Francisco Salinas Diéguez

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Francisco de Paula Salinas Diéguez (Córdoba, 1872) fue empresario, ganadero y político. Diputado a Cortes en 1933 por el PRR.

Biografía

Hijo de Rafael Salinas Pérez (Córdoba, 30 de noviembre de 1828), tabernero, se crio en la plaza de la Corredera, número 3, donde tenían el domicilio familiar. Su padre fue concejal del Ayuntamiento de Córdoba en las Elecciones Municipales 1889 en Córdoba. Para esa época ya era empresario de éxito y vivía en calle Alfonso XII, número 65. Pagó al fisco 1.638,05 pesetas, el segundo ciudadano más rico del distrito 6º.

Casado con Mercedes Casana, fueron padres de Francisco Salinas Casana (n. c. 1900).

Francisco de Paula Salinas Diéguez fue propietario agrícola y ganadero. Comenzó como perito agrícola y llegó en 1926 a ser presidente del Colegio de Peritos Agrícolas en Córdoba e igualmente presidió dicho cargo a nivel nacional. Como profesional conquistó la fama de convertir tierras difíciles en fincas fértiles, en las que la producción alcanzaba límites excepcionales. A él se debe la introducción en el campo cordobés del cultivo del algodón. Fue un defensor del abono orgánico y de la mecanización agrícola y entre sus múltiples facetas, le dio notoriedad la relacionada con la crianza de vinos en la que era un experto, mediante la cual formó escuela.

Concejal del Ayuntamiento en 1909 y 1911, en enero de 1912 sustituyó al nuevo alcalde, Salvador Muñoz Pérez, como vocal en la Junta Municipal del Censo Electoral y en enero de 1913 pasó a ser diputado provincial. Fue conocido por su actividad política, siendo en la Segunda República un destacado miembro del Partido Republicano Radical, por medio del cual, alcanzó a ser diputado a Corte en las legislatura republicana de 1933-1935. Perteneció a la logia masónica “Turdetania”.

En 1931 fue nombrado presidente de la Cámara Agrícola de Córdoba.

Guerra Civil

En los acontecimientos ocurridos en el 18 de julio fue detenido y encarcelado durante unos días, puesto libertad, (posiblemente por la gestión de su yerno capitán de artillería o por ser un destacado miembro de la oligarquía terrateniente cordobesa) estuvo un tiempo en “cuarentena”, llegado Don Bruno le impuso una multa cuantiosa de 15.000 pesetas como “purificación por su republicanismo de derechas”. Junto a él salvaron la vida sus antiguos compañeros de partido, los industriales Francisco Hierro Aragón y Juan Peinado Reyes, éstos tuvieron igualmente que pagar multas abultadas. Se le vio por las calles de Córdoba junto a los antes mencionados con el uniforme de la Guardia Cívica, demostración fehaciente de su arrepentimiento, u obligados por las circunstancia en razón lógica de salvar sus vidas.

Falleció en Córdoba el 1 de julio de 1954.

Sus sobrinos Enrique Salinas Anchelerga y Rafael Salinas Anchelerga estuvieron en la tarde del 18 de julio en el cuartel de artillería como voluntarios en apoyo al levantamiento militar, gesto que les valieron cargos políticos como presidente de la Diputación el primero y alcalde de Córdoba el segundo y ambos diputados de las Cortes franquistas.

Su sobrino-bisnieto José Miguel Salinas Moya, ya en la democracia, llegó también a tener puestos de importancia política, como el ser diputado en Cortes, presidente de la Diputación cordobesa por el PSOE, diputado autonómico y vicepresidente de la Junta de Andalucía.

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