La Voz

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La Voz fue un periódico cordobés con dos ediciones diarias que salió a la luz el 2 de enero de 1920 y que pervivió hasta la Guerra Civil. El diario La Voz fue fundado por el industrial Manuel Roses Pastor, cuyo hijo el abogado Ramiro Roses Llacer, se hizo cargo inicialmente de la dirección, cargo que posteriormente ocuparon Joaquín García Hidalgo, Julio Fernández Costa “Julifer” y Eduardo López de Rozas.

Apareció en un momento en el que en Córdoba ya existían otros medios, como el veterano Diario de Córdoba, El Defensor de Córdoba o el Diario Liberal. Tenía los talleres y oficinas en la casa n° 55 de la calle San Pablo. El inmueble había sido adquirido proindiviso por el Consejo de Administración de Editorial Cordobesa, que lo había cedido en arrendamiento. Asimismo disponía el periódico en propiedad de una máquina rotativa y de una estereotipia. La sede social estaba en avenida del Gran Capitán, 21.[1] Sus primeros ejemplares salieron a un precio de 10 céntimos de peseta y constaban de 4 páginas.

Historia

Con dos ediciones diarias, mañana y noche, salvo domingos y lunes, fue uno de los periódicos locales de más entidad y difusión con los que contó la ciudad de Córdoba en la década de 1920 y 1930.[2] Entre sus primeras firmas se pueden ver las siguientes: F. Sánchez, A. de T. y Rafael Omeya, posiblemente pseudónimos.

Chaves Nogales

Manuel Chaves Nogales fue nombrado en mayo de 1921 redactor jefe del periódico cordobés "La Voz". Aquí en Córdoba, Chaves Nogales colaboró con Joaquín García-Hidalgo en la redacción y estrenó de la obra de teatro "Las inquietudes de Ernestina". Dos años después, en junio de 1923, se estrenó en Puente Genil la obra titulada "Rescoldo que se hace llama", escrita, igualmente, entre Manuel Chaves Nogales y García-Hidalgo.

Editorial Cordobesa

El 21 de julio de 1922 se constituye la Editorial Cordobesa S.A. ante el notario Joaquín Villalonga Munar. Comparecen Juan Eusebio Seco de Herrera, canónigo magistral; Florentino Sotomayor Moreno, diputado a Cortes; José Carrillo Pérez, político; Manuel Roses Pastor, empresario; Antonio Gómez Godino, propietario; Enrique Fernández Vergara, empresario, que serán propietarios en común en partes desiguales. El capital social inicial fue de 350.000 pesetas, representado por 350 acciones de 1.000 ptas. El primer Consejo de Administración de la nueva sociedad fue el siguiente:[3]

Dictadura de Primo de Rivera

Hacia junio de 1925, el diario La Voz está endeudado y amenaza con el cierre. Un político de la Unión Patriótica como Rafael Cruz Conde le ofrece una salvación, que pasa por el cambio en el Consejo de administración y la toma de parte de la deuda. En efecto, el nuevo Consejo estará formado por:

Presidente: José Villalonga Munar.
Vocales: Rafael Cruz Conde, Francisco Rodríguez Gonzalo y Juan Ortiz Redondo.
Secretario: Manuel Baquerizo García
Gerente: Ramiro Roses Llacer.

En octubre de 1926 la situación es crítica. Cruz Conde envía una carta a Ramiro Roses en la que le exige su dimisión, aunque el que dimite sea José Villalonga Munar. En su penúltima reunión, el Consejo elige como presidente a Francisco Santaolalla Natera, alcalde de Córdoba. Las dificultades continúan y el periódico se ve abocado a la quiebra, el desahucio y su pública subasta. En su última reunión, el Consejo nombra como gerente a José Cruz Conde, que se hace con el control del periódico, y más adelante ocupa la presidencia, ante la dimisión de Santaolalla. Tras la subasta del 22 de enero de 1929, el periódico pasó a manos de José Sanz Noguer por 38.325 pesetas, que a su vez en el mes de noviembre de 1929 vende a Rafael Cruz Conde por 15.000 pesetas.[4] El rotativo pasará a ser controlado por la Unión Patriótica, partido creado para apoyar la política del general Primo de Rivera. Sus instalaciones van a ser trasladadas a un edificio propiedad de Rafael Cruz Conde en la calle Fray Luis de Granada y designado director Antonio de la Rosa Cobos.[5]

Segunda República

En 1931 los Cruz Conde pactan la venta y La Voz pasó a manos de un grupo de republicanos radicales partidarios de Alejandro Lerroux, del que era su máximo exponente en Córdoba D. Eloy Vaquero. Se le añadió el subtítulo de Diario Republicano y se encargó de su dirección a Pablo Troyano Moraga, presidente a la sazón de la Diputación Provincial cordobesa, aunque gran parte de la responsabilidad del periódico gravitaba sobre el periodista y también poeta Eduardo Baro Castillo, redactor jefe hasta 1936.

Para su control se creó una empresa, Prensa Republicana de Córdoba S.A., presidida en primera instancia por José Guerra Lozano, y más tarde por Antonio del Pozo y de la que era secretario Juan Peinado Reyes. Vicepresidente del Consejo de administración y consejero delegado era Manuel Sánchez Aroca[6] En junio de 1031 se abrió una suscripción de acciones a 500 pesetas la acción hasta cubrir el capital social de 200.000 pesetas. Se podían dividir las acciones en décimas partes de 50 pesetas, que agrupadas de diez en diez tenían igual capacidad de representación.

Guerra Civil

El 18 de julio de 1936 cuando se está preparando una nueva edición, la entrada de los guardias en la sede del periódico, suspende violentamente la música de fondo de las linotipias. La Voz queda incautada y su director es conducido a su domicilio bajo arresto domiciliario. Al día siguiente La Voz no acude a su cita habitual ni por la mañana ni por la tarde. Todo el personal, a excepción del director, permanece en sus puestos de trabajo.

La publicación no se reanudará hasta el día 25. La Voz, todavía subtitulado, con el cinismo propio del momento, como Diario Republicano, saluda a los lectores con un texto en portada que se presta a la confusión.

Sus nuevos propietarios, Falange de Córdoba, ordenan escribir, más que un texto de portada, un pasquín firmado por:

¡Viva el Ejército salvador! en el que dan a entender que todavía sigue siendo un periódico que “representa a un partido republicano de orden y tiene acreditada su personalidad al lado de la legalidad y la justicia…”

Evidentemente La Voz había cambiado otra vez de amo. Y esta vez de forma violenta. No había sido conseguido por la vía de la subasta como lo consiguieron los Cruz Conde, ni como un producto en rebajas como lo lograron los republicanos radicales. Esta vez, como diría el ilustre Rafael Castejón, había sido sencillamente un robo.

Según declaraciones, recogidas por Sebastián Cuevas el 1 de diciembre de 1982 en su columna La Tecla de periódico La Voz de Córdoba, efectuadas por Rafael Castejón y Martínez de Arizala, responsable tras la marcha de Eloy Vaquero del Partido Republicano Radical:

Una noche, después del alzamiento militar, confiesa D. Rafael, entraron en el periódico a mano armada, se llevaron a su director Pablo Troyano, al poeta Alvariño, discípulo y amigo de García Lorca y a otro tipógrafo y los fusilaron . Se incautaron el periódico y las instalaciones. Nos dejaron una letra de 65.000 pesetas que quedaba pendiente a Cruz Conde que fuimos descontando como pudimos del Banco de Bilbao. Le cambiaron el nombre le pusieron Azul y luego Córdoba. A los tres años nos dijeron que querían legitimar el atraco a mano armada. Y ¡que íbamos a hacer!, a cambio del resto de la deuda y sin indemnización, la incautación se legitimó.

Todavía con la popular cabecera, sobrevive La Voz los primeros meses de la guerra como órgano de propaganda de Falange. Pero más empobrecido. Cada día deja de ser menos voz para ser más propiamente Azul.

El 27 de septiembre ningún redactor de la plantilla que queda en La Voz se atreve a escribir una gacetilla sobre la muerte de su director Pablo Troyano Moraga. Contaba 47 años cuando Don Bruno decidió acabar con la vida del insigne periodista cordobés.

El 2 de octubre de 1936 salió el primer número de Azul.

Los subtítulos del periódico

La cabecera tuvo diferentes subtítulos:

  • A partir del Año VIII, n. 2906 (1 oct. 1927) subtít.: diario republicano
  • A partir del Año VIII, n. 2906 (edición de la tarde) (1 oct. 1927) subtít.: diario gráfico de información
  • A partir del Año X, n. 3709 (edición de la tarde) (9 nov. 1929) subtít.: diario de información
  • A partir del Año X, n. 3728 (edición de la tarde) (28 nov. 1929) subtít.: diario gráfico de información
  • A partir del Año XII, n. 4130 (1 jun. 1931) subtít.: diario republicano
  • A partir del Año XVII, n. 5443 (21 ag. 1936) subtít.: diario gráfico de Córdoba

Dirección y redactores del periódico

Entre sus directores figuraron: Ramiro Roses Llacer, Joaquín García Hidalgo, Julio Fernández Costa “Julifer”, Eduardo López de Rozas, Antonio de la Rosa Cobos, Pablo Troyano Moraga y Dámaso Alonso y Mayorga.

Redactores: Manuel Alonso Osuna, Francisco Córdoba Fuentes, "Dick", Antonio de la Rosa Cobos, Gregorio Martínez Abad, que era redactor comercial en 1935; la información taurina corría a cargo de Juan J. de Lara.

Colaboradores: Manuel Díaz Pérez, Manuel Gallardo, Francisco Baena Yuste.

Corresponsales en la provincia: Rafael García "Rafagar" (Montilla); Joaquín González Jiménez; Juan Pérez León (Bujalance); Luis del Prado (Villa del Río); Eduardo del Pino (Peñarroya-Pueblonuevo), Prudencio González (Fuente Palmera).

Contó entre sus colaboradores con políticos e intelectuales cordobeses: Rafael Sánchez Guerra, Rafael Guerra del Río, Antonio Gil Muñiz, Lorenzo Valenzuela, Rafael Castejón, Eloy Vaquero Cantillo, Manuel Ruiz Maya, Antonio Jaén Morente, Joaquín de Pablo-Blanco Torres.

Referencias

  1. El diario "La Voz" en el primer tercio del siglo XX, por José Cosano Moyano, en el Boletín BRAC, número 139, 1996, págs. 213-224.
  2. La Voz, 1920, colección de prensa histórica, Ministerio de Cultura.
  3. El diario "La Voz" en el primer tercio del siglo XX, por José Cosano Moyano, en el Boletín BRAC, número 139, 1996, págs. 213-224.
  4. AGUILERA CAMACHO, D. La prensa cordobesa del siglo XX. Boletín número 58 de la Real Academia de Córdoba. 1947. Disponible en Internet
  5. El diario "La Voz" en el primer tercio del siglo XX, por José Cosano Moyano, en el Boletín BRAC, número 139, 1996, págs. 213-224.
  6. Prensa Republicana de Córdoba S.A., en el diario La Voz, 14 de enero de 1933, pág. 10.

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