Rafael García Velasco

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Rafael García Velasco
Rafael García Velasco


Nace el 14 de febrero de 1919 en Pedro Abad (Córdoba), desde muy pequeño se traslada a la capital. Siempre se distinguió por ser un cordobés que cultivó las esencias más profundas de su tierra. Amante de todo lo que exaltara a Córdoba tenía una sabiduría de lo popular y social fuera de lo común. Por ello narraba lo acaecido en las décadas que le tocó vivir, especialmente entre los años veinte a los cincuenta.

Conocedor de los acontecimientos de la ciudad y de los hechos relacionados con personajes populares, tales como: tabernero, cantaores, toreos, cocheros, taxistas, camareros y betuneros, le permitieron tener una visión muy amplia de lo que fue el casticismo y provincianismo de la capital cordobesa.

Algunos de los personajes citados llegaron a ser sus amigos. Se enumeran algunos nombres de personas que fueron más allegadas a él, como: Antonio Cañero Baena, el rejoneador; Juan Barasona Santaló, artista en taxidermia; Manuel Carreño Fuentes, el bohemio; Gabriel Chastang Marín, el que tuvo principios toreros en los años treinta y fue hijo del dueño del Café Chastang; Rafael Raya León, subalterno del toreo y poeta; el piquero, Manuel López Casares "Manolillo"; el periodista, Juan Montiel Salinas; Manuel Salcines López, escritor y académico; el cantaor no profesional, Ricardo Moreno Rodríguez "Onofre"; Luis Melgar Reina, escrito y flamencólogo; el dueño de las bodegas y Taberna El Gallo, Manolo García Zamora, y un etc. interminable.

Por esa memoria clarividente y por las vivencias compartidas con esos famosos personajes, fue reclamado, en su ya edad avanzada, en diversas publicaciones para plasmar mediante escritos y entrevistas todos esos acontecimientos y hechos costumbristas. Colaboró en la revista Córdoba en Mayo y la taurina Toreros. Profesionalmente ejerció como empleado administrativo en la Delegación Nacional del Trigo.

Fue uno de los 15 socios de la Peña Los Clásicos entre los años 1933 a 1936, se reunían en la taberna de la Sociedad de Plateros de la calle Málaga, hoy calle Cruz Conde. Tuvo Rafael arranques finos como cantaor flamenco, sobre todo en los palos por Soleares y Alegrías de Córdoba. El guitarrista catedrático del Conservatorio Superior de Música de Córdoba Manolo Cano, contaba, que no las había oído con tanta pureza y hondura como las cantadas por Rafael. Él mismo decía que intentaba seguir la línea de “Ricardo Onobre”, y concluía como dice un clásico: “Se ha “j´echo” lo que se ha “podío”.

Llegó a ser el presidente de la Asociación Amigos de las Ermitas entre los años 1989-1995. En su mandato impulso con la Junta de Gobierno el amor por esa maravilla mística y exegética que está enclavada en un lugar privilegiado de Sierra Morena. Fue uno de los organizadores del famoso “Perol de Habas” que todos los años se realizaba en el mes de abril en la puerta del Desierto de las Ermitas.

Rafael García Velasco era una persona entrañable, tenía el don de la sencillez y de la buena amistad, eso acompañado en su ser de buen cristiano que tanto significaba para él. Estos dones, y su sabiduría cordobesa las cultivó hasta su muerte acaecida el 13 de mayo de 1999.

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