Taberna Casa Villoslada

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Casa Villoslada, taberna desaparecida que se encontraba ubicada en la esquina entre la plaza de San Pedro y la calle Agustín Moreno, antigua calle del Sol.

Esta taberna estaba situada estratégicamente entre el barrio de San Pedro y barrio de Santiago, cruce de viandantes, por lo tanto taberna de paso. Se caracterizaba por la calidad de sus vinos y por la amabilidad del mozo que la regentaba.


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Recuerdos de la taberna [1]

Casa Villoslada está situada haciendo esquina una fachada a la calle del Sol, hoy Agustín Moreno , y las otras dos puertas a la plaza de San Pedro. Esta calle del Sol tiene la virtud de que por su situación geográfica y orientación de la calle, desde que el sol sale hasta que se pone, está dando en ella, de ahí viene este antiguo nombre puesto por el pueblo.
Aquí se encuentra esta famosa y antigua taberna de Villoslada, famosa por sus vinos y su clientela.
Desde que yo la conocí hasta hoy ha habido varios mozos encargados del negocio, en la actualidad ya lleva tiempo José Morales, más bien conocido por el alias de Avisnaga desde sus tiempos de futbolista en el Córdoba por los años 42 y 46.
Pepe lleva el negocio muy bien atendido con una magnífica y conocida clientela, tanto del barrio como transeúnte.
Goza de buena calidad de vinos, de la buena situación del establecimiento por la profusión de la calle de comunicación que allí coincide, su variedad de aperitivos y la amabilidad del trato de Pepe el tabernero.
Hace muchos años por los 34 al 36, nos reuníamos unos cuantos amigos, todos estudiantes en las vacaciones de verano en la taberna, para irnos después al río a bañarnos en el Molino de Martos de procedencia romana que hay a la salida de la calle el Viento, que nos costaba 25 céntimos gozar de la frescura del molino y la custodia de las ropas. Entonces el río corría limpio, sin contaminación, sus aguas se podían beber con tranquilidad y frescura natural.
A la caída de la tarde en aquellos atardeceres volvíamos a esta taberna donde ya por costumbre el tabernero nos había preparado un magnífico picadillo de tomate, que con el apetito que traíamos del baño, devorábamos con avidez.
Llegó el año 36, la guerra, y ya no volvimos a reunirnos para nuestro veraneo cordobés, unos fuimos movilizados e incorporados a nuestras unidades de destino y otros les sorprendió en la zona republicana y desaparecieron, mucho supe después que huyeron a Francia y que de allí a la América Latina, de algunos tuve noticias años después; de Antonio Luque, que había terminado en junio del 36, su licenciatura de Filosofía y Letras, recibí una carta donde estaba de profesor de Historia en la Universidad estatal de México; otro Luis López , estudiante de 5º de Medicina, supe por su hermano que hay muerto en México, de una operación de apéndice.
Ahora, después de tantos años, cuando voy por esta taberna, los recuerdos a todos, y me invade el sentimiento de aquellos años y amigos perdidos.


Referencias

  1. "Memorias Tabernarias". Manuel Carreño Fuentes en Diario de Córdoba. 19 de noviembre de 1989

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