Templo romano
El templo romano situado en el ángulo formado por la calle Claudio Marcelo y Capitulares, no es el único que la ciudad tuvo, pero si fue posiblemente el más importante de todos, así como el único conocido por excavación arqueológica. El monumento es un templo pseudoperíptero, hexástilo y de orden corintio de 32 metros de largo por 16 de ancho.
En la zona ya habían sido encontrados elementos arquitectónicos, tales como tambores de columnas, capiteles, etc... todo ello de mármol, por lo que era conocido como los marmolejos.
Esta zona de Córdoba pudo constituirse entre el siglo I y el siglo II, como el foro provincial de la Colonia Patricia, título que recibió la ciudad durante la dominación romana.
Samuel de los Santos, entonces director del Museo Arqueológico, y Félix Hernández fueron los directores de la excavación, en 1951. La interpretación de los restos que iban siendo descubiertos fue realizada por el arqueólogo Antonio García y Bellido.
Situación actual
Las formas que vemos hoy día son el resultado del proyecto de reconstrucción llevado a cabo a mediados del siglo XX, en los años 50 y 60, tras el descubrimiento y puesta en valor de los restos hallados durante la construcción del Ayuntamiento. Lo que actualmente contemplamos se debe a las reconstrucciones llevadas a cabo por el arqueólogo Antonio García Bellido y el arquitecto Félix Hernández. Tanto los pilares como los fustes fueron construidos para la reconstrucción por Félix Hernández.
Lo más destacado del conjunto son los cimientos: los que sustentaban el edificio propiamente dicho y los contrafuertes delanteros, dispuestos en forma de abanico y apoyados en un muro (parte del cual es hoy visible en el Ayuntamiento), creaban un soporte para evitar que se desplazase por el peso del conjunto, construido completamente en mármol. Este tipo de sujeción, llamada antérides, no era frecuente en el Imperio, lo cual supone un valor añadido al conjunto cordobés. Las antérides, junto a los masivos cimientos del templo, nos hablan de la magnitud que debió tener el conjunto, ampliamente visible desde la Vía Augusta, principal vía de entrada por el este, que corría paralela al Circo Romano.
Alrededor pueden verse algunos fragmentos originales del templo, tales como piezas de tambores o capiteles. Otros restos fueron llevados al Museo Arqueológico para su mejor conservación, como algunos relieves que allí se exponen, y donde también se hallan algunos de sus capiteles, mientras que varios fustes de sus columnas los podemos en la Plaza de las Doblas.
Descripción histórica
El templo fue construido a lo largo de la segunda mitad del siglo I d.C.. El conjunto comenzó a construirse en época del emperador Claudio (41-54) aunque no se culminaría hasta el reinado de Domiciano (81-96 d. C.), momento en el que se le dota de agua. Sufrió algunas modificaciones en el siglo II, reformas que parecen coincidir con el cambio de ubicación del foro provincial que se traslada al entorno del actual convento de Santa Ana.
El material empleado fue casi exclusivamente mármol, desde las columnas a los muros, pasando por la cubierta y el entablamento. La calidad del mármol y de la talla del mismo nos hablan de que su construcción fue llevada a cabo por artesanos con altísima cualificación, situando el resultado al nivel de los más bellos edificios del imperio. Delante del templo, ante las escaleras de acceso al mismo, le situaba el ara o altar, lugar donde ser realizaban las prácticas religiosas.
Vista satélite de los restos. Marcado en línea azul, el perímetro aproximado de las galerías porticadas que redeaban tres de los cuatro flancos de plaza del templo. |
El templo se situó en el límite de la Colonia Patricia, en la zona donde se ubicaba parte del lienzo oeste de la muralla. Las construcciones del interior, al igual que el lienzo de muralla, fueron destruidos para su construcción.
El terreno fue allanado, creándose una terraza artificial donde se dispuso una plaza en medio de la cual se alzaba el templo.
La plaza estaba cerrada en tres de sus lados, el norte, este y sur (así lo indican los restos encontrados bajo el edificio situado en la esquina de Claudio Marcelo con Diario de Córdoba, mientras que la oeste quedaba abierta para conectar visualmente con el Circo.
Algunos estudios sugieren que entre ambas zonas existía una terraza intermedia que interconectaría ambos espacios.
Interpretación
Aunque no se tienen datos documentales, la situación del templo en la plaza porticada abierta al circo, ha llevado a los investigadores a identificar el templo como parte del conjunto dedicado al culto imperial, esto es, a los emperadores romanos divinizados.
El 29 de mayo de 2007 el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía declara el conjunto Bien de Interés Cultural.
Enlaces externos
- Ficha del conjunto en web Simulacra Romae, con recreaciones y planimetría del conjunto
- Seminario de Arqueología de la Facultad de Filosofía y Letras
- El Templo romano de la Calle Claudio Marcelo en Artencordoba.com
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