La feria de Córdoba desde el siglo XIX hasta 1936

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Cartel del año 1914

La feria de Córdoba se celebró durante todo el siglo XIX y hasta el año 1993 siempre en el real del Campo de la Victoria, conocido hoy en día como Jardines de la Victoria. La feria estuvo ligada principalmente al mercado de ganado que se celebraba en esas fechas y que era aprovechado por la ciudad para la instalación de todo tipo de casetas, tiendas y demás espectáculos en ese espacio.

La feria de mayo, como se comenzó a conocer desde el año 1890 por la fijación de los últimos fines de semana de mayo para su celebración, comenzó a destacar en importancia frente a otras ferias menores como la feria de Otoño o las verbenas de barrios o estivales.

A finales del siglo XIX comienza la tradición de creación de carteles artísticos pintados por artistas para conmemorar la feria. Es en esta época cuando el Ayuntamiento de la ciudad animó a artistas de la época a que presentaran bocetos para el concurso de creación de cartes. Entre otros, Rafael Romero de Torres o Julio Romero de Torres, se presentaron a los mismos. Concretamente este último fue el autor de los carteles de los años 1905, 1912, 1913 y 1916. Bodegas Campos como el Archivo Municipal de Córdoba cuenta actualmente con la mejor colección de carteles de la Feria de Mayo. (más información en carteles de la Feria de Córdoba)

La feria de mayo se aprovecha para la exposición ante la ciudad de cualquier tipo de evento empresarial, avance científico o artístico, como la organización de carreras de caballos, la Exposición de Regional de Industria y Arte de 1904 o la exhibición aérea de 1910, cuando se vio en Córdoba por primera vez volar aeroplanos por parte de pilotos franceses

Acontecimientos reseñables en la feria de Córdoba durante el siglo XIX

  • En el año 1820 la Feria adquiere un emplazamiento definitivo en el Campo de la Victoria (Jardines de la Victoria)
  • En el año 1852, siendo alcalde el Duque de Hornachuelos, hizo igualar a un modelo todas las tiendas, según su clase[1]
  • En 1855 la Feria se celebra entre los días 7 de mayo y 10 de mayo, hecho que desencantó a la población, no repitiéndose el experimento, y volviendo el año siguiente a las mismas fechas tradicionales.
  • En 1877, se construye la caseta del Círculo de la Amistad que será sede hasta el año 1993 de las celebraciones organizadas por esta sociedad.
  • En 1885. Se proyecta una tienda para el Ayuntamiento con estructura de hierro, cuestión que se complementaría años más tarde
  • En 1886, la feria se celebra entre los días 13 y 20 de junio. Ese mismo año, se instala un hipódromo en el cortijo del Algibejo
  • En 1887, la feria se celebra entre los días 31 de mayo y el 5 de junio. Se celebra en el hipódromo una concurso de "tiro al pichón" promovido por la Sociedad de tiro al pichón.
  • En 1890, se aprueba el cambio al 25 de mayo por petición de la Hermandad de Labradores pero es revocado al año siguiente, hasta que en el año 1905, se decide que será la fecha del 25 de mayo la que prevalezca, así hasta nuestros días.
  • En 1896, en las primeras horas de la noche del 24 de mayo se produjo un incendio desde una barraca, extendiéndose por toda el recinto Ferial quedado prácticamente destruido. No hubo que lamentar víctimas ninguna, pero cundió el pánico en toda la ciudad.

Crónica desde la feria de Córdoba (junio de 1884)

«Desde mediados de la semana anterior ya era visitada nuestra capital por un sinnúmero de forasteros, que dedicaban el tiempo unos a sus negocios y otros a visitar lo más notable de cuanto encierra nuestra población; y las fondas, casas de huéspedes y uo pocas casas particulares se velan el sábado, víspera del gran mercado, completamente licúas de huéspedas. »

En las primeras horas de la mañana del domingo comenzaron a llegar los trenes de recreo de todas las lineas férreas que afluyen a esta ciudad, y los andenes de la estación, así como los pintorescos jardines de la Agricultura, y los caminos inmediatos al Real, se vieron atestados de visitantes, y rebosando la alegría que es peculiar en este privilegiado suelo. Se dirigía cada cual a su hospedaje, llevando por todas partes la animación propia del carácter andaluz.

«La agradable temperatura que se dejaba sentir en el Real, ha hecho que se vea muy concurrido el hermoso campo de la Victoria durante las primeras horas de la mañana, que se invertían visitando la gran exposición de ganados de todas clases, que ocupaban la inmensa extensión que hay desde el campo de la Victoria hasta las tapias del cementerio de la Salud. »

La muchedumbre ha pasado alegremente las horas del día y la noche admirando el bello conjunto del Real, con su hermosa y brillante iluminación y los numerosos atractivos que a cada paso se observaban, contemplando la elegante y grandiosa tienda del Círculo de la Amistad, la del Ayuntamiento, la de la Diputación y las de sociedades y particulares. A1 lado de estas instalaciones se veían en línea recta porción de fondas, en donde se sirven comidas y bebidas por poco dinero, y en el extremo opuesto varias casetas, tiendas de bastones, de fotografías, etcétera, etc.

«Los espectáculos públicos también han sido muy favorecidos, viéndose en extremo concurrido el Gran Teatro, en donde es muy aplaudida la compañía de ópera que en él actúa, así como la del circo del Gran Capitán, con sus notables ejercicios gimnásticos. Las curiosidades instaladas en el Real también han estado bastante concurridas, especialmente la exposición de fieras, con sus funciones de perros, monos sabios y cabras, que hacían la delicia del público que llenaba siempre los asientos y localidades, como también las casetas en donde se halla instalada la Mujer Tigre y el Hombre Oso, los fantoches, el Circo ecuestre y otros espectáculos.»

Las ascensiones de globos y figuras aerostáticas y la función pirotécnica del primer día, reunió mucha concurrencia en aquellos alrededores. Respecto a los ganados, ha habido muchos tratos y cambios de todas clases, así como del material agrícola, realizándose bastantes ventas a buen precio. Las corridas de toros han sido buenas, y el público ha correspondido llenando el circo de la calle de los Tejares, y dejando a la empresa un resultado satisfactorio.

Desde el primer día, ha reinado la animación y el orden más completo. El Real ha estado ocupado por la muchedumbre a todas horas, destacando nuestras bellas mujeres con sus ricos y elegantes tocados en lujosos trenes arrastrados por briosos caballos.

Podemos decir con orgullo que nuestra feria es una de las primeras, si no la mejor, de España. Por eso, merecen mi enhorabuena, y la de todos los cordobeses, la autoridad local y la comisión que preside el teniente de alcalde Sr. D. Eduardo Álvarez y sus compañeros del Municipio por el éxito obtenido. Han logrado una gran ornamentación del Real, así como mejoras en todo lo concerniente a nuestro mercado, de gran renombre en todas partes.

Restándonos solo manifestar que las reformas llevadas a cabo este año han dado al Real un aspecto magnífico por su forma y por la buena dirección y celo que se ha visto en cuantas mejoras se han ejecutado. La iluminación de gas y luz eléctrica ha sido brillantísima, por más que el fuerte aire del domingo, y especialmente del lunes, haya evitado el lucimiento con todo su esplendor.

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Disposición de la feria del año 1887[2]


(...)Formando línea recta se levantan caprichosas tiendas, junto a la glorieta de Tejares, en las que se exopnen al público miles de de objetos en éste o parecido orden:

Productos de cerámica entre los que figuran la antigua y clásica jarra de la Rambla y otras cacharros; siguen las figuras de pasta (…); las rifas hoy en moda; las platerías, objetos de marmol, el clásico velón de Lucena y sombrillas y abanicos.

En la misma línea hay cinco elevados arcos, y se penetra en el lugar designado a espectáculos económicos.

Teatros mecánicos, figuras de cera, zarzuela a gran orquesta, comedidas chispeantes, baile y cante andaluz, panoramas, circo ecuestre, pabellón romano, y en un rincón el tio vivo, con su bombo y clarinete.

La niña gorda no se ha presentado en escena. ¡Qué desgracia para los que envidian la parte física de aquella mantecosa figura!

Luego siguen en la misma línea recta las tiendas en que se venden las corbatas a 4 y a 6 reales la pieza, escopetas de remington y otras armas; bastones, mantas, cuchillos atroces que ponen los pelos de punta al más valiente y otras frioleras. Luego la esbelta tienda del Municipio, y la de la Diputación Provincial; más allá el edificio en que se hall instalado el juzgado de instrucción, el servicio sanitario y las fuerzas del cuerpo de la guardia civil encargada del orden. A continuación la plataforma destinada a las bandas de música, la preciosa tienda de la empresa del gas, el salón-restaurant de Puzzini hermanos, la grandiosa tienda de hierro del Círculo de la Amistad, la del contratista de la colocación de tiendas en el real, la instalación de los productos de calderería y aparatos de destilación de Nicolás Pinzetti, muchas y bien preparadas buñolerías, y la mar de tabernas en miniatura. Esto con respecto a la parte derecha.

En la de la parte izquierda, que empieza en la Puerta de Almodóvar y termina en los Tejares, hay porción de tiendas de las llamadas a real y medio la pieza, con ración y todo; miles de juguetes, turrón de Gijona, peladillas, garrapiñas, bocas e islas frescas del día en que llegaron; más botijos de la Rambla, cocos, coquitos, avellanas del país, garbanzos tostados con su capa de yeso inclusive y para que de todo haya, también se venden jaquimas, cinchas, ataharres y demás efectos análogos. (...)

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Siglo XX (1900 - 1936)

En 1904 se hizo coincidir con la Feria, una Exposición Regional de Industria y Arte a petición de Carlos Carbonell y Morand.

El 25 de mayo de 1910, tuvo lugar en Córdoba la primera demostración de aviación, realizada por René Barrier y René Simón. Debido a una gran tormenta, sólo pudieron realizar un vuelo ese mismo día, dejando el resto para el día siguiente. Estos festejos no se celebraron en el propio Paseo de la Victoria, sino en el aeródromo de Turruñuelos. En 1911 se repitió un espectáculo aéreo por parte de Tizzier.

En el año 1924, y coincidiendo con la llegada de José Cruz Conde a la alcaldía del Ayuntamiento de Córdoba, se produce la primera acometida de electricidad para ser utilizada en la Feria, apareciendo las primeras casetas particulares. La crónica recoge que durante ese año, se instalaron millares de lámparas con pantallas de papel de colores, pendientes de cordones, cruzaban todas las direcciones los pasos, como guirnaldas de flores luminosas, dándole un aspecto verdaderamente fantástico. Durante este año se celebró el concurso de reinas de los barrios, para rendir homenaje a la belleza de la mujer cordobesa.

Atracción de feria
"...en el llano donde hoy se asientan los jardines del Duque de Rivas, se instalaban las barracas de espectáculos, las buñolerías, cerrado el marco por la larga fila de casetas de juguetes, de dulcerías y de joyas, que se extendían también por la otra acera del Paseo de la Victoria"(...)"Se decoraba vistosa y artísticamente la Puerta de Gallegos, y de noche, la iluminación menos espléndida que ahora, envolvía el paraje en un tono un tanto crepuscular y poético de noche serena y andaluza bajo el plenilunio del florido Mayo..." [3])


Atracción de feria
"...Mañanas de mercado con sus escenas típicas de tratos, picardías y gracejo gitanos; desfile de caballos piafantes, coches enjaezados, automóviles señoriales, jinetes flamencos, amazonas tocadas con el castizo sombrero cordobés, jacas postineras de Cañero, tenduchos de trajinantes y toda la confusa algarabia del ferial, con sus imprecaciones y sus risas, sus pregones o cantares, bajo un sol deslumbrante (...) Los botijistas -forasteros llegados a la ciudad por fecrrocarril en covoyes especiales denominados "trenes botijo" invaden los paseos; háblase de toros y toreros. En la aristocrática Caseta de la Amistad suena el jazzband, a cuyo ritmo las parejas bailan incansables; (...) en el fino cristal de las copas fulge la esmeralda de nuestros vinos que inyectan en las venas calor, alegría y elocuencia; ante los ojos atónitos defilan esculturas femeninas, luciendo los primeros trajes de verano (,,,) y por último las noches tibias y primaverales en la que la feria refulge como viva ascua de oro (...) No es aquella Córdoba plácida y serena de Séneca ni la discreta de Baroja es la ciudad hirviente, pasional y andaluza que se transforma, por arte mágico, en estos días, inyectando en sus venas el virus del vértigo y la savia de la jovialidad y la alegría..." [4]


Relación de casetas participantes en los años 1930 en la feria de Córdoba

  • Asociación Ferroviaría; Juventud Republicana Radical; Quinto Distrito de Santiago; Caseta de las Murgas.
  • Juventud Republicana Radical;
  • Quinto Distrito de Santiago;
  • Caseta de las Murgas.


  • Año 1932
  • Año 1933
  • Caseta Círculo de la Amistad;
  • Montepío de Empleados Mercantiles;
  • F.U.E.(Asociación de Estudiante);
  • Círculo Republicano;
  • Juventud Republicana-Conservadora.
  • Año 1934
  • Año 1935
  • Año 1936

Carteles de la feria (1859 - 1939)

Artículos y prosas sobre la feria

La feria a finales del siglo XIX (crónica en Diario Córdoba)

“La iniciativa particular no acusó nunca en Córdoba afición para instalar casetas en el ferial, como sucedía en Sevilla en el siglo XIX.
Sin embargo, en las postrimerías del siglo, una de las múltiples sociedades de carácter recreativo que existían entonces concibió la idea de levantar una caseta para baile, a la que se denominó con el nombre de “Tienda del Amor”, iniciativa que tuvo un gran éxito. Durante las noches de feria, se vio concurridísima. Abundaban las muchachas ataviadas con mantones de Manila.
Algunos años después instalaron otras el Ayuntamiento, el Círculo de la Amistad y el Club Guerrita, contribuyendo mucho al ornato y esplendor de la Feria.
En la del Club Guerrita, durante bastantes años, celebraron los socios un banquete anual al terminar la Becerrada homenaje a la Mujer Cordobesa, y que constituía, sin duda, uno de los más brillantes espectáculos que se han venido celebrando sin interrupción hasta la muerte en 1941 del “Califa”. Reanudándose en 1944 hasta nuestros días bajo el patrocinio de Ayuntamiento.
Un año gozó de gran popularidad la que fue denominada “Tienda de la Calderas”. Un grupo de jóvenes de buen humor la construyó utilizando gran número de calderas, los bailes en ella celebrados hasta final de los festejos, estuvieron muy animados.
Más tarde, el Círculo de la Amistad decidió construir una caseta de hierro y mampostería, que a la vez sirviera de lugar de reunión para sus socios durante el verano, estructura existente hasta nuestros días”.

Igualmente se recoge en el Diario Córdoba esta reseña sobre aquellas tiendas hoy llamadas casetas de finales del siglo XIX.

“Si creemos a los viejos cronistas de las postrimerías del siglo XIX hubo en la feria una caseta de baile llamada “Tienda del Amor”, a la que acudieron nuestras bisabuelas engalanadas con el garboso mantón de Manila, castiza prenda que ha sido destronada por el más liviano vestido de faralaes.
Sería interminable la relación de las casetas que dieron fama a nuestra Feria de Nuestra Señora de la Salud. En primer lugar hay que situar a la del Círculo de la Amistad, mencionando a las que ya no han vuelto a ser instaladas, la del Club Guerrita, la de Los Periodistas que representaban a un Cortijo que diseñó el arquitecto Enrique Tienda, o la "Venta Mona" de la marquesa del Mérito.


Prosas sobre la Feria por poeta cordobés José María Alvariño Navarro

I
Días de Mayo, alegres, bulliciosos, en que el cielo se extiende sobre la ciudad en un
añil intenso, y el sol cae ardoroso derramado flecos de luz en las mañanas aromadas de
acacias
Córdoba está en fiestas. Sonríen las rosas de sus jardines, sonríen sus hermanas en la
tierra: las mujeres, y sus labios son capullos rojos, sensualmente rojos...
Vemos la extensa pradería invadida de ganado, que serpentea en el fondo entre recodos
oscuros, blancos, cenicientos... Tipos castizos, con el junquillo en la mano, trazan
arabescos en el aire, mientras cierran su tratos...
Y desfilan jinetes en caballos postineros entre el rítmico repiqueteo de elegantes
jaquillas montadas por aristocráticas amazonas coronadas con chambergo cordobés.


II
Ambiente calcinado; tardes de toros; aliento de mujeres, movimientos perfumados,
enervantes. En los palcos, la policromía chinesca de los mantones; revuelos de abanicos,
y claveles, entre las peinetas y sobre los senos que adivinamos bajo las sedas, con
temblores ondulantes...
Se impacienta el coso. Imterrumpe la música, y surge al ansiado cortejo de polichinelas
vestidos de oroplata. Brama la fiera: relámpagueos de luces en los trajes dorados, y el
toro se pega a los pliegues de un capotillo sedeño que maneja un estilista entre el
clamor de los aplausos. Miles de pañuelos flamean en el aire, y las flores de
las toilettes femeninas caen a los pies del triunfador.
Después, como un apoteosis de vida, el desfile. La belleza de ellas sonriente, en los
coches abierto, sobre las capotas; los pañuelos de sedosos flecos se ciñen besando la
cintura cimbreante. Homenaje de piropos, el florilegio galante deshoja sus pétalos de
admiración ante la mujer cordobesa...


III
Noches de Mayo galanas y con amor. Jardines iluminados donde la arboleda mece su
renacer florido entre la ilusión palpitante de los gallardetes que ostentan en triunfo
la gama -rojo, gualda y morado- de sus estandartes.
Ríe el baile en las típicas casetas. Hay humo de buñuelos y fuegos de verbena en
surtidores de oro; vuelan los columpios con vuelos de risas, y se exhiben al desgaire
las torneadas piernas.
La orquestina del circo preludia un pasodoble; en las ondas del aire el saltimbanqui
ejecuta, fugaz, sus piruetas, y al salto mortal resplandecen las lentejuelas.
En la lámina azul de la noche, como una farola, la luna lunera. Y rasgueos de
guitarras, y ecos de canción añeja.
El nardo en la mata perfuma de sensualidad las noches morenas; entona su sintonía la
Primavera... Juntas transcurren Juventud y Feria.


Mayo 1931
J. Alvariño

Referencias

  1. Paseos por Córdoba. Teodomiro Ramírez de Arellano.
  2. MARTÍNEZ ALGUACIL. La Feria de Córdoba. 1 de junio de 1887. Diario de Córdoba. Páginas 1 y 2. Disponible en Internet
  3. Jiménez Lora. El Comercio de Córdoba. 1934. Disponible en Internet
  4. Jiménez Lora. El Comercio de Córdoba. 1935. Disponible en Internet

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