Taberna

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Las tabernas han sido uno de los elementos más característicos de la sociedad cordobesa y especialmente durante los siglo XIX y primera mitad del siglo XX, donde quedó en nuestro inconsciente colectivo, la relación de la sociedad con ellas.


Desparecidas

Testimonios

Se recogen algunos comentarios que Manuel Medina González hacer en su libro Coplas al aire de Córdoba sobre los vinos y sentimientos despertados al beberlos en las tabernas cordobesas.


  • El "medio" es una medida frecuente entre los bebedores. Es la mitad de un cuartillo de vino dentro de un vaso: de ahí lo de "medio". Y es costumbre que dicho vaso vaya lleno de líquido hasta el borde.


Por las coplas y por los "medios"
me sentí con grandes alas
y volando sobre el tiempo.


  • El vaso de "veinticuatro" lo era de uno que costaba veinticuatro céntimos, vino de varios años y de la mejor crianza, cuando el vaso de otro vino inferior costaba una perra gorda ( diez céntimos).


Un vaso de "veinticuatro"
exige repetición,
que con dos entro en la Gloría
con el permiso de Dios.


Vino con tapa es ya cosa
de un tiempo más liberado,
pues comer es cosa buena,
y con vino, un bien soñado.


  • Como ocurre con muchas cosas y costumbres populares, en la vida pública de las tabernas no existe ya las formas de convivencia de ayer. El bar de estilo americano ha hecho desaparecer en gran parte el ambiente antiguo de la taberna cordobesa, su intimidad e idiosincracia semejante a un segundo hogar.


El tiempo de las tabernas,
de los "medios" bien repletos,
desapareció de Córdoba.
Sólo nos queda el recuerdo.


Unos "medios" bien bebidos,
sobo a sorbo, lentamente,
es beber como Dios manda,
con talento, sabiamente.


De un "medio" sale un cantar,
de las palabras sentidad,
una humana "soleá".


Porque el vino y su poder
transforma el alma del hombre
con luz del amanecer.


Mas si el vino hace olvidar
las penillas del amor,
bebe vino sin cesar
para que sueñes mejor.


  • Realmente, los bebedores y frecuentadores de las tabernas cordobesas, son hombres que huyen de toda agresividad y escándalo. No se dan en ellos las "juergas" tan típicas y tópicas de otros lugares de Andalucía, en las que los señoritos pagaban, para sus fiestas tabernarias, a "cantaores", guitarristas, "bailaoras" de mucho meneo y pupilas de prostíbulos caros.


No me vengas con monsergas,
ni me cuentes cosas bajas,
que no me gustan las "juergas"
donde brillas las navajas.


  • Los vinos de Cobos se tienen por los más selectos, ditinguiéndose entre ellos, fino "Pompeyo". Yo tuve grata ocasión de beber tales vinos en las bodegas de los Cobos en montilla y por Pepe Cobos, unos de los dueños, cronista de dicha ciudad y escritor de galano estilo, recibí lección de las calidades de los "caldos" montillanos y de cuanto tenía relación con la viticultura cordobesa.


Cuando comtemplo una bota
del vino que Cobos vende,
sé que dela bota brota
el elixir que me enciende.


  • Para los que conocen bien los vinos bien hechos el que se produce en los "pagos" de Doña Mencia", pueblo muy bien tratado por Juan Valera en una de sus novelas, el llamado "pálido" por tal color, es algo delicioso, suave y enérgetico, al mismo tiempo.


De Doña Mencía, el "palido",
tiene un sabor exquisito:
es un vino, que si es cálido,
nos conduce al infinito.


  • Los vinos de Víbora, viticultor lucentino, son muy apreciados por su buena crianza y su estimado emboque y sabor.


Víbora produce un vino
con un sabor exquisito.
Cuando lo bebo me empino
y me siento un pajarito.


Si en Lucena el velón
es símbolo de la luz,
es el vino viboreño
abierto cielo andaluz.


  • Habría que borrar estos dichos populares extendido por su falta de delicadeza hacia Córdoba y sus personas sabías, pero viéndolas con grandeza cabría decir que las tabernas se adquiere también sapiencia; más bien pienso que es cosa de competencia.


Córdoba ciudad bravía
que tiene dos mil tabernas
y una sola librería.


A este dicho alguien respondió:


En una sola librería
hay más borracheras
que en mil tabernas.

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