Obispo Trevilla

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Pedro Antonio de Trevilla
Obispo Trevilla.jpg

Obispo de Córdoba
1805-1832

Nacimiento: 1755
Carranza (Vizcaya)
Fallecimiento: 1832
Córdoba

Contexto histórico

Décadas: 1800 - 1810 - 1820 - 1830

Pedro Antonio de Trevilla, nace en Carranza (Vizcaya) en 1755. Obispo de Córdoba entre 1805 y 1832, año en el que fallece. De carácter despótico , se hará célebre tanto por su afrancesamiento durante la ocupación francesa así como por su prohibición en 1820 de la celebración de procesiones durante la Semana Santa. No obstante, llevó a cabo diferentes reformas como la de descubrir el Mihrab de la Mezquita Catedral quitándole la capilla que tenía asociada, tal vez influido por algún orientalista afrancesado, o, directamente francés.

Córdoba bajo ocupación francesa (1810-1812)

El día 23 de enero de 1810 el ejército del general francés Víctor hacen su entrada en una ciudad que bien recordaba los saqueos , crímenes y excesos cometidos por las tropas francesas un año y medio antes. Tres días más tarde, el rey intruso José I Bonaparte, entra en la ciudad y es recibido por el obispo y todo el clero en la Catedral. En ésta se le cantó un «Te Deum», y el penitenciario Arjona, el mismo que había compuesto una poesía a Castaños, le declamó una oda . Además, el obispo Trevilla le entregó las insignias francesas perdidas en Bailén.

Al igual que otros canónigos tuvieron parabienes con los ocupantes, Trevilla nombró un canónigo francés y se celebraron oficios religiosos con motivo de las onomásticas de Napoleón y su hermano José. Y a éste, el obispo y cabildo le entregaron un millón de reales para financiar la guerra, convencidos de apoyar al bando ganador y considerando el levantamiento español como una sublevación del populacho.[1]. En resumidas cuentas, el prelado vasco Trevilla fue un redomado traidor, indigno del episcopologio cordobés, como en el siglo XX su paisano Cirarda.

Prohibición de celebración de la Semana Santa

El año de 1820, primero del Trienio Liberal, se toma como punto de partida, por la secretaría de Gobierno del Real y Supremo Consejo de Castilla dictó una Carta Orden de fecha 18 de febrero de 1820 a los miembros de justicia de las ciudades y pueblos del Reino para que auxiliasen a los obispos en el arreglo de las procesiones de Semana Santa. Tuvo por función esta normativa el evitar los escándalos motivados en años anteriores producidos por la tensión política que había sufrido el país en los reinados de Carlos IV y Fernando VII, habida cuenta que las procesiones se convertían en lugar para protestas por parte de elementos liberales, contra los serviles absolutistas.

El entonces obispo de Córdoba Trevilla, dictó en virtud de la aludida Carta Orden un Reglamento fechado el mes de mayo siguiente para su observación en toda la diócesis. En virtud de dicho escrito quedaron reducidas las procesiones de Semana Santa de Córdoba capital a una sola, que había de celebrase en la tarde del Viernes Santo. Dicha procesión había de salir de la parroquia del Salvador y Santo Domingo de Silos, cuyo párroco y clero tendría obligación de asistir a dicho acto.

Asímismo, prohibía el Reglamento el uso de palio, y se ordenó que las imágenes llevasen vestidos correspondientes a la gravedad que representaban cada una, que no llevasen alhajas alguna ni piedras preciosas, oro, plata, etc., así como que concluída la procesión cada Hermandad devolvería la imagen que acompañaba a la iglesia a la que pertenecía, "procurando hacerlo con la mayor decencia, decoro y respeto".

Esta prohibición causó tal malestar entre la población de toda la provincia que hubo localidades como Cabra, Baena, Castro del Río o Fernán Núñez en las que un acuerdo entre el Ayuntamiento y el vicario del pueblo permitió procesionar a las hermandades.

Los vecinos de Montemayor también celebran la Semana Santa, éstos sin pedir permiso a nadie, pero la prohibición sí fue cumplida en la mayoría de los pueblos de la provincia, que llegaron a estar 30 años, como en el caso de Córdoba, sin procesiones en Semana Santa. Aún así, el espíritu cofrade sobrevivió a este obispo vasco, maligno e indeseable, y aún a sus sucesores, hasta la restauración de las estaciones de penitencia de las Hermandades y Cofradía en 1850.

Otros

Referencias

  1. PRIMO JURADO, JJ.Paisajes y personajes cordobeses. Ocupación francesa y el obispo Trevilla. ABC Córdoba. 24 de enero de 2010
  2. ROMERO DE TORRES, Enrique: Aportaciones para la Historia de la Catedral de Córdoba, en Boletín de la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba, n.48 (1944), pp. 83-88 Repositorio de la Real Academia de Córdoba


Predecesor:
Agustín Ayestarán y Landa
Obispo de Córdoba
1805-1832
Sucesor:
Juan José Bonel y Orbe

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