Historia de Alcaracejos

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La villa de Alcaracejos toma en 1488 el título de Villa, en virtud del cual se le concede jurisdicción y justicia propias, sin perder el derecho sobre los bienes comunales de las Siete Villas de los Pedroches.

Origen del nombre de Alcaracejos

Según D. Miguel Asin Palacios, el término Alcaracejos tendría su literal traducción castellana en su geónimico frutal "El cerezuelo", porque "Alcázar" en árabe quiere decir cereza. Todo contribuye a que atribuyamos a la localidad una ascendencia hispano musulmana. (Artículo en el Diario Córdoba de Eugenio Solís).

En esto mismo abunda Juan Ocaña Torrejón, que opina que estos pudiera reforzarse con el viejo nombre de Allozo (Almendro) que tuvo el pueblo vecino de Villanueva del Duque. Sin embargo, el Padre Fita lo identifica con un antiguo emplazamiento romano. En este caso, por su proximidad a otros dos lugares con restos romanos (Ladrillar y cerro del Santo) que pudieron ser recintos amurallados (uno como poblado o villa, otro para extraer los metales de las fundiciones). El pueblo tomaría el nombre del lugar de los Alcaracejos aunque en una descripción de la vida de la localidad hecha por el Ayuntamiento en 1887, se dice: En algunos documentos se le ha dado indebidamente el nombre de "Alcaracejos". Y el diccionario hispano americano editado en Barcelona en 1887 lo deriva de la voz árabe de Los Alcaracejos. La Enciclopedia Universal Ilustrada Europea Americana lo deriva de la voz árabe de Alcázar.

Algunos lo derivan del vocablo árabe de "Alcharac"(Campanilla) .

Ramírez De Las Casas Deza lo deriva de la palabra árabe "Al caria" (Aldea). Esto coincide con quienes ya situaban ciertas ventas a la orilla del camino de Córdoba a Almadén, en época romana y que continuasen en época árabe y después. Y que por ser varias y pequeñas, se le aplicase en plural y en diminutivo la palabra al caria o alquería. También esto explicar lo del nombre de "Mojino" dado a los habitantes, pues al ser varias pequeñas alquerías, muy próximas, pero no juntas semeja las costumbres de los mojinos, aves que viven en pequeños grupos en las zonas de encinas.

Por último, también lo derivan de la palabra "Alcázar Viejo". El almanaque del obispado de la diócesis de Córdoba del año 1875 dice: "según la tradición que en el pueblo se conserva, el Califa Abdu -R- Rahaman II, mando construir al P.O. del Valle de los Pedroches, distante 74 Kms de Córdoba un suntuoso Alcázar que le sirviera de descanso cuando venia a sus recreos de caza de conejos y perdices. Tras la reconquista, pastores oriundos de Pedroche fueron construyendo chozas en sus inmediaciones, designando el sitio con el nombre de Alcázar Viejo, que dio lugar al nombre actual por degeneración del primitivo".

Esta última versión no explica el porque del plural de Alcaracejos así como tampoco aparecen en las cercanías restos árabes que justifiquen la existencia de un Alcázar. Las personas mayores cuando hacen referencia al cerro del Castillo, suelen referirse al ya citado del río Cuzna, del cual corre una leyenda por el pueblo de que en una cueva de dicho cerro, hay un tesoro encerrado y defendido por un encantamiento de una mora que se convierte en fiera. Varios han sido los vecinos que han salido en copias de los carnavales por haber ido a buscar el tesoro.

Institución como villa

Después de la Reconquista, y ya con el nombre actual, fue un anejo de Pedroche, sin que le afectara las donaciones que de los territorios del valle, que lindaban con los suyos, se hicieran a los señores de Santa Eufemia y Belalcázar.

A finales del siglo XV (se supone en 1488) adquiere como sus actuales pueblos vecinos, el titulo de Villa, en virtud del cual se le concede jurisdicción y justicia propias, sin perder el derecho sobre los bienes comunales de estos poblados, que por ser los únicos que quedaron en esta fecha dependientes del cabildo cordobés y no de los señores vecinos, se les dio a todos ellos el nombre de Las Siete Villas De Los Pedroches.

En 1487 los vecinos de Alcaracejos se hallan entablando un duro pleito a causa de querer librarse de la jurisdicción de Torremilano, cosa que realmente consigue al año siguiente constituyendo su propio concejo. Se sabe que en 1557 se celebró en Alcaracejos una reunión de las Villas para formular y aprobar una ordenanza, en la que entre otras cosas se respetaba la distribución de los rendimientos de los bienes comunales (Dehesas de la Jara Ruices y Navas del Emperador) tomando como base en número de vecinos de cada unos de estos pueblos: Alcaracejos, Añora, Pedroche, Pozoblanco, Torrecampo, Torremilano y Villanueva de Córdoba. Más adelante, cuando Felipe IV decreta ser de su pertenencia estas tierras, se reúnen el 11 de enero de 1644 en la ermita de Piedrasantas de Pedroche las representaciones de dichas villas para tratar de comprarlas y Alcaracejos envió a esta reunión a sus alcaldes D. Francisco Pérez Campanero y D. Mateo Sánchez Cerro con su escribano D. Francisco Fernán­dez Franco. El día 6 de julio de dicho año se adquirió la propiedad de ellas previo pago de doce mil ducados en el plazo de cuatro años (la dehesa se denominó de la Concordia por esta causa),. La componían: 28.747 fanegas del marco cordo­bés, 46.960 fanegas del término de Obejo y 6.950 fanegas de parti­culares llamadas de Labrados.

En 1660, junto con el resto de Las Villas De Los Pedroches, es vendida por Felipe IV al Marqués del Carpio, revirtiendo de nuevo a la corona en 1747.

En 1649 su población fue víctima de una asoladora peste, quedando reducida a su tercera parte. (Almanaque del Obispado 1875) (3). El mismo almanaque continua diciendo: hoy consta de 10 calles denominadas: Padrón, Plaza, Empedrada, Cerrillo, Morcón, Santo, Cumbre, Realejo, Pilar y Fuente. Tiene una parroquia dedicada a San Andrés, extensa, de muy buena construcción y sólida bóveda. Su construcción es árabe, de mampostería, situada al saliente y su fachada principal mira al oeste. El altar mayor es dorado de muy buena talla, venerán­dose mucho en ella una imagen del Rostro Divino. El libro de bautismos alcanza a 1554; el de matrimonios a 1578 el de defunciones a 1615. A inmediaciones de la parroquia se halla el antiguo cementerio, que en 1842 se trasladó cerca de la ermita de la Magdalena. El posito municipal creado en 1563 y reedificado en 1785 se conserva en muy buen estado y forma una manzana en medio de la plaza, conteniendo sus paneras 1200 fanegas de trigo. Hay muchos y abundantes pozos, princi­palmente el llamado del moreno que se halla situado al sur y del que se surten los vecinos por sus exquisitas aguas.

En el diccionario de D. Pascual Madoz (Madrid 1845) se dice entre otros lo siguiente: su posición es alegre y sus alrededores, así como su interior, se hallan amenizados por multitud de morales, muy buenos huertos, olivos y árboles frutales que hacen una vista agradable. Del sobrante de agua de la fuente del Moreno sale una cañería que va a derramar en un pilar construido en 1803 y abastece dentro del pueblo a todos los ganados. 234 vecinos: 936 habitantes dedicados a la agricultura, ganadería y arriería; se hacen muy buenos quesos y algunas bayetas y paños; celebran la fiesta votiva, con gran fervor, por la peste que recuerda, el día de San Nicolás de Torentino.

Del antiguo templo de San Andrés, queda la portada en el interior del actual y una campanilla de bronce con relieves muy gastados que dice: "Emony Me Fectt-Anno , 1569." Según estos y otros restos de columnas, la antigua parroquia podría datar de finales del siglo o principios del XVI. Posible­mente su estilo sería el gótico mudéjar.

Las viviendas más antiguas datan de la segunda mitad del siglo XVIII según fecha de los dinteles, aunque en la calle del Morcón hay alguna con arco que parece más antigua. En la zo­na de Jarales hay una casilla muy antigua sin datar su origen, que por su singular construcción (bóveda de lanchas de pizarra con contrapeso) se le llama la casilla de bóveda.

Siglo XIX

A principios del siglo XIX, estuvo por este término uno de los siete niños de Écija, y por morar en la cueva que hay frente al puerto Calatraveño, la cueva lleva su nombre: cueva de Juan Palomo.

En 1814 y ante el cariz que tomaban las cuestiones sociales referentes a las comunidades de bienes de los municipios, Añora, Torremilano y Alcaracejos, celebran reunión sus repre­sentantes en la huerta Las Lindas, acordando disolver las comunidades de los bienes, propios, adjudicando a Alcaracejos el predio arcibejos, que por ser de inferior calidad a los otros, se obligaban Torremilano a entregar anualmente 650 reales y Añora 930 al concejo de Alcaracejos.

Por igual motivo y con el mismo fin se reúnen los delegados de Las Siete Villas en el lugar de costumbre el 17 de Abril de 1836 y acordaron adjudicar a cada villa la parte proporcio­nal de aquella dehesa; tomando para ello como base el número de vecinos de cada uno en 1835 y la renta media de cada finca en los últimos veinte años, norma que ya se había seguido en el reparto anteriormente citado. Alcaracejos figuró con 306 vecinos y le fueron adjudicadas las siguientes: Rozas Viejas, Garabato, Alcornoquejo, parte de Majadillas, 3ª parte de Hardal y Rincón, lo que hizo un total de 111'256 reales. Poco después el Estado vendió a particulares estas tierras lo que acaso beneficio a sus moradores. (Notas de D. Juan Ocaña).

El almanaque del obispado de 1875 dice que en la fecha, Alcaracejos tiene un hospital de la caridad en estado ruinoso y dos escuelas elementales donde se educan' unos 100 niños de ambos sexos.

Siglo XX

A caballo entre los siglos XIX y XX coinciden en Alcaracejos dos hombres ilustres por propios méritos: José Ventura Fernández, maestro nacional al que por su labor pedagógica el gobierno de Alfonso XIII lo nombro caballero de La Orden de Alfonso XII. De él, la inspección de enseñanza primaria dejó escrito:
"prototipo de maestros entusiastas y técnicos pedagogos de envidiables dotes, para modelo de funcionarios perseverantes, que se entrega sin reservas al desempeño de su misión dificilísima, dedicando lo mejor de su vida, su vida entera de maestro, puede decirse, a educar un pueblo en la escuela y fuera de ella con el acierto y el fruto que corres­ponde a los sacrificios sin tasa y al amor a la niñez por encima de todas las cosas".



Don Juan García Arévalo e Hijosa, articulista en la revista se­manal de Madrid llamada Madrid Cómico en la que se firmaba con el seudónimo: Julio Arcanaga Ravé que son las letras de su nombre con otra disposición. En 1921 el Gobierno de S.M. Alfonso XIII le concede la Cruz de primera clase de La Orden Civil de la Beneficencia por los servicios prestados como médico de la localidad.

En el semanario liberal demócrata "La Defensa" Pozoblanco 19 de Abril de 1922, entre otra dice: una vez impuesta la cruz, el señor Ventura leyó unos versos, escritos con exquisito gusto y gran maestría en los que cantaba las virtudes y alto méritos del homenajeado, haciendo después hechos relevantes historia de los relevantes, meritísimos por los que el Gobierno se había dignado otorgar esta recompensa. Luego el doctor Herruzo nos deleitó con su palabra elocuente y sugestiva, encomiando la labor del señor García-Arévalo cuya vida austera y ejemplar había sido todo ella de fortaleza, de caridad y abnegación que es lo que premia La Cruz De Beneficencia. En la segunda mitad del siglo XIX, el caciquismo ejercía sus influencias para mantener inalterables el mapa electoral que le era favorable: Carta del Gobernador Civil de Córdoba, que contribuyó a fabricar la mayoría ministerial de la provincia en las primeras Cortes de la restauración y que obra en el archivo del congreso como prueba remitida por el candidato de la oposición, Félix García Gómez De La Serna, para impugnar las elecciones del distrito de Pozoblanco:

"El Gobernador de la Provincia de Córdoba" (Particular) 10 de Enero de 1876

Sr. Alcalde de Alcaracejos. Mí estimado amigo:

Ha llegado a mi, noticias que las gentes que trabajan por el candidato de oposición, entre otras falsedades que inventa para conseguir su objeto es la de que hechas las elecciones se cambiaran los ayuntamientos en su favor. Si los ayuntamien­tos faltan al Gobierno de seguro sucederá así, pero si cumplen como espero con su deber apoyando con todas sus fuerzas al candidato ministerial, diga V. al de su presidencia que puede estar seguro de que nadie le ha de cambiar, que yo se lo afirmo en nombre del Gobierno..."

Segunda República

En marzo de 1934 se celebró la Semana Santa. En la tarde del Viernes Santo se efectuó la procesión del Santo Entierro. La tradicional fiesta de trasladar la Virgen de Guía a su santuario, que se celebra el Domingo de Resurrección, revistió ese año gran esplendor. Durante la misa, el coadjutor Antonio Fernández Caballero pronunció un sencillo sermón.[1]

En abril de 1934 la inspectora de educación Emilia de Miguel concedió dos votos de gracia a dos maestros de la localidad, Francisco Rodríguez Márquez y Antonio Fernández del Hoyo.[2]

Guerra Civil

Durante el alzamiento militar del 18 de julio de 1936, en los primeros momentos la localidad fue controlada por las derechas. Las circunstancias cambiaron el 15 de agosto del mismo año en Alcaracejos, pasando a manos republicanas durante casi todo el resto de la guerra. Ese mismo día se rindió Pozoblanco y las fuerzas derechistas y guardias civiles que se hallaban allí concentradas de los pueblos de alrededor, bajo el mando del capitán de la G. Civil Rodríguez de Austria. Unas de las principales batallas de la república tuvo lugar en esta zona. La celebre batalla de Pozoblanco, entre marzo y abril de 1937. Queipo de Llano lanzó la ofensiva el 6 de Marzo para dejar vía libre hacia el Santuario de la Cabeza y las minas de Almadén. Desde Peñarroya salieron dos columnas dirección Villanueva del Duque. De Espiel hacia Alcaracejos salió la columna Gómez Cobián y de Villaharta, la del coman­dante Fermín Hidalgo. En la operación surgieron dos imprevistos. La resistencia inesperada de las Brigadas Republicanas: 20, 25, 73 y 74 además de un gran temporal de lluvias.

El día 10 de marzo de 1937 lograron entrar las tropas franquistas en Villanueva del Duque, soportando después 4 días de contraataque republicano con las brigadas 20 y 25, y la artillería montada por el capitán Blanco Pedraza, hasta el 15 de marzo en que una columna nueva salida de Espiel, al mando del teniente coronel Manuel Baturone Colombo logró rebasar el puerto Calatraveño y entrar en Alcaracejos, forzando la retirada de los republicanos hacia Pozoblanco. Según la prensa falangista, se recogieron y enterraron más de 400 muertos republicanos.[3]

El día 17 los franquistas llegaron a dos kilómetros de Pozoblanco. El teniente coronel Joaquín Pérez Salas que estaba mando de Pozoblanco evacuó al vecindario la noche del 17 al 18 y rehízo la línea con las fuerzas del sector. El 18 de marzo, con la entrada en escena de la aviación republicana, los pequeños tanques modelo t-26 y las primeras unidades de refuerzo de la 52 brigada de Almería, se salvó la situación crítica. El 24 de marzo, el mando republicano lanzó la contraofensiva hasta recuperar y sobrepasar el terreno perdido, continuando las fuertes luchas el resto del año por puntos de la sierra como la Chimorra.

Tras la derrota republicana en la batalla de Valsequillo en enero de 1939, el día 26 de marzo de 1939 comenzó ya la ofensiva de la victoria que no encontraría ya resistencia alguna y el mismo día 26, el cuerpo de ejército Andalucía entraba en Alcaracejos, terminando así la guerra.

Franquismo

Dada la situación de ruina en que quedó el pueblo tras la contienda, el municipio de Alcaracejos fue reconstruido en su totalidad mediante las inversiones que realizó la Dirección General de Regiones Devastadas y Reparaciones (DGRDR), el organismo que sustituyó, en agosto de 1939, al Servicio Nacional de Regiones Devastadas y Reparaciones (SNRDR), creado en enero de 1938. Entre otros, se recuperaron los siguientes edificios: Ermita de San Andrés (en sustitución de la parroquia destruida), un grupo escolar de cuatro aulas, un grupo de 22 viviendas y una casa cuartel de la Guardia Civil.

Se reactivaron las minas del municipio, aumentando de nuevo su población. En 1953 tenía 2.809 habitantes de hecho y en 1960 tenía 3.011. Por los años 60 empezaron a parar las minas, y como consecuencia bajó su población.

Transición Democrática

En 1981 Alcaracejos contaba con 1.439 habitantes y en la fecha actual de 1987 son de hecho 1.524 habitantes con 474 casas habitadas y 220 cerradas o habitadas en vacaciones.

Por la abundancia de aguas que hay en el término se ha poblado con numerosas casas de campo y de recreo.

Alcaracejos ha mejorado mucho en cuanto a servicios y conti­nua siendo un pueblo limpio y alegre.

Siglo XXI

Referencias

  1. Alcaracejos. Religiosas, en el Diario de Córdoba, 6 de abril de 1934, pág. 1.
  2. Alcaracejos. Votos de gracia, en el Diario de Córdoba, 6 de abril de 1934, pág. 2.
  3. Después de la toma de Alcaracejos, en el diario Azul, 17 de marzo de 1937, pág. 5.

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