Juan Ramón Reyes Rivero

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Juan Ramón Reyes Rivero

Alcalde

Juan Ramón Reyes Rivero
Nació el 27 de octubre de 1932. Su padre, Francisco Reyes González, ya había llevado en varias ocasiones la vara de Alcalde en la Colonia.

Historia del nombramiento

Entró en la vida política como miembro del Movimiento, formando parte del Ayuntamiento y ostentando a la hora de asumir la Alcaldía la condición de Teniente de Alcalde.

Los acontecimientos se precipitaron provocando la asunción de la Alcaldía por parte de Juan Ramón, cuando en una ocasión un numeroso grupo de alrededor de cuatrocientos jornaleros se presentaron e invadieron La fonda, el bar que regentaba el antiguo alcalde Antonio Águila, a quien se apodaba El guardia. Este hecho motivó que Antonio Águila presentara su dimisión irrevocable al Gobernador Civil alegando además su deteriorado estado de salud.

La junta electoral local se reunió el 16 de enero de 1976, bajo la presidencia del entonces Juez de Paz, Manuel Escudero, y formada por los vocales siguientes: Plácido Delgado, Francisco Rivero y Antonio Aragón, ejerciendo de Secretario el que entonces lo era del juzgado Francisco Tubío Adame. En aquella reunión y ateniéndose a la normativa de aplicación, y analizadas las características de los presentados, quedó establecido que la única persona de entre los posibles candidatos, que reunía los requisitos establecidos por la ley, era Juan Ramón Reyes Rivero, por lo cual fue proclamado candidato por unanimidad de los componentes de la Juntas Electoral.

Así que en la sesión extraordinaria celebrada por la Corporación municipal el día 1 de febrero de 1976, con la presencia del Delegado del Gobernador Civil, Antonio Saravias y Cabello de Alba, fue elegido por unanimidad por los concejales, recibiendo en el mismo acto la vara de mando de la Alcaldía. Juan Ramón juró su cargo como Alcalde en funciones y aceptó el difícil encargo de conducir los pasos del Ayuntamiento hasta que fuera asumido por una corporación de concejales elegidos democráticamente por las urnas en las primeras elecciones municipales de la Democracia española.[1]


Gobierno

Juan Ramón Reyes Rivero, 1977

No fue un lujo el coger la vara de Alcalde y llevar un ayuntamiento pobre hasta un momento histórico nuevo, y por muchos esperado, de la vía democrática.

El paro constituyó el problema número uno, y dada la coyuntura social en el campo no cabía otra salida que apostar fuertemente por el llamado entonces “empleo comunitario”. Con los recursos que se obtenían para ese fin se pudieron realizar no pocas obra de infraestructuras muy necesarias para Fuente Palmera y las aldeas de la Colonia.

La que recuerda más Juan Ramón fue la construcción del depósito de agua potable de Cañada de Rabadán, porque, al habérsele encargado la obra a Franco Rodríguez, éste al concluir el depósito y una vez blanqueado, puso su nombre “Franco” en la parte más alta del mismo, lo que ya entonces desató algunas protestas de los vecinos por lo ambiguo que suponía tal nombre, tras la reciente desaparición del Caudillo Franco.

Tras la construcción del depósito y las consiguientes conducciones de agua potable en ese mismo anejo, se procedió, también con dineros del empleo comunitario y muchas manos trabajando, a meter el alcantarillado, del que por entonces no sólo carecía de él la Cañada del Rabadán, sino Peñalosa, Silillos y otras aldeas.

Otra obra que produjo gran satisfacción a Juan Ramón en su periodo de gobierno fue la construcción del consultorio médico de la calle Écija, que permitió que los médicos y el practicante que hasta entonces recibían en sus casas a los pacientes de la Seguridad Social, pudieran disfrutar de un local digno en el que ser atendidos.

No menos satisfacción fue para él, aunque les costó algunas denuncias por parte de los recalcitrantes, poner en marcha la Comunidad de Regantes para abordar el proyecto más significativo para Fuente Palmera de finales del siglo XX, el riego de unas 5.000 hectáreas de terreno que iba a suponer un cambio radical en la economía de la Colonia y en las estructuras de explotación de su agricultura. Los recalcitrantes decían que traía más cuenta regar con gaseosa que con el agua del Guadalquivir dada la necesidad de bombearla desde el río hasta una estación de distribución. Desde el Ayuntamiento se asumió la dinamización del proyecto en el que participaban y creían numerosos agricultores de la Colonia donde la tierra está muy repartida. Desde la Alcaldía Juan Ramón y desde su condición de primer presidente de los comuneros, propició la confección de los estatutos y los impulsos necesarios de la administración, viajando a Sevilla en varias ocasiones para convencer de la bondad del proyecto a las autoridades. Por fin se vino con las manos llenas con la concesión del canon de agua, y la posibilidad de una financiación asumible mediante subvenciones, aunque era un paso costoso para muchos labradores. Más tarde cuando la comunidad estuvo más afianzada, fue elegido para Presidente Juan del Campo, quien continuó con varias mejoras la consolidación del proyecto de Riego.

Juan Ramón está convencido de la importancia de generar un clima de diálogo; gran parte de los problemas sociales gravísimos a los que tuvo que hacer frente, tratando de dialogar con representantes de cada una de las aldeas cuando se presentaban en la plaza, pudo sortearlos felizmente, soportando en no pocas ocasiones que los parados se plantaran en la puerta de su casa, haciendo ruido con sus herramientas, (palaustres, escardillas, legonas, etc.) sobre el acerado desde primeras hora de la mañana para recordarle que estaban parados. En algunas ocasiones hizo frente personalmente incluso adelantando dinero para poner en marcha proyectos del empleo comunitario, porque no llegaban los dineros, si bien la necesidad era apremiante.

Con todo reconoce que fue para él un aliado el que la gente no llegara a más porque todavía estábamos en el periodo de transición a la democracia y cierto temor existía aún que evitaba presiones mayores.

Son muchas las cosas que se quedan en el tintero, pero también la relación de obras de calles, arreglos de alcantarillados y en particular la conquista que supuso el que la gran cantidad de personas paradas pudieran acudir en autobuses hasta la sierra para trabajar en la limpieza del bosque (los pinos, básicamente en Villaviciosa), pero también en la la RENFE, en los canales de riego… que alivió enormemente el paro continuado que padecía periódicamente la Colonia.

No fue un alcalde nacido de la democracia, pero se puede decir que jugó un importante papel en el difícil proceso y en la compleja andadura que suponía no ser ya un alcalde de la dictadura, sin tener todavía el apoyo democrático de los votos. Rebuscando en las actas del Ayuntamiento de aquellos años, seguramente nos sorprenderá el papel de árbitro que hubo de desempeñar en tantas situaciones de aquella época ambigua y conflictiva a la que se enfrentó con entereza.[2]


Predecesor:
Antonio Águila "El guardia"
Alcalde de Fuente Palmera
1979 - 1984
Sucesor:
Antonio Díaz Aguilar




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Referencias

  1. El Colonial, periódico independiente. Diciembre 2010. Elekap.
  2. El Colonial, periódico independiente. Diciembre 2010. Elekap.
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