Confitería La Perla

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La Perla y su fachada a las Tendillas

La Perla, fue confitería, pastelería y cafetería. Se encontró situada en la manzana entre la plaza de las Tendillas, la calle Málaga así como la calle Sevilla.

El café la Perla. Años 1880 - 1910

Su origen se encuentra en fundación de la cafetería La Perla el 12 de mayo de 1887 por parte de los señores Vazquez y Reina[1].

El establecimiento fue posteriormente comprado por el empresario proveniente de Carmona, José Fernández Vasallo y su esposa, Rosalía Vergara Sánchez quienes poseían en la calle del Realejo desde el año 1879 una confitería y pastelería.

La cafetería mantuvo una pequeña sede en la calle Gondomar número 14, al menos durante los años 1891 y 1892[2], aunque su local señero siempre se encontró en la manzana compuesta por las calles Gondomar y la Málaga, llegando hasta la plaza de las Tendillas, acogiendo todos los bajos de la misma. El establecimiento llegó a contar con salas de billar que daban a la calle Málaga.

La decoración del local estaba compuesto por un salón lleno de espejos que se acompañaban de divanes rojos para el esparcimiento de los propios artistas, literatos y periodistas. En ellos mantenían tertulias destacados cordobeses de la época como por ejemplo Julio Romero de Torres. Destacaban entre los servicios el café proveniente de la isla de Puerto Rico, así como por los helados de estilo alicantino.

Durante los primeros años de existencia, fue café cantante, en los que según Manuel Cobos [3] germinó el origen del flamenco en Córdoba, además de actuar de manera constante quintetos y tríos de música. Sin embargo, la visita del famoso cantaor flamenco Silverio Franconetti al Café Popular durante la primavera del año 1886, donde llevó a cabo actuaciones de flamenco parece ser el origen de la misma.

Años 1910 - 1950. La confitería La Perla. Los años dorados

Tras el fallecimiento del patriarca en 1904, la madre y sus hijos se hacen cargo del negocio. En el año 1912 el negocio fue ampliado abriéndole la confitería tan recordada por parte de los cordobeses del primer medio de siglo. Tal y como cuenta la crónica del Diario de Córdoba[4]


Invitados atentantemente por su propietario José Fernández Vergara tuvimos el gusto de visitar el nuevo local donde ha instalado su acreditada confitería , la cual abrirá hoy, contigua al café de La Perla Dicho local, amplio y con todas las condiciones que requiere la higiene, está decorado con verdadero lujo y elegancia, que acredita el buen gusto de su dueño Parte principalísima del exorno acredita, asímismo, la renombrada fábrica de cristales y espejos de don Basilio Paraíso, sobresaliendo además de las magníficas lunas que adornan los muros una vidriera artística notable Los únicos elementos que se han utilizado en la instalación son el mármol, el cristal y los metales para hacer más fácil y más completa la limpieza (...)

Según Francisco Solano[5] fue uno de los hijos del matrimonio, Enrique, quien viajó por toda Europa para tomar ideas decorativas como las vidrieras con angelotes, los frisos de escayola, los espejos, el mostrador de mármol con aplicaciones de bronce, entre otros. Fue precisamente la labor de los hermanos Fernández Vergara (José, Enrique y Antonio tutelados por su madre Rosalía Vergara, los que hicieron de la Perla uno de los sitios más señores de la ciudad de Córdoba, especialmente por su centralidad, espaciosidad y su "sabor".


"Córdoba poseía una cafetería con un amplio salón capaz para sentar a más de un centenar de parroquianos, en donde solían ir habitualmente cordobeses en su mayoría de la clase media, matrimonios bien avenidos, grupos de jóvenes a los que les agradaba charlar de arte y cultura en genral, y también forasteros que llegaban a la ciudad para vender o compar algo. Ese establecimiento era el Café de la Perla, que además tenía adosado una acreditada confiteria. En aquel café hacia las delicias con su música el maestro Pepe Fraguero. La Perla constituía un oasis para muchas familias cordobesas, pues allí hallaban donde solazar con darle a la sin hueso saludos, chismorreos y cuentos de callejas y callejones. Gente correcta era la clientela de La Perla, pero ahora bien, demostrativa de que no tenía nada que ver con la Córdoba pintada por un poeta que la motejó de callada y sola.[6]

El éxito de la confitería fue tal que hacia 1924 contaban con 3 sucursales: el Café del Gran Capitán, el Café Suizo en plaza de Cánovas y el Café Jardín en avenida del Gran Capitán, número 8.[7]

Confitería La Perla (años 70).jpg

Años 1950 - Años 1980

Cerró la cafetería en la década de los años 1950, siendo propietario uno de los últimos hermanos Rafael Fernández Vergara, cuando el edificio original fue demolido, ocupando el espacio como pastelería en la esquina entre los bajos del número 1 y número 4 de la calle Gondomar, así como en los números 1 y 3 de la calle Sevilla. Al fallecimiento de Rafael en el año 1972, su heredero, José Fernández Maestre continúa el negocio quien lo cierra definitivamente a prinicpios de los años 80.[8]

En su recuerdo el edificio del número 4 pasó a denominarse La Perla.

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Referencias

  1. La Perla. 13 de mayo de 1887. Diario de Córdoba. Disponible en Internet
  2. CABRONERO Y ROMERO, M. Guía de la provincia de Córdoba. 1891-1892. Página 257. Disponible en Internet
  3. COBOS RUIZ, Manuel: Historia de la hostelería en Córdoba. 2009. Editorial Almuzara
  4. La confitería La perla. Diario de Córdoba. 18 de mayo de 1912. Disponible en Internet
  5. SOLANO MÁRQUEZ, F.: Guía Secreta de Córdoba, páginas 54-55.
  6. MEDINA GONZÁLEZ, R.. Diario Córdoba. 13 de mayo de 1990
  7. Publicidad, en la revista Córdoba Libre, número 103, 30 de agosto de 1924, pág. 12.
  8. Testimonio escrito, envíado a Cordobapedia por Antonio Fernández Pérez, nieto del propietario de la Confitería La Perla

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