Vicente Martín Romera
Vicente Martín Romera | |
Médico | |
Nacimiento: | 1889 Madrid |
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Fallecimiento: | 8 agosto 1936 |
Profesion: | Médico cirujano |
Contexto histórico | |
Décadas: 1920 - 1930 |
Vicente Martín Romera fue doctor enn Medicina y médico de la Beneficencia municipal; además fue político socialista durante la Segunda República muriendo fusilado el 8 de agosto de 1936.
Nace en Madrid en 1889 teniendo con a 8 hermanos de los cuales cinco fallecen a corta edad lo que posiblemente influyó en su decisión de ser médico.
Se licencia en medicina en la Universidad Central de Madrid en 1910 donde conoce al médico cirujano Alejandro San Martín y Satrústegui, médico cirujano de origen navarro y catedrático de Patología Quirúrgica además de político del Partido Liberal y que había sido ministro, en su día, de Instrucción Pública y Bellas Artes. Esto posiblemente le influyó para pertenecer en Huesca a las juventudes del partido Liberal. Completó su formación en Alemania desde donde viajó para visitar diversos centros médicos en Rusia y otros países europeos.
A su regreso fue médico-cirujano en el Hospital de Huesca, además de establecer un Consultorio de Cirugía General en la calle Coso Bajo 41 en la misma ciudad.[1]
Casó con la zaragonzana Emilia Simón López, cuyos padres fueron el director de la sucursal del Banco de España, Valeriano Simón Pérez y Dolores Gómez López (†1923)[2]. Vivía en la calle María Cristina
Médico en Córdoba (1916 - 1936)
Su estancia en Córdoba se remonta al menos al año 1916 cuando ya se conoce que opera con éxito de apendicitis a José Soria Infante en Villaviciosa de Córdoba[3] y como solicita que sea nombrado médico especialista en radioelectrología de la Beneficencia Municipal de Córdoba[4].
En el año 1921 renuncia a su cargo de médico de guardia en el hospital de los Agudos de la Beneficencia Municipal.[5] yéndose ese mismo verano durante dos meses[6] a visitar consultorios en Italia, Suiza o Francia. [7]
En el año 1922, se pide por sus compañeros se le conceda la Gran Cruz de Beneficencia por haber injertado parte de su propio piel en la de un enfermo para que este no perdier la misma[8] siéndole concedida en agosto del año 1923[9]. Para tal efecto, además, se abrió una suscripción popular que alcanzó las 14.652 pesetas[10] y que le fue entregada el 5 de mayo de 1924. Se le dio una cena de homenaje en el Círculo de la Amistad donde particparon entre otros, el presidente del colegio de Médicos, Francisco Bueno, los ex-concejales Manuel Tienda Argote, Luis Ruiz de Castañeda y Francisco de Paula Salinas Diéguez, así como el que fuera alcalde de Córdoba, Sebastián Barrios Rejano, el médico de Montoro, José León García y los doctores Ricardo Pérez Jiménez y Manuel Caballero entre otros muchos llegando hasta los 70 comensales[11]
Más tarde fue cirujano del cuerpo médico de la Beneficencia Provincial de Córdoba, en el Hospital de la Misericordia, así como jefe de la enfermería de la plaza de Toros (1923)[12]
Médico prestigioso, considerado en Córdoba como el "médico de los pobres" y "médico de los toreros", siendo médico de Ignacio Sánchez Mejías o de Juan Belmonte[13].
En el año 1931 fue nombrado académico correspondiente de la Academia de las Ciencias Médicas.
Inquietudes políticas. Desde las juventudes del partido Liberal al PSOE. II República. Diputado del Frente Popular
Juventudes del partido Liberal
A Vicente le interesó la política desde joven. Ya en Huesca fue presidente de la Juventud Liberal, la rama juvenil del Partido Liberal fundado por el político progresista Práxedes Mateo Sagasta. Este partido implosionó en 1931,
Miembro del PSOE
En Córdoba tiene los primeros devaneos con la izquierda desde marzo de 1931 cuand acaude a la manifestación en favor de la aministía junto a otros como Eloy Vaquero Cantillo, Francisco Azorín Izquierdo, Joaquín García Hidalgo, Francisco Salinas Diéguez, Antonio Hidalgo Cabrera, Juan Palomino Olalla, Ramón Carreras Pons, José Guerra Lozano, Bernardo Garrido de los Reyes, Antonio Jaén Morente, Rafael León Priego, Francisco Castro Zafra, Manuel Ruiz Maya entre otros muchos[14]
Con el advenimiento de la II República, forma parte en la creación de una milicia cívica formada por estudiantes y obreros[15] y participando desde abril de ese mismo año en actos socialistas como el que tuvo lugar en Hornachuelos el 25 de abril[16] y donde versó sobre lo siguiente:
- El doctor Romera dijo que es un obrero de la inteligencia y, por tanto, compañero de los que trabajan con su esfuerzo físico, a los que saludó dándoles el nombre de camaradas. Manifestó que nunca pudo sospechar que en Hornachuelos, un pueblo cuyo término tan inmenso bastaría para dar trabajo constante a un número de obreros tres veces mayor que el que tiene, no hubiera organización obrera para defender sus intereses. Sostuvo que la unión constituye la fuerza, siendo estéril el esfuerzo aislado, por lo que es preciso agruparse y hacer una fervorosa propaganda de las ideas, para que germinen y den el fruto apetecido que se traducirá en el mejoramiento de la clase obrera. Aseguró que la naciente República, con su régimen de libertad, coadyuvaría al desenvolvimiento de las ideas societarias en pago de la ayuda que los socialistas le han prestado para llegar a su proclamación. Se dice —continuó— que la República se ha instaurado por evolución sin derramamiento de sangre, pero esto no es cierto; en su alumbramiento, como en todos los de la naturaleza, hubo sangre, pues se inició en los sucesos de diciembre corriendo la sangre generosa sobre las nieves de Jaca; la sangre es un gran elemento de cultivo y la germinación de las ideas que con ella se segaron fue pronta y fecunda, para el bien y la prosperidad de España.
Alcanza la secretaría de las Agrupaciones Socialistas de la provincia de Córdoba a finales de noviembre de 1931[17]. En la asamblea del 22 de febrero de 1932 se pidió su dimisión "por llevar en el partido poco tiempo de afiliado".[18] Ideológicamente pudo ser en sus inicios era uno de los hombres de Francisco Azorín Izquierdo, el líder moderado -y más bien prietista- del PSOE cordobés desde 1918 a 1936, aunque poco a poco parece que se convirtió más en un Largo Caballerista[19]
Viajó a Rusia en septiembre del 1933 y en octubre de ese año dio varias charlas sobre su viaje.[20];
Discurso pronunciado por Vicente Martín Romera en septiembre de 1934 en Torrelavega[21]
El domingo por la mañana, el doctor Romera, secretario de la Federación Socialista de Córdoba, ocupó la tribuna de la Casa del Pueblo. El acto fue presidido por el camarada César Fernández, quien tras breves palabras cedió la tribuna al conferenciante, quien comenzó su disertación bajo el enunciado "La última huelga campesina; sus resultados y enseñanzas". El doctor Romera declaró que por la prensa no ha sido posible darse cuenta de la importancia ni el resultado de este movimiento, pues a los periódicos obreros no se les permitía dar referencias exactas del mismo, y la prensa burguesa ha desfigurado la verdad, diciendo desde el primer momento que estaba fracasado. Hizo un relato de la capacidad sindical de los campesinos que fueron a las organizaciones obreras en avalancha en momentos de entusiasmo por el advenimiento de la República, o creídos que por haber en el Gobierno tres ministros socialistas y por las leyes tan liberales que en beneficio de la clase trabajadora dictó nuestro camarada Largo Caballero, ya habían conseguido todas las mejoras precisas para alcanzar una vida mejor. Pero al ver cómo lo adquirido les era arrebatado por el Gobierno actual, se sintieron con ansias de lucha por no perder lo conquistado, y bajo estos auspicios se gestó la última huelga, que fue inevitable, dado el ambiente de excitación que había entre los trabajadores del campo, pero que los dirigentes ya sabían que no habría de conseguirse gran cosa, debido a que pedían que desaparecieran los grandes latifundistas y se hiciera un reparto más equitativo del producto de la tierra, y esto no han de concederlo los Gobiernos burgueses; pero han sacado de este movimiento grandes enseñanzas, viendo que la gente del campo que no tenía una capacidad sindical bien definida ha aprendido a dar el verdadero valor a la organización y a rebelarse contra la clase opresora. Manifiesta que dos días antes de declararse la huelga detuvieron a todos los Comités directivos, y como entre los trabajadores del campo, por el Sur, la gran mayoría de ellos no saben leer ni escribir, temieron en principio que esta medida diera resultados favorables para quien la tomaba; pero lejos de ser así, los demás miembros se pusieron en movimiento, yendo a protestar ante el alcalde en cada pueblo, y si éste era del partido gubernamental, les contestaba llamando a la Guardia Civil y ordenando la detención, y donde el alcalde era socialista y se atendía a los trabajadores, era el gobernador quien le destituía y ordenaba las detenciones de campesinos, llegando hasta amontonar gente en las cárceles de manera brutal, pues hay en cada celda muchísimos más de los que humanamente pueden caber, y solamente en la cárcel de Córdoba están detenidos 890 compañeros por causa del movimiento aludido. Lee una carta que le dirigió un compañero dándole cuenta de los atropellos que les infligían en el pueblo al que el comunicante pertenecía, y diciendo que él estaba con el cuerpo lleno de cardenales, como los demás, por el mal trato de la Guardia Civil. Dice que después de maltratarlos de manera criminal se les obligaba a firmar documentos diciendo que eran bien tratados, y para llegar a conseguir estas declaraciones, se apelaba incluso a poner a los padres a sus hijos delante diciéndoles que poco les costaba dejar uno muerto por tiro de pistola y alegar después que el padre al tirar contra la fuerza pública había matado al hijo, y de este modo se valían para arrancar declaraciones contra la verdad, a los detenidos. Cuando íbamos a la cárcel a visitar entre las rejas a los compañeros detenidos, dice, se desnudaban y nos presentaban las huellas en su cuerpo de los latigazos que habían llevado. De parte de atropello dimita al médico de la cárcel, que lo comprobó, y horrorizado certificó la veracidad del caso, de cuyo certificado se mandó uno al juez y otro y reservamos otro, haciendo la denuncia oportuna, pero luego nos vimos sorprendidos con que en el juzgado no había presentado otro certificado de los presos, diciendo que las señales de mal trato eran debidas a que se las hacían entre ellos mismos dentro de la cárcel, lo que demuestra que una vez más se les obligó a firmar contra su voluntad; pero ante este hecho no tuvo ninguna eficacia lo denunciado por la Casa del Pueblo. Dice que tienen en una celda a varias mujeres detenidas por motivo de la huelga, en unión de seis prostitutas. Sigue relatando hechos similares, que demuestran lo horrible de la lucha sostenida por los trabajadores del campo, y dice que han aprendido estos que la clase burguesa no da nada, y se han dado cuenta del camino que deben seguir, y los dirigentes saben también que pueden contar con los campesinos para cuando sea preciso hacer una marcha sobre Madrid, no como la que han hecho ahora de regreso de las cárceles del Norte, pasando por la Puerta del Sol pacíficamente, sino que irán con las hoces desde Andalucía y el martillo desde el Norte, para juntarlos, y en un lazo estrecho aplastar todo lo que nos estorba, y en esta lucha se habrán acabado las diferencias que parecen dividir a los trabajadores de distintas ideologías, pues todos se darán cuenta que no hay que pensar más que en la conquista del Poder para la clase trabajadora, para desde los puestos de mando darle la orientación que más convenga al bien común, y de esta manera es como debe hacerse el frente único, sin hablarse de unas u otras conquistas, sino que hay que infraganti pensando en apoderarse de los mandos, pues desde allí han de conseguir las mejoras que convengan y es preciso en los momentos actuales no perder energías en luchas parciales, pues conviene guardarla toda para el instante decisivo, y mientras tanto es preciso que cada uno se disponga a actuar con el máximo de eficacia. Fue muy aplaudido. </div> |
Detención por la Revolución de 1934. Candidato a Cortes por el Frente Popular en febrero de 1936. Acta de diputado
Fue detenido por los acontecimiento revolucionarios de octubre de 1934. Con la llegada de las elecciones de febrero de 1936, obtiene acta de diputdo por la provincia de Córdoba al totalizar 156.204 votos.
Guerra Civil
Diputado elegido en las Elecciones de febrero de 1936 presentándose en la candidatura del Frente Popular por el Partido Socialista, en la tarde del 18 de julio de 1936, se encuentra Romera junto al alcalde de Córdoba, Manuel Sánchez Badajoz, el presidente de la Diputación José Guerra Lozano en el Gobierno Civil de la ciudad intentando convencer al gobernador civil Antonio Rodríguez de León de hacer resistencia frente al levantamiento militar. En ese encuentro se hallaban también el diputado socialista Manuel Castro Molina, el ex-diputado e intelectual Joaquín García Hidalgo y el presidente de Unión Republicana Pedro Ruiz Santaella.
No pudiendo resistir logró escapar con otros, escondiéndose en la conocida como Huerta de los Aldabones en la Ronda del Marrubial junto al alcalde, dos concejales socialistas: Pedro León, Francisco Copado Moyano, y Ruiz Santaella. Tras ser delatados sería fusilado el día 8 de agosto de 1936 con sus compañeros de partido Manuel Sánchez Badajoz, Pedro León Fernández y el también político de Unión Republicana, Pedro Ruiz Santaella.
La muerte de doctor Romera conmocionó a Córdoba, creando aún mayor terror del que había, especialmente entre los ciudadanos de clase humilde.
Hay que destaca el hecho a Vicente Martín Romera se le impuso la multa más alta de las establecidas en la provincia: 125.000 pesetas, que tuvo que abonar su familia para disponer libremente de sus bienes.
Otros
Fue presidente de la sociedad deportiva Athletic FC al menos en el año 1924[22]
Referencias
- ↑ Biografía de Vicente Martín Romera.
- ↑ El defensor de Córdoba : diario católico: Año XXV Número 7680 - 1923 mayo 8
- ↑ Diario de Córdoba de comercio, industria, administración, noticias y avisos: Año LXVII Número 20410 - 1916 junio 25
- ↑ Diario de Córdoba de comercio, industria, administración, noticias y avisos: Año LXVII Número 20472 - 1916 agosto 27
- ↑ Diario de Córdoba de comercio, industria, administración, noticias y avisos: Año LXXII Número 31509 - 1921 marzo 1
- ↑ Diario de Córdoba de comercio, industria, administración, noticias y avisos: Año LXXII Número 31681 - 1921 septiembre 18
- ↑ Diario de Córdoba de comercio, industria, administración, noticias y avisos: Año LXXII Número 31627 - 1921 julio 17
- ↑ https://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/grupo.do?path=5010903&posicion=1&presentacion=pagina La voz : diario gráfico de información: Año III Número 781 - 1922 febrero 25
- ↑ La Libertad: Año V Número 1169 - 1923 agosto 30
- ↑ La voz : diario gráfico de información: Año IV Número 1406 - 1923 diciembre 28
- ↑ La voz : diario gráfico de información: Año V Número 1550 - 1924 mayo 6
- ↑ La voz : diario gráfico de información: Año IV Número 1208 - 1923 mayo 29
- ↑ Cazarabet conversa con... Pascual Martín Blanco, autor de “Doctor Romera. El médico de los pobres” (Utopía)
- ↑ La manifestación pro-aministía del Domingo. Diario de Córdoba de comercio, industria, administración, noticias y avisos: Año LXXXII Número 28947 - 31 Marzo 1931
- ↑ La voz : diario gráfico de información: Año XII Número 4116 - 1931 abril 18
- ↑ Diario de Córdoba de comercio, industria, administración, noticias y avisos: Año LXXXII Número 28969 - 26 Abril 1931
- ↑ Política: Año II Número 340 - 1931 diciembre 1
- ↑ Asamblea del Partido Socialista, en el diario La Voz, 23 de febrero de 1932, pág. 16.
- ↑ Cazarabet conversa con... Pascual Martín Blanco, autor de “Doctor Romera. El médico de los pobres” (Utopía)
- ↑ Gobierno Civil. Las propagandas sociales y políticas, en el Diario de Córdoba, 1 de octubre de 1933, pág. 1.
- ↑ La Región. Diario de la tarde de las izquierdas: La Región - Epoca 2ª Año XI Número 3974 - 1934 septiembre 13 (13/09/1934)
- ↑ Diario de Córdoba de comercio, industria, administración, noticias y avisos: Año LXXV Número 6409 - 1924 marzo 18
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