Colegio de Santa Catalina

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Fachada a la plaza de la Compañía del colegio Santa Catalina

El Colegio de Santa Catalina fue un colegio creado en 1553 por la Compañía de Jesús y que estuvo funcionando como tal hasta la expulsión de los jesuitas en 1767. Se convirtió en el primer colegio que la orden jesuítica tuvo en Andalucía y siendo por méritos el colegio más importante de la orden junto al de Sevilla. Se ubica donde actualmente se encuentra el conocido como colegio de la Inmaculada en Córdoba

Situado en un gran complejo arquitectónico entre las calles Santa Victoria, Plaza de la Compañía y la Calle Juan de Mena, y unido a la iglesia de la Compañía, en la collación del Salvador.

Origen del colegio de Santa Catalina

Francisco de Borja, comisario de la Compañía de Jesús para España, exploró establecer un colegio en Sevilla debido a su dinamismo económico y conexiones con el Nuevo Mundo. A pesar de los esfuerzos, la falta de fondos y jesuitas cualificados retrasaron los planes. Ignacio de Loyola había aprobado en 1549 un colegio en Jerez de la Frontera, que no se materializó por falta de recursos. Propuestas adicionales surgieron en 1552 para colegios en Granada, Montilla, Córdoba, Baeza y Osuna.

Los esfuerzos se consolidaron con la ayuda de Catalina Fernández de Córdoba, II Marquesa de Priego y casada con el III Conde de Feria, quien negoció con el ayuntamiento de Córdoba la donación de bienes para el colegio. San Juan de Ávila, cuyas escuelas en Córdoba se habían convertido en un centro de estudios generales, facilitó la transición de sus instalaciones a la Compañía en 1551. La marquesa negoció por su cuenta el apoyo del Ayuntamiento cordobés al proyecto, el cual se tradujo en la concesión de una renta de 600.000 maravedíes y de 6.000 ducados para la futura fundación. La marquesa logró interesar en su pretensión también al deán Juan de Córdoba, abad y señor de las villas de Rute y Zambra, quien ofreció las llamadas Casas del Agua, situadas frente a la Mezquita Catedral, valoradas en cerca de 30.000 ducados, siendo por ello reconocido más adelante como fundador del Colegio. [1]

Carta fundacional del primer colegio jesuita en Andalucía

"Plano del colegio Santa Catalina (1787)"

La apertura oficial del colegio ocurrió el 11 de diciembre de 1553 siendo la carta fundacional del colegio San Francisco de Borja, primer nombre del colegio, firmada el 24 de enero de 1554 por Antonio Suárez de Figueroa y Fernández de Córdoba "Antonio de Córdoba"; Jerónimo Nadal, vicario general de la compañía de Jesús y por el deán Juan de Córdoba, está archivada en el Archivo Histórico Provincial de Córdoba. Esta carta fundacional incluye la que querría convertirse en futura Universidad:

  • Al menos existirían las facultades de Cánones, Leyes y Medicina.
  • Los estudios serían gratuitos para los alumnos, al menos para estas facultades.
  • Para la selección de catedráticos la Compañía podría “poner edictos en las universidades que os pareciere” y los candidatos tendrían que opositar. El tribunal de selección estaría compuesto 5 letrados que podrían venir de fuera de Córdoba si era necesario.
  • Que la iglesia del colegio quedaría bajo la advocación de Santa Catalina, a quién el deán Juan de Córdoba tenía mucha devoción y “teniendo el dicho colegio el nombre de Jesús”.

Antonio de Córdoba, hijo de la promotora del proyecto y quien era ya jesuita es nombrado primer rector del colegio, llamado Santa Catalina en honor a la madre de éste así como la veneración que Juan Fernández de Córdoba tenía hacia esa santa. Las obras de construcción del colegio comienzan en 1555 trasladándose definitivamente el 23 de junio de 1555 y terminan en 1604. Durante este tiempo, comienza a edificarse la iglesia del Colegio.

Importancia del colegio

El colegio de Santa Catalina de la Compañía de Jesús se encuentra en el s. XVI a la cabeza de los colegios andaluces junto con el de Sevilla, no solo por el número y la formación de sus profesores, sino también por la cantidad de alumnos que asistían. Respecto al profesorado, en 1591 el colegio cuenta con 66 jesuitas: 22 eran sacerdotes, 26 hermanos escolares y 18 hermanos coadjutores. De entre ellos 7 se dedicaban a la docencia y eran maestros. El interés por un profesorado de calidad no se daba en otros colegios andaluces de la Compañía. De hecho, en el colegio de Sevilla de los 11 profesores, 6 eran maestros.[2]

En 1563, el colegio de Santa Catalina en Córdoba contaba con 650 estudiantes, cifra que aumentó hasta los 800, llevando a los jesuitas a limitar nuevas admisiones debido a la insuficiencia de espacio en las aulas. A pesar de estas restricciones, en 1588, el número de alumnos alcanzó los 1.000.

El Colegio de Santa Catalina se destacó rápidamente por la calidad de su enseñanza, ofreciendo cátedras en Teología, Moral, Sagrada Escritura, Filosofía, y cuatro de Artes. Aunque hubo un momento en que se consideró el potencial para convertirse en universidad, la oposición de otras órdenes religiosas impidió la realización de este proyecto, el cual se abandonó definitivamente en 1567. Sin embargo, en 1586, los jesuitas sostenían que el seminario de Córdoba no tenía nada que envidiar a los prestigiosos seminarios de Salamanca y Alcalá.

Entre los estudiantes más distinguidos del colegio se encontraría Miguel de Cervantes (*Córdoba/Alcalá de Henares, 1546-1547) quien se cree que pudo haber estudiado allí en algún momento así como Luis de Góngora (*Córdoba, 1561)

Además, la biblioteca del Colegio de Córdoba se catalogaba como grande para los estándares jesuitas, albergando 6.854 obras y 10.213 volúmenes, cifras que subrayan su importancia y magnitud en ese periodo en comparación con otras de la época.

Acceso lateral antiguo colegio de Santa Catalina

El centro de Córdoba como Campus Univesitario Jesuita. El colegio de la Asunción

Las actividades educativas de los jesuitas en el Colegio de Santa Catalina se extendían también al cercano Colegio de Nuestra Señora de la Asunción, actual Instituto Góngora, una institución originalmente fundada por Pedro López de Alba, quien fue médico de Carlos V. Este colegio fue establecido como una escuela para niños pobres interesados en convertirse en sacerdotes. Los estudiantes de este colegio asistían a clases en el colegio de la Compañía de Jesús, donde los jesuitas no solo impartían enseñanza sino que, por deseo expreso del testamento del fundador, también participaban en su administración. Eventualmente, en 1725, los jesuitas asumieron por completo la dirección del Colegio de Nuestra Señora de la Asunción.

Expulsión de los Jesuitas y cierre del colegio (1767)

Los 43 miembros de la Compañía de Jesús que residen en el colegio de Santa Catalina en 1752 han de abandonar España quince años más tarde, siendo expulsados en abril de 1767. Sus nombres ya no aparecen en el censo de Floridablanca.

Bibliografía

  • CORTÉS MARTÍNEZ, Francisco José, “La Compañía de Jesús en Córdoba : el Colegio de Santa Catalina”, en Repositorio Institucional de la Universidad Loyola, 2017. Disponible en línea.


Referencias

  1. El Colegio de Santa Catalina de Córdoba de la Compañía de Jesús. LOZANO NAVARRO, J.J. Encrucijada de mundos: Identidad, imagen y patrimonio de Andalucía en los tiempos modernos. Proyecto de Investigación de la Universidad de Sevilla. Accedido el 11 de mayo de 2024
  2. CORTÉS MARTÍNEZ, Francisco José, “La Compañía de Jesús en Córdoba : el Colegio de Santa Catalina”, en Repositorio Institucional de la Universidad Loyola, 2017. Disponible en línea.

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