz, que se manejaba desde el mostrador cambiando pista y rincones, en distintos colores. Las señoritas de la casa, lucían elegantísimos trajes de noche, cubiertas con variados mantones de Manila. Desde el primer día, los llenos eran a diario, las normas de la casa eran muy disciplinadas. Se podían leer carteles de “Reservado el derecho de Admisión”, el ambiente del Kursaal hoy, haría sonreír, nunca hubo problemas. La gente sencilla le llamaba “El Cabaret”.

Era tal el tipismo del Kursaal Andaluz, que los interpretes-guías de nuestros dos más importantes hoteles de aquellos años, Regina y el Simón, llevaban grupos de extranjeros, para que disfrutaran de un marco incomparable. En la Feria de Mayo de 1936, Juanito Estévez, hombre serio para el negocio, pero abierto con una gran mundología, recibió la vista del equipo técnico de la productora cinematográfica Cifesa. Quedando todos maravillados del local, al extremo, de proponerle al señor Estévez, y llegaron a un acuerdo, de que en la primera quincena de julio se rodarían algunas secuencias de la película "El Genio Alegre". Los protagonistas eran entre otros Rosita Díaz Gimeno y Alberto Romea. Rodaje, que no llegó a realizarse por estallar el 18 de julio de 1936, la Guerra Civil Española.

Al Kursaal, acudían clientes de la capital y provincia y no había artista de Teatro, figura del toreo, famosos, etc., que estando en Córdoba, no se dieran un garbeo por el Kursaal. El "Kursaal Andaluz", le dio en cierto modo, categoría a la calle Fitero, hoy, Obispo Fitero, la gente le decía, “La Calleja la Sucia”, y llevaban razón, porque al entrar por la calle Conde de Torres Cabrera, en el primer rincón, (que por cierto es el punto más alto de Córdoba), había un urinario público de hierro pintado de color verde que parecía, un burladero y que la gente lo usaba para “todo”. Gracias a las gestiones de Juan Estévez, lo mandó quitar el Ayuntamiento.

El lado derecho de la calle, casi hasta el final, daba y da al Convento de Capuchinas, había muy pocas casas. Por las mañanas y tardes, transitaban grupos de muchachos, que por no dar el rodeo, asistían a las clases de la Escuela Francesa de la plaza de las Dueñas. Por cierto que en la Escuela con pocas reformas, se instaló en el año 1940 la redacción, administración (de esto sabe lo suyo Juan Montiel Salinas) y talleres del nuevo Diario Córdoba.

El horario del Kursaal era de diez de la noche, a cuatro de la madrugada, los domingos y festivos, de seis a nueve, especial Sección Vermut.

Anucio año 1940

La apertura del Kursaal Andaluz, se hizo con una numerosa plantilla, lo puede apreciar el lector por la foto que acompaña este modesto trabajo cedida gentilmente por Juan Estévez Valiente (hijo de Juan Estévez López) y faltaban los componentes de la “Orquestina” El Kursaal, cerró sus puertas a primeros de julio de 1936 y ya no pudo abrir hasta septiembre de 1939 a los cinco meses de finalizada la contienda. Como prohibieron toda clase de extranjerismos, Juanito Estévez lo arregló, bautizándolo con el nombre de “Patio Andaluz” y comenzó una nueva andadura, hubo cambios en la plantilla, incorporó algunas atracciones en la pista, y siguió muchos años hasta el fallecimiento de Juan Estévez López.

Luego, la piqueta acabó con este precioso patio. La calle Obispo Fitero, actualmente ha cambiado de fisonomía, desde el empedrado y acerado, hasta la pared de frente del Kursaal, testigo mudo que fue, de entradas y salidas del local.

Del Kursaal Andaluz, no queda ni rastro, hay varias casas de nueva construcción muy bien cuidadas, la calle, es más transitada, predominando respetados jubilados, que acuden a la cita diaria del cercano Hogar del Pensionista, y algunos, con las sienes plateadas dirán. Aquí estuvo hace ya muchos años, el Kursaal o Patio Andaluz.

Referencias

  1. . José Rafael Solís Tapia en Córdoba en Mayo, año 1992.

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