Las Aceras de los Casinos y los "Limpias"

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Las Aceras de los Casinos y los "Limpias"

Recuerdos Cordobeses [1]

Color, flores, cuyo perfume nos embriagan, cielo azul, buen sol y... la revista Córdoba en Mayo en la calle, nos avisan de que la Feria de Mayo está aquí, y mientras mi amigo Juan Montiel Salinas lo quiera, yo gustosamente traigo a estas páginas mis sencillos escritos. Porque uno, tiene la edad que tiene, y le gusta plasmar aquí recuerdos de su niñez, los casinos Círculo Mercantil, Club Guerrita y Círculo de Labradores que con la Parroquia de San Nicolás de la Villa daban comienzo a la calle Concepción, arteria principal para -entrar en aquellos tiempos, años treinta y tanto- a la feria, va a ser el principal tema de lo que sigue.

En los días feriales, este cruce tomaba un ambiente extraordinario yo, a esta zona le tengo un gran cariño, por algo nací en el avenida del Gran Capitán, me bautizaron en San Nicolás, hice la primera Comunión en la Iglesia de San Hipólito, y la primera vez en mi vida que me presenté en un escenario ante un público, fue en el Gran Teatro, creo que está justificado el que yo hable así de mi época y del que fue mi barrio. Casinos hubo muchos en Córdoba, pero me centraré en los ya mencionados.

El Club Guerrita era chiquito y tranquilo con su salón que daba a la calle Gondomar, recuerdo al botones, que toreaba muy bien de Salón quiso ser torero, pero se quedó en mozo de estoques.

En los días feriales, las aceras de los casinos eran un hervidero humano, todos los sillones de mimbre ocupados y muchas personas de pie, y en las horas puntas se ponía de “bote en bote”, no faltando, los vendedores ambulantes como, el TUERTO DE LOS CALCETINES ofreciendo sus peines, y gomas para las carteras, el “tío del Gramófono” con sus última “placas”, el "Hombre Orquesta" que “tocaba” un pasodoble, imitando los instrumentos con la boca etc., etc... pero había unos simpáticos personajes, que eran, los Limpiabotas, Betunero o simplemente “Limpia”, a los que yo con todo respeto les voy a recordar. En la acera del Mercantil, había uno apodado SALTAMONTES, era joven, regordete, con cara de tomate, y los ojillos chiquitos, y muy enamorado, ponía la arquilla junto, a un árbol, y no había mocita, que pasara por allí, que no se fuera detrás de ella piropeándola graciosamente, esto producía el regocijo de los socios allí sentados.

Pero donde los limpiabotas, tenían su “cuartel general” era detrás del “Labradores”, que daba a la calle José Zorrilla, esta calle a su entrada por Concepción, hacía un “tacón” en cuyo rincón, había un clásico kiosco de prensa que regentaba muy jovencito, “Curro Gracia”, este Kiosco... lo continúan, pero delante de una entidad bancaria, edificada sobre el solar que ocupó durante muchos años, el Círculo o Casino de Labradores, -ha quedado claro…- pues bien.

Allí los “limpias”, ponían sus arquillas -algunas muy vistosas adornadas con clavos dorados que eran verdaderas obras de artesanía- y a esperar a la clientela, algunos los hacían “mejor” y se metían enfrente en Casa “El Bolillo” y había veces que “limpiaban” los zapatos con una “tajá” como un piano, en los betuneros, los había de todas formas, serviciales, graciosos, borrachines, etc...

Recuerdo los nombres y apodos de algunos, tales como: REMENTITOS, El CHATO FIMFLA, Rafael El GORDO, EL HABICHUELA, LEAL, etc... -éste se apodaba así, porque una vez se encontró una cartera conteniendo cierta cantidad de billetes de banco, y se la devolvió a su dueño- y había otro que le decían EL TELEGRAMA, por la forma que tenía de ofrecer sus servicios cuando pasaba por las mesas, decía así: - BETUNERO, CALZADO, LIMPIO, BRILLO, como pregonaba de esta forma, le pusieron ese apodo.

Y dejo para el último, un limpiabotas conocido por EL VIRI a éste le voy a dedicar más espacio, por su gracia natural, y sus buenos “golpes”. Era bajito y tuerto de un ojo, no estoy seguro de cual, pero era muy avispado, y se las “sabía todas” de él se contaban infinidad de anécdotas, de las que yo presencié y algunas que escuché, era un hombre muy práctico, lo mismo limpiaba unas botas, que hacía un recado, a pesar de todo, también era víctima de las bromas "pesadas" que se acostumbraban a dar en algunos ambientes, por ejemplo:

Se decía que en una Venta o Cabaret, donde acudía EL VIRI a prestar servicio dejó en un rincón la arquilla, y en un descuido le cambiaron la caja de crema para el calzado de color, por otra igual pero llena de excremento humano, todo el personal, músicos, camareros, artistas, etc,.. estaban pendientes de que algún cliente lo requiriera para limpiar, y así fue, después de dar el “dandi” una vez el zapato seco. EL VIRI, abrió -como no veía bien- la caja, le pegó un rebañón con los dedos y... ya se pueden ustedes imaginar la que se formó.

Una noche, estaba entonces EL VIRI, en el Kursaal Andaluz de betunero, lo mandaron a un encargo, serían las dos de la madrugada, y cuando regresó, se dirigió a los que estaban allí y les dijo: - SEÑORES, ALGO HABRÁ “PASAO”, ESTA “TO” EL COMERCIO “CERRAO”. Cuando se arrodillaba para limpiar un par, se pegaba un papel de fumar en el ojo tuerto y mirando al cliente le decía, ¡SE ALQUILA!, etc...

En Córdoba había muchos limpias, era el camino más rápido para ganarse la vida sin depender de nadie, había verdaderos maestros en el arte de limpiar y hacían hasta malabares con el cepillo, -quien de chiquillo no se ha parado a ver limpiar unos zapatos-.

Hoy en día esta profesión está casi extinguida, cerrados los salones de "limpiabotas", y apenas se ven, además en el mercado existen infinidad de productos para limpiarse los zapatos en casa en unos segundos, en la plaza de las Tendillas aún queda uno muy popular que es conocido por El MUDO, y además de ser un buen profesional, presume de tener la moto mejor pertrechada de Córdoba.

Un poco de todo se nos va, los casinos, unos desaparecieron, otro aún queda en pie, me refiero al Mercantil -pero un grupo de socios no se resistieron a quedarse sin su casino, y aunque más chiquito, se trasladaron muy cerquita-. También existen rumores de que el CASINO CIRCULO DE LABRADORES, pueda abrirse de nuevo, ojalá fuese así.

La calle José Zorrilla, se transformó por completo y perdió todo su encanto, pero nuestra FERIA DE MAYO, aún continua -y por muchos años- en su sitio de origen con el mismo esplendor de siempre...

Referencias

  1. . José Rafael Solís Tapia en Córdoba en Mayo , año 1983

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