Manuel Montero Jiménez

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Manuel Montero Jiménez, profesor de vaciado y moldeado de la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Córdoba.

Fallecido en Córdoba, a los 83 años, el 16 de mayo de 2009.

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Maestro a la antigua usanza, y miembro de toda una gran generación de docentes de artes aplicadas, en una época donde existía ese trato íntimo, hoy infrecuente, que surgía entre maestro y alumno, donde se conjugaba, al mejor estilo renacentista, la enseñanza con la relación personal, en el convencimiento de que los discípulos eran los futuros portadores de la antorcha, los elegidos para que no se perdieran ni las tradiciones ni los conocimientos acumulados en tantos siglos de creación artística.

Cualquier trabajo que te encarguen por pequeño, ingrato o mal pagado que esté hay que acometerlo como si fuese el último de tu vida; como si el mañana no existiese para ti".

Este era uno de los muchos consejos que acostumbraba a dar a sus discípulos Montero Jiménez, cuya actividad se expandía más allá de las aulas y en Prefabricados Montero, empresa fundada por él en 1958, pionera en la manufactura de la piedra artificial artística, encontramos nuestros primeros contactos con el siempre difícil mundo profesional, y junto a la que seguimos participando en múltiples ocasiones como en el monumento alegórico al yacimiento ibérico de Torreparedones en Baena, el dedicado a María Isidra Quintina de Guzmán en la localidad de Guadalcázar, el monumento a San Rafael en el estadio de fútbol Nuevo Arcángel, o el dedicado a la ciudad de Palma del Río, sito en la entrada de dicha localidad.

Los escultores José Manuel Belmonte Cortés y Francisco Fernández Valenzuela, firmaron el 25 de mayo de 2009, en Diario Córdoba el semblante de profesor y concluyen diciendo:

Desde aquí queremos hacer público nuestro agradecimiento hacia él por la entrega, la pasión, la rigurosidad, y la iniciación a los múltiples secretos del milenario arte del vaciado y moldeado, así como por haber compartido con nosotros tantos momentos entrañables llenos de humanidad y verdadero afecto que nos hicieron crecer como personas, como profesionales y como artistas.
Ahora sabemos que para que los sueños se conviertan en realidad, hay que trabajar con energía, constancia y con toda la dignidad con la que él trabajó durante toda su vida.
Y sabemos que el verdadero premio a una trayectoria como la suya no está aquí, en la Tierra, sino detrás de las puertas del Olimpo de las Bellas Artes, descanso de titanes que tallan eternamente la piedra para dominarla y doblegarla a la belleza de las formas.

Referencias

  • Diario Córdoba 25-5-2009

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